El colectivo son los hombres
Hace a?os (no tantos) aprend¨ª a hablar de mujeres. Por cultura, por la misma que tuve que desaprender muchas cosas para poder afirmar que soy feminista. Porque serlo cuesta y solo tras digerirlo, entend¨ª que lo correcto era mencionarnos en plural, como mujeres. El singular nos empeque?ec¨ªa por el mismo efecto que los derechos de los trabajadores disminuir¨ªan si habl¨¢semos en singular. Pero ojo, tampoco vale la consideraci¨®n de que las mujeres (ahora s¨ª, en plural) somos un colectivo. Entenderlo as¨ª nos excluye. No es nuevo: el lenguaje y sus malversaciones, se?oras y se?ores (y ojo, aqu¨ª nadie se escandaliza ante la utilizaci¨®n de los dos g¨¦neros), importan, claro que s¨ª.
Lo dec¨ªa bien claro el otro d¨ªa la soci¨®loga Soledad Murillo en una jornada sobre G¨¦nero e Inclusi¨®n organizada por la Fundaci¨®n Atenea. "No comparto que a las mujeres, que somos el 51% de la poblaci¨®n, seg¨²n datos del INE en enero de 2016, se nos trate de colectivo. Porque la minor¨ªa ¡ªeso s¨ª, con poder y privilegios¡ª son hombres. El problema es que siga habiendo temas de g¨¦nero, y no imparcialidad y democracia en todos los sectores", apuntaba una de las madres de la ley de igualdad. Y puestos, cifras en mano, el colectivo ser¨ªan ellos, que son menos, sugiero yo¡
La malversaci¨®n de ese significado que nos hace seguir siendo inscritas en planes espec¨ªficos, en c¨ªrculos, en subcomisiones, y el del t¨¦rmino conciliaci¨®n (y no corresponsabilidad) fueron los temas que m¨¢s se repitieron durante el encuentro, celebrado en el coraz¨®n del Ayuntamiento de Madrid, que vibr¨® durante todo el d¨ªa por un claro discurso feminista y revolucionario: se buscaban soluciones para la igualdad.
No comparto que a las mujeres, que somos el 51% de la poblaci¨®n, seg¨²n datos del INE en enero de 2016, se nos trate de colectivo. Porque la minor¨ªa ¡ªeso s¨ª, con poder y privilegios¡ª son hombres. Soledad Murillo
Se trataba de evidenciar las nueve vulnerabilidades que Atenea considera son importantes contemplar para que todos y todas seamos ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho. El planteamiento era claro: si no analizamos el acceso a la vivienda, al empleo ¡ªcon una brecha de g¨¦nero del 20% en nuestra contra¡ª, la salud de unos y otras (donde por el mero hecho de ser mujeres nosotras pagamos f¨ªsicamente la factura de ser cuidadoras de forma casi exclusiva); la educaci¨®n y los techos de cristal; la econom¨ªa (basada en un patr¨®n que habla y premia los afterworks para esos se?ores que son el 49%, entre otras cosas); la participaci¨®n de la ciudadan¨ªa, las relaciones macrosociales... seguiremos siendo parte de un modelo excluyente o un colectivo que debe asumir asuntos propios de su g¨¦nero, como la maternidad.
¡°Los derechos de las mujeres no son los de los Derechos Humanos, son los de cuidar¡±, se escuch¨®, al tiempo que se repet¨ªa que hay que cambiar las pol¨ªticas neoliberales basadas en una violencia estructural que castiga a mujeres. ¡°?D¨®nde est¨¢n las mujeres en la nueva pol¨ªtica?¡±, se preguntaba uno de los ponentes mientras apelaba a la necesidad de que los hombres pierdan privilegios.
Hablaban Carlos Molina, Mar¨ªa Pazos, Mar¨ªa del Mar Garc¨ªa Calvente, Alicia Miyares, Soledad Muruaga, Lina G¨¢lvez, Octavio Salazar, Beatriz Ranea y Pilar Foronda, entre otros. El cierre lo puso Criaturas del Aire, un grupo de m¨²sicas y feministas, c¨®mo no. Antes se recordaron algunas proclamas ya conocidas pero que seguro es bueno recordar: ¡°Lo personal es pol¨ªtico¡± y el feminismo como compromiso ¨¦tico, algo que la Fundaci¨®n Atenea parece tener claro. Porque ellos, que nacieron hace tres d¨¦cadas para atender a la poblaci¨®n drogodependiente, consideran fundamental poner la vista en el g¨¦nero para poder hablar de una ciudadan¨ªa plena, la de ellas, la de nosotras, ese ¡°peque?o¡± grupo del 51% de la poblaci¨®n.
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