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La Ashura libanesa bajo el influjo de Ir¨¢n, Siria y Facebook Los musulmanes chi¨ªes celebran la Ashura, fecha en la que ba?an con sangre su pena. Lloran a Husein, hijo de Al¨ª y nieto del profeta Mahoma, asesinado en la batalla de Kerbala en el a?o 680 Nabat¨ªe es la ¨²nica ciudad del L¨ªbano en la que se mantiene este culto centenario durante la Ashura en el que los fieles ba?an en sangre su pena. Como la mayor¨ªa del mundo musulm¨¢n chi¨ª, Ir¨¢n y la milicia-partido chi¨ª Hezbol¨¢ han prohibido a sus seguidores verter sangre. Basta con el golpe de pecho. Tan s¨®lo una minor¨ªa de seguidores en pa¨ªses como Iraq o Indonesia perpet¨²an la sanguinolenta conmemoraci¨®n Natalia Sancha Entre la masa negra de penitentes, varios centenares de personas visten de blanco y blanden sables que alzan al cielo antes de golpearse la cabeza. Un reguero de sangre recorre sus rostros y pechos. En uno de los laterales de la plaza aguardan unos cuantos hombres botella de agua oxigenada en el bolsillo y navaja en mano. Aplican un generoso chorro sobre las afiladas cuchillas que parece bastarles por toda esterilizaci¨®n. Con un h¨¢bil y r¨¢pido movimiento de mu?eca aporrean el centro de la cabeza del penitente haciendo una peque?a incisi¨®n. El resto ya depende del fervor de cada cual. Los m¨¢s prudentes o novatos se golpean la testa con las manos, pausando el vertido de sangre. Los j¨®venes m¨¢s impetuosos que lucen una mir¨ªada de cicatrices, recuerdos de previas Ashuras, se entregan a la sangr¨ªa sin miramientos Natalia Sancha Hezbol¨¢ ha prohibido progresivamente a sus seguidores verter sangre durante al Ashura, al igual que hace Ir¨¢n. Raz¨®n por la que esta a?o no onde¨® sobre las cabezas una sola bandera amarilla, sino s¨®lo las verdes de la tambi¨¦n milicia-partido Amal. Los seguidores de Hezbol¨¢ han optado por celebrar la Ashura en la periferia de Beirut, Dahie, reduciendo el n¨²mero de penitentes que acuden a Nabat¨ªe a apenas unos 20.000 este pasado 12 de octubre. Natalia Sancha Entre la masa negra de penitentes, varios centenares de personas visten de blanco y blanden sables que alzan al cielo antes de golpearse la cabeza. Un reguero de sangre recorre sus rostros y pechos. En uno de los laterales de la plaza aguardan unos cuantos hombres botella de agua oxigenada en el bolsillo y navaja en mano. Aplican un generoso chorro sobre las afiladas cuchillas que parece bastarles por toda esterilizaci¨®n. Con un h¨¢bil y r¨¢pido movimiento de mu?eca aporrean el centro de la cabeza del penitente haciendo una peque?a incisi¨®n. El resto ya depende del fervor de cada cual. Los m¨¢s prudentes o novatos se golpean la testa con las manos, pausando el vertido de sangre. Los j¨®venes m¨¢s impetuosos que lucen una mir¨ªada de cicatrices, recuerdos de previas Ashuras, se entregan a la sangr¨ªa sin miramientos. Natalia Sancha Tanto Hezbol¨¢ como Ir¨¢n proh¨ªben el vertido de sangre durante la Ashura por razones de higiene. Sin embargo, un reducido n¨²mero de grupos de j¨®venes mantienen la pr¨¢ctica. La mayor¨ªa lo hacen a nivel individual o familiar, pero otros en tanto que miembros de la milicia Amal. Un evento que atrae la curiosidad de las j¨®venes llegadas de los poblados vecinos. Natalia Sancha En el ¨²ltimo lustro, el n¨²mero de penitentes que se flagelan ha disminuido dr¨¢sticamente. Paralelamente, y con el auge de las redes sociales, Ashura se convierte en Nabat¨ªe en un culto cada a?o m¨¢s social y mediatizado. Entre las diferentes modas derivadas de la religi¨®n, se encuentra la de los tatuajes. Los j¨®venes chi¨ªes recurren cada vez m¨¢s a tatuajes religiosos con el rostro de Hussein, el dibujo de sus sable o las frases m¨¢s conocidas del Im¨¢n Al¨ª. Natalia Sancha Al tiempo que con los a?os se ven menos ancianos golpe¨¢ndose la cabeza con los sables, lo hacen m¨¢s ni?os. Sus madres les acompa?an en el trayecto hidratando a los ni?os en su camino. Uno de ellos descansa junto aun puesto de sables y navajas. Natalia Sancha Cada vez m¨¢s ni?os se golpean con las manos la brecha en la cabeza para hacer brotar la sangre mientras sus padres y madres les incitan al grito de ?Haidar!. La sangre resbala por las frentes y rostros de los j¨®venes y no tan j¨®venes para poco a poco te?ir de un rojo vivo las ropas blancas, sus manos y finalmente las calles a su paso. Natalia Sancha Un extra?o caos sonoro reina en la ciudad. Los ancianos recitan historias de la vida de Hussein y la batalla de Kerbala a trav¨¦s de los altavoces que rodean la plaza central. De fondo, resuenan los golpes de pecho en son de ¡®mea culpa¡¯ que se confunden con el trotar de los caballos. Mujeres sollozan y otras lloran sin consuelo. El olor a sangre se mezcla con el de cordero y canela que algunas familias ofrecen a los pasantes. Natalia Sancha Tanto Hezbol¨¢ como Ir¨¢n proh¨ªben el