Disensi¨®n socialista

La direcci¨®n del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) aprob¨® ayer abrumadoramente votar no a la investidura de Mariano Rajoy. Contrar¨ªa as¨ª la reciente decisi¨®n de abstenci¨®n adoptada por el comit¨¦ federal del PSOE, del que forma parte y al que asiste con voz y voto.

Contra la apariencia de fortaleza en relaci¨®n a las propias posiciones, la decisi¨®n del socialismo catal¨¢n exhibe una debilidad b¨¢sica: resulta il¨®gico participar en la toma de una decisi¨®n colectiva y luego no reconocerla como v¨¢lida. Las normas acordadas deben cumplirse y las medidas orquestadas en base a ellas deben respetarse. Si ese es el mensaje habitual del PSC a los secesionistas afectos a la desobediencia, bueno ser¨ªa que se lo aplicase a s¨ª mismo.

Otra cosa es que antes de la votaci¨®n se hubiera pactado alguna excepci¨®n para alguno/s de los actores. O que la voluntad de facilitar la investidura se hubiese planteado con f¨®rmulas flexibles e inclusivas ¡ªen todo caso de efecto equivalente a la abstenci¨®n en bloque¡ª, algo para lo que el PSOE quiz¨¢ dispone todav¨ªa de alg¨²n tiempo. Deber¨ªa explorar, hasta el final y sin dicterios, cualquier v¨ªa que evite males mayores.

En inter¨¦s de los ciudadanos, conviene sosegar la aguda tensi¨®n reci¨¦n registrada en ese partido, minimizar los da?os autoinflingidos y evitar nuevos espect¨¢culos de enfrentamientos internos.

Saltarse procedimientos o afrontar problemas pol¨ªticos con medidas solo administrativas perjudica a todos. A todos, y quiz¨¢ especialmente a la minor¨ªa discrepante ¡ªno solo al PSC¡ª, pues mella su credibilidad como parte de un conjunto que se supone organizado y digno de confianza. Si votan algo distinto de forma no acordada, sino como expresi¨®n de desavenencia o desacato, pierden todos. Y tambi¨¦n el sistema democr¨¢tico de partidos.

Algo tanto m¨¢s inquietante cuanto que el gran reto de la legislatura ser¨¢ Catalu?a, y en ¨¦l, el papel moderador del socialismo ¡ªcatal¨¢n y espa?ol¡ª debiera ser clave.