El autor de ¡®El Principito¡¯ dec¨ªa que ¡°no hay que aprender a escribir, sino a ver¡±. Durante su estancia en el S¨¢hara, sinti¨® y so?¨® con la magia de un entorno at¨¢vico hecho de oc¨¦ano, arena y cielo, el escenario que probablemente plant¨® el germen de su obra maestra.