vertido de sangre durante la Ashura por razones de higiene. Sin embargo, un reducido n¨²mero de grupos de j¨®venes mantienen la pr¨¢ctica. La mayor¨ªa lo hacen a nivel individual o familiar, pero otros en tanto que miembros de la milicia Amal. Un evento que atrae la curiosidad de las j¨®venes llegadas de los poblados vecinos NATALIA SANCHA A pesar de que el n¨²mero de penitentes disminuye cada a?o, aumenta el de mujeres que deciden acompa?ar su llanto con sangre. Generalmente son bien madres que hicieron una promesa o j¨®venes, c¨®mo la que aparece en la imagen, que compartir¨¢ ampliamente sus fotos en las redes sociales. NATALIA SANCHA En el ¨²ltimo lustro, el n¨²mero de penitentes que se flagelan ha disminuido dr¨¢sticamente. Paralelamente, y con el auge de las redes sociales, Ashura se convierte en Nabat¨ªe en un culto cada a?o m¨¢s social y mediatizado. Adolescentes embutidas en sus vaqueros y velos negros persiguen en su recorrido a los j¨®venes ensangrentados. Con los m¨®viles en alto se lanzan en busca de un autoretrato o de grabar a su hermano, novio o familiar. NATALIA SANCHA La invasi¨®n de Irak en 2003 ha transformado la pr¨¢ctica de la Ashura en L¨ªbano. Los peregrinos han optado por viajar a los lugares santos de Ir¨¢n, como Mashhad o Qom, en lugar de visitar los m¨¢s importantes pero tambi¨¦n objetivos de atentados suicidas como Nayaf o Kerbala, en Irak. Hoy, Ir¨¢n amasa nuevos beneficios en el negocio del peregrinaje a la par que gana influencia en el Islam chi¨ª mundial. La escuela religiosa iran¨ª de Qom se impone progresivamente sobre la iraqu¨ª de Nayaf. Incluso en la est¨¦tica se siente la influencia iran¨ª, con la progresiva introducci¨®n de banderines y p¨®steres de Hussein en Nabat¨ªe, antes monopolio de los mercados iran¨ªes. NATALIA SANCHA Las calles de Nabat¨ªe se ti?en de rojo. Desde la plaza central de esta sure?a localidad libanesa, resuenan los golpes en son de ¡®mea culpa¡¯ que se confunden con el chirr¨ªo de los machetes golpeando el suelo. Pasaran pocas horas hasta que el blanco torne rojo y deje charcos de sangre en el asfalto que ni siquiera la lluvia logre barrer. NATALIA SANCHA Entre la masa negra de penitentes, varios centenares de personas visten de blanco y branden sables que alzan al cielo antes de golpearse la cabeza. Un reguero de sangre recorre sus rostros y pechos. En uno de los laterales de la plaza aguardan unos cuantos hombres botella de agua oxigenada en el bolsillo y navaja en mano. Aplican un generoso chorro sobre las afiladas cuchillas que parece bastarles por toda esterilizaci¨®n. Con un h¨¢bil y r¨¢pido movimiento de mu?eca aporrean el centro de la cabeza del penitente haciendo una peque?a incisi¨®n. El resto ya depende del fervor de cada cual. Los m¨¢s prudentes o novatos se golpean la testa con las manos, pausando el vertido de sangre. Los j¨®venes m¨¢s impetuosos que lucen una mir¨ªada de cicatrices, recuerdos de previas Ashuras, se entregan a la sangr¨ªa sin miramientos. NATALIA SANCHA Los penitentes lloran a Husein, hijo de Al¨ª y nieto del profeta Mahoma, asesinado en la batalla de Kerbala en 680 D.C. Las guerras de sucesi¨®n que siguieron su muerte provocaron una escisi¨®n en el islam dando a luz al chiismo. Trece siglos m¨¢s tarde, Ashura pervive como un homenaje al llanto y a la tristeza de aquellos que rememoran la matanza usando el sable de Al¨ª como s¨ªmbolo. NATALIA SANCHA La injerencia de la milicia libanes Hezbol¨¢ en la guerra siria tambi¨¦n deja mella en la Ashura. Mientras que en a?os anteriores los j¨®venes vest¨ªan camisetas blancas de marcas Adidas o Nike, varios grupos de j¨®venes homenajeaban este a?o a un miliciano amigo ca¨ªdo en Siria (o tambi¨¦n a aquellos muertos en accidentes de tr¨¢fico). Lo hac¨ªan portando camisetas con la foto del miliciano impresa en espalda y pecho. El Estados Isl¨¢mico (ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s) ha declarado la guerra a los chi¨ªes, a quienes tacha de imp¨ªos. Por lo que este a?o, y ante el temor de posibles atentados, se desplegaron importantes medidas de seguridad durante el evento. NATALIA SANCHA En medio de la plaza ¡®Baida¡¯, un grupo de actores iraqu¨ªes representa la batalla de Kerbala. Lloran a Hussein, hijo de Ali y F¨¢tima, a su vez hija del profeta Mahoma. Hussein fue asesinado en 680 d.c. por una tribu enemiga junto con sus 72 compa?eros en la batalla que tom¨® su nombre de la ciudad iraqu¨ª Kerbala. Al¨ª, cu?ado del profeta, fue el cuarto y ¨²ltimo Califa descendiente de Mahoma. Con el asesinato de sus dos hijos, Hassan y Hussein, naci¨® una nueva rama del Islam cuyos seguidores pasar¨¢n a ser llamados ch¨ªas. Poco se o¨ªa de esta escisi¨®n del Islam en Europa hasta que la mediatizada guerra de Iraq en 2003 exacerb¨® las diferencias entre las dos principales ramas del Islam; sun¨ªes y chi¨ªes, hoy enfrentados tambi¨¦n en Siria. NATALIA SANCHA