La otra mujer

Cuando los ni?os y ni?as estadounidenses vean a Clinton dar¨¢n por hecho que una mujer puede ocupar el Despacho Oval, se?al¨® Michelle Obama en uno de sus emblem¨¢ticos discursos. La presencia de una mujer en la m¨¢s alta instancia de representaci¨®n pol¨ªtica debe valorarse como algo positivo, pero ah¨ª no acaba la contribuci¨®n de las intervenciones de la primera dama a lo largo de la campa?a en ese reto hacia la feminizaci¨®n de la pol¨ªtica.

Sus discursos est¨¢n atravesados por la experiencia de las mujeres, y es a partir de esa ¡°comunicaci¨®n situada¡± desde donde apela a un nosotros. Michelle hablaba de la particularidad de las mujeres al soportar los comentarios obscenos de Trump sobre sus cuerpos, o de la falta de respeto hacia su inteligencia y sus aspiraciones. Al narrar la experiencia espec¨ªfica de las mujeres abr¨ªa paso a su reconocimiento p¨²blico.

La primera dama ha sabido jugar con la ligereza y la emocionalidad de las palabras, pero a ellas ha sumado aspectos expresivos y figurativos de la comunicaci¨®n que solo son posibles con la entrada del cuerpo en el habla. Sus gestos y sus ¨¦nfasis dram¨¢ticos producen cercan¨ªa con respecto a una audiencia que se hace m¨¢s consciente de la existencia de lo diferente: ¡°Me levanto cada ma?ana en una casa construida por esclavos¡±; y al as¨ª decirlo, se?ala tambi¨¦n que la utop¨ªa es posible.

Con el relato de las experiencias de Michelle entra en la arena p¨²blica la expresi¨®n de muchos reclamos que quedan fuera de la discusi¨®n pol¨ªtica ¡°normal¡± o que no pueden ser dichos bajo los tradicionales estilos desapasionados y formales a lo Clinton. En una elecci¨®n dirimida entre civilizaci¨®n y barbarie, esta emocionalidad se utiliza m¨¢s como reclamo ¨¦tico que para movilizar a las masas. Sin eludir los problemas del momento, como el cambio clim¨¢tico, las divisiones sociales o el machismo, consigue distanciarse del fr¨ªo establishment porque interpreta y comunica la pol¨ªtica como alguien que habla desde fuera del aparato, con un estilo orientado a generar empat¨ªa, antes que a la mera formulaci¨®n de afirmaciones. Al conectar la comunicaci¨®n con el deseo, es persuasiva y seductora. Justo lo que le falta a Clinton. @MariamMartinezB