?Un segundo refer¨¦ndum?
?L¨ªneas rojas? Conviene no atarse cuando existen tantas incertidumbres. Reino Unido debe mantener abiertas las opciones sobre el Brexit, poner todo en manos del Parlamento, informar al p¨²blico y desarrollar una cuidadosa labor diplom¨¢tica
?ltimamente, no viajo nunca sin mi brexit¨®metro, que sirve para medir dos cosas: cu¨¢nto tarda cualquier conversaci¨®n en mencionar el Brexit (un promedio de tres minutos) y la proporci¨®n de gente que piensa que el Brexites una buena idea. En los dos ¨²ltimos meses he estado en Estados Unidos, Canad¨¢, Alemania, Austria y Polonia, y ese porcentaje est¨¢ en torno al 1%.
Otros articulos del autor
El otro 99% cree que los brit¨¢nicos nos hemos vuelto locos. ?C¨®mo es posible que una gente famosa en todo el mundo por su pragmatismo y su sentido com¨²n haga algo tan perjudicial para sus propios intereses? Es una pregunta que no se hace con tono de enfado ni desesperaci¨®n, sino con incredulidad y melancol¨ªa. Los partidarios del Brexit, por supuesto, dir¨¢n que esa proporci¨®n de 99 a 1 se debe a que s¨®lo me trato con eur¨®filos incorregibles, pero la verdad es que he preguntado a personas de lo m¨¢s variado. El porcentaje podr¨¢ variar ¡ª90 a 10, incluso 80 a 20¡ª, pero quien piense que la gente considera inteligente la decisi¨®n brit¨¢nica vive en otro planeta. El hecho de que quiz¨¢ sea el planeta Trump es magro consuelo.
Cualquier an¨¢lisis de ¡°qu¨¦ hacer con el Brexit¡±, por tanto, parte de un dato muy deprimente. Por estrecho margen, 52% frente a 48%, Reino Unido decidi¨® hacerse da?o a s¨ª mismo, a Europa y al orden liberal internacional. Lo m¨¢ximo a lo que podemos aspirar a corto plazo es a reducir todo lo posible ese da?o y aprovechar los aspectos positivos que pueda haber en este gigantesco marasmo. En otras palabras, durante los pr¨®ximos a?os, la pol¨ªtica brit¨¢nica consistir¨¢ en una b¨²squeda del mal menor.
?Por d¨®nde empezar? Existen tantas incertidumbres que es absurdo hacer un plan detallado. Creo que es un error que los dem¨®cratas liberales exijan ahora un compromiso firme de hacer un refer¨¦ndum sobre el resultado de las negociaciones dentro de dos a?os. Y a¨²n lo es m¨¢s que el l¨ªder del partido, Tim Farron, lo convierta en un tema de campa?a contra los laboristas, como hace en el ¨²ltimo n¨²mero de The New European.
Habr¨¢ que negocir en tres fases: condiciones de salida, un acuerdo provisional y el definitivo
Lo que necesitamos es una mezcla de firmeza estrat¨¦gica y flexibilidad t¨¢ctica. A estas alturas, lo fundamental es asegurarnos de que el Art¨ªculo 50 no se ponga en marcha hasta que lo apruebe el Parlamento y que los resultados provisionales de la negociaci¨®n se discutan all¨ª, por ejemplo, en oto?o de 2018, con tiempo suficiente antes de alcanzar el l¨ªmite de los dos a?os. El Parlamento debe ser soberano a la hora de restablecer la soberan¨ªa parlamentaria.
Cada vez est¨¢ m¨¢s claro que seguramente habr¨¢ que negociar en tres fases: las condiciones de salida, que son lo que prev¨¦ el Art¨ªculo 50; un acuerdo provisional, porque nunca se ha negociado en dos a?os algo tan complejo como toda una nueva relaci¨®n con la UE; y el acuerdo definitivo. Cuando el Parlamento otorgue el mandato para esa negociaci¨®n, debe insistir en que se estudie con nuestros socios europeos la alternativa entre el pleno acceso al mercado ¨²nico y la pertenencia a una uni¨®n aduanera.
