Fr¨¢gil esperanza en Caracas
El di¨¢logo entre el chavismo y la oposici¨®n es un primer paso, pero debe ofrecer resultados concretos
A pesar de su esperanzador arranque a principios de este mes, el di¨¢logo entre el Gobierno y la oposici¨®n venezolana debe cristalizar en cuanto sea posible en soluciones viables y concretas al complicad¨ªsimo bloqueo institucional que desde hace casi un a?o sufre Venezuela, agravado por la penuria material con la que es castigada la poblaci¨®n.
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Desgraciadamente, la situaci¨®n se ha degradado tanto durante el ¨²ltimo a?o que las meras declaraciones de buenas intenciones no son suficientes. Durante demasiado tiempo Nicol¨¢s Maduro se ha negado no solo a entablar cualquier tipo de di¨¢logo con una oposici¨®n a la que ha descalificado sistem¨¢ticamente, sino que ha llevado la crisis a un peligros¨ªsimo extremo al no reconocer la autoridad leg¨ªtima de la Asamblea Nacional, al torpedear la convocatoria legal de un refer¨¦ndum revocatorio contra su persona y al mantener injustificadamente en la c¨¢rcel o sin permiso para salir del pa¨ªs a dirigentes opositores.
En este contexto no supone ninguna ayuda que el Tribunal Supremo Venezolano ¡ªcontrolado por el chavismo¡ª haya prohibido a la Asamblea Nacional la apertura de un juicio pol¨ªtico contra el presidente. Maduro debe entender que el tiempo del doble discurso ha pasado y que no se puede estar sentado a la mesa hablando de buena voluntad y al mismo tiempo utilizando al poder judicial con la misma estrategia de confrontaci¨®n civil que ha caracterizado toda su gesti¨®n.
Hay que desear que el di¨¢logo ¡ªauspiciado por el Vaticano y Unasur¡ª sobreviva, pero al mismo tiempo es perfectamente l¨®gico exigirle avances concretos, relevantes y en un plazo razonable. El proceso no puede convertirse en otra excusa utilizada por el chavismo para retrasar indefinidamente un acuerdo con la oposici¨®n que permita que Venezuela vuelva a la democracia.
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