Solo falta valent¨ªa pol¨ªtica
No hay alternativa a mantener con firmeza el ideal europeo
?En su discurso sobre el Estado de la Uni¨®n en Estrasburgo, el 14 de septiembre, Jean-Claude Juncker, con la vehemencia y el br¨ªo que le caracterizan cuando pronuncia un discurso importante, afirmaba con aire inocente que ¡°Europa solo puede funcionar si trabajamos todos en pro de lo que nos une y nos acerca, dejando de lado los conflictos de competencias y las rivalidades entre instituciones. Solo entonces, Europa ser¨¢ m¨¢s que la suma de sus partes¡±. No sabemos si re¨ªr o llorar, pero el estado de delicuescencia en que se encuentra hoy en d¨ªa la instituci¨®n europea ¡ªy en general, la idea de una Europa m¨¢s fuerte y unida¡ª llama la atenci¨®n, apenas unas semanas despu¨¦s de este discurso que algunos consideraban ¡°verdadero¡±, ¡°sincero¡±.
No pasa un d¨ªa sin que un asunto interno se interponga en el camino de la Comisi¨®n, que se hab¨ªa asignado el objetivo de recuperar su imagen ante la opini¨®n p¨²blica, de mostrarse ¡°m¨¢s cercana a los ciudadanos europeos¡±, como no ha dejado de repetir. Tampoco pasa un solo d¨ªa sin que un dirigente europeo, con sus palabras o por las leyes que establece en su propio pa¨ªs, no menoscabe los valores europeos. Los recientes casos de negaci¨®n de los derechos de las mujeres en Polonia o de la libertad de prensa en Hungr¨ªa son suficientemente graves para hablar de casos flagrantes de rechazo de los valores de Europa, sin que sus gobernantes pesta?een lo m¨¢s m¨ªnimo.
?Significa esto que la batalla ya est¨¢ perdida de antemano y que nuestros dirigentes van a sacrificar definitivamente el ideal europeo en aras del populismo? No. Porque no hay alternativa. Negar esta evidencia ser¨ªa borrar de un plumazo las lecciones de las cat¨¢strofes del siglo XX, que, sin embargo, gustan de recordar con regularidad nuestros dirigentes. Esa deber¨ªa ser la prioridad: hacer que se entienda por qu¨¦ tiene que protegerse el modelo de sociedad por el que lucharon nuestros padres y nuestros abuelos.
No pasa un d¨ªa sin que un asunto interno se interponga en el camino de la Comisi¨®n
Solo un giro pol¨ªtico permitir¨¢ cambiar las prioridades de una instituci¨®n encastillada en sus certezas y empe?ada en mantener un equilibrio de fuerzas que hoy en d¨ªa obstaculiza enormemente el progreso de la construcci¨®n del proyecto europeo. Algunos ejemplos recientes muestran que este giro es posible. Solo hace falta valent¨ªa pol¨ªtica, de la que al parecer carecen lamentablemente por el momento Jean-Claude Juncker y sus fieles ¡ªincluidos los jefes de Gobierno¡ª. Aunque la invectiva de los valones no haya sido muy apreciada por la Comisi¨®n Europea ¡ªque la consider¨® ¡°un intento de descr¨¦dito¡±¡ª, por lo menos sirvi¨® para que los europeos entendieran lo que era el CETA, lo que conlleva, sus l¨ªmites, etc¨¦tera. La mayor¨ªa de los ciudadanos europeos lo ignoraban, lo que constituye otra prueba de que la Comisi¨®n carece especialmente de pedagog¨ªa. Recordemos, y esto tiene miga, que el objetivo del proceso que ha establecido la Comisi¨®n ¡ªque da de facto la facultad de ejercer su veto a una regi¨®n como Valonia¡ª era democratizar el sistema de aprobaci¨®n de los acuerdos de pol¨ªtica comercial a escala europea. De acuerdo. Lo que la Comisi¨®n debe aprender de este episodio es principalmente que la democratizaci¨®n en el futuro deber¨ªa consistir sobre todo en hacer p¨²blico lo que se negocia. La invectiva de Paul Magnette, el ministro-presidente val¨®n, aunque sin duda respond¨ªa a intereses pol¨ªticos internos belgas, ha servido por lo menos para constatarlo.
Otro ejemplo de voluntad pol¨ªtica para mover las l¨ªneas, en funci¨®n de un ideal que se mantiene con fuerza, nos llega de Estados Unidos. Ahora que la campa?a presidencial se vuelve sucia, por decirlo sin tapujos, se nos olvida a menudo destacar el papel positivo que ha desempe?ado Bernie Sanders. Sin juzgar la ideolog¨ªa subyacente del anciano senador por Vermont, hay que reconocer que ha influido enormemente en el programa de Hillary Clinton, que, hasta entonces, carec¨ªa de profundidad. Las medidas extremistas que defend¨ªa Sanders en cuanto al salario por horas, los gastos escolares y los temas que afectan a la vida cotidiana de la gente han permitido cambiar significativamente el programa de la candidata dem¨®crata y ver unos debates pol¨ªticos de muy alto nivel. Y, de paso, tambi¨¦n ha permitido que toda una franja de la poblaci¨®n ¡ªlos j¨®venes¡ª se interese de nuevo por la pol¨ªtica. Valent¨ªa, se?or Juncker y compa?¨ªa¡ Europa solo se salvar¨¢ con esta cualidad.
Fran?ois Mathieu es redactor jefe adjunto de 'Le Soir'.
Traducci¨®n de News Clips.
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