Los ¨²ltimos sondeos de NatCen Social Research, publicados por The Economist, muestran que la mayor¨ªa de los encuestados, tanto los partidarios de irse como los de quedarse, quieren ¡°permitir que la UE venda libremente bienes y servicios en Reino Unido y viceversa¡±, pero tambi¨¦n ¡°tratar a las personas de la UE que quieran venir a vivir aqu¨ª como a las de fuera de la UE¡±. Es decir, consciente o inconscientemente, se apuntan a la doctrina de Boris Johnson, la de andar y repicar en la procesi¨®n. Cuando se les plantea la escandalosa posibilidad de que Reino Unido quiz¨¢ no pueda tenerlo todo, y en concreto el sacrificio de ¡°permitir la libre circulaci¨®n a cambio del libre comercio¡±, existe una diferencia clara entre los partidarios de irse, que dicen no, y los de quedarse, que dicen s¨ª.
Es una cuesti¨®n tan importante que debemos saber exactamente cu¨¢l ser¨ªa la propuesta, y la ¨²nica manera es llevarla a la mesa de negociaciones. Pero no debemos pedir que el Gobierno se comprometa con un plan de negociaci¨®n detallado. La carta a Bruselas que inicie la negociaci¨®n del Art¨ªculo 50 debe ser lo m¨¢s breve y vaga posible. Adem¨¢s, eso permitir¨¢ que la respuesta de los otros 27 Estados miembros tambi¨¦n sea breve y vaga y que d¨¦ paso a las negociaciones.
La mayor¨ªa de los encuestados no aceptan la libre circulaci¨®n a cambio de la libertad comercial
El debate actual sobre si ¡°buscar un Brexit blando o un Brexit duro¡± tiene algo de irreal. A la hora de la verdad, eso va a depender m¨¢s de otros que de nosotros. Hay algo indiscutible: una posici¨®n negociadora en la que se dispone de dos a?os para alcanzar un acuerdo (aunque se puede detener el reloj) y hace falta que otros 27 Estados acepten todos los t¨¦rminos (aunque en la ¨²ltima fase, en teor¨ªa, sea por mayor¨ªa cualificada) es una posici¨®n muy d¨¦bil para Reino Unido. Y las reservas continentales de buena voluntad est¨¢n muy disminuidas tras d¨¦cadas en las que los brit¨¢nicos han sido unos socios inc¨®modos. Por m¨¢s que los partidarios del Brexit digan la bravuconada de que ¡°ellos nos necesitan m¨¢s a nosotros que nosotros a ellos¡±, los europeos continentales tienen otra opini¨®n.
Despu¨¦s de la elecci¨®n presidencial en Austria y el refer¨¦ndum en Italia, habr¨¢ al menos en los pr¨®ximos 12 meses elecciones parlamentarias en Holanda, una elecci¨®n presidencial en Francia y elecciones generales en Alemania. Todos estos comicios, sobre todo el franc¨¦s y el alem¨¢n, repercutir¨¢n en la postura de nuestros socios europeos en las negociaciones de 2018. Adem¨¢s, no sabemos si las consecuencias econ¨®micas negativas del Brexit ser¨¢n muy tangibles para entonces. Las previsiones de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria y el Banco de Inglaterra son m¨¢s inciertas que antes de la votaci¨®n sobre el Brexit, y, en cualquier caso, no son m¨¢s que n¨²meros. Lo verdaderamente importante es hasta qu¨¦ punto estar¨¢n pas¨¢ndolo mal los votantes brit¨¢nicos ¡ªy si tendr¨¢n miedo de que vaya a peor¡ª justo cuando haya que decidir qu¨¦ acuerdo queremos negociar.
En un periodo como este, con tantas inc¨®gnitas, lo prudente es acordar un proceso parlamentario riguroso, informar al p¨²blico sobre los datos reales y las decisiones dif¨ªciles, hacer una cuidadosa labor diplom¨¢tica, mantener abiertas las opciones y aguardar, atentos, una oportunidad. Quiz¨¢ parezca aburrido, pero ?qui¨¦n dijo que el Brexit iba a ser divertido?
Timothy Garton Ash es catedr¨¢tico de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford, donde dirige el proyecto freespeechdebate.com, e investigador titular en la Hoover Institution, Stanford University. Su nuevo libro, Free Speech: Ten Principles for a Connected World, acaba de publicarse.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
@fromTGA
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.