De fiesta con Gay Talese
Con James Ferragamo, heredero del imperio textil, como anfitri¨®n asistimos a una cita que reuni¨® a toda la paleta estil¨ªstica de Nueva York
En 1934, Clark Gable hundi¨® la venta de camisetas interiores al descubrir en la comedia Sucedi¨® una noche que ¨¦l prescind¨ªa de dicha prenda. En 1951, Marlon Brando dispar¨® las ventas de las mismas cuando encerr¨® sus m¨²sculos en Un tranv¨ªa llamado deseo.
La industria de la moda masculina lleg¨® tarde respecto a la femenina y, en el camino, aprendi¨® de algunos de los errores de su hom¨®loga: nada de incomodidades ni de yugos estil¨ªsticos. Ni juanetes ni dolores de espalda por los tacones. Se acab¨® el ¡°para presumir hay que sufrir¡±. Ser elegante consiste en ser t¨² mismo, en no importarte nada m¨¢s que lo que te sienta bien pero no te complica la vida. Comodidad y elegancia son compatibles.
Eso es lo que define el concepto de Maverick, que celebraron en Nueva York por todo lo alto, pero sin alfombras, ni sesiones de fotos ni c¨®digos de vestuario, los orgullosos padres de la criatura: la revista masculina Esquire y la firma de moda Salvatore Ferragamo.
¡°Esto es toda una declaraci¨®n de principios. Y no hemos elegido a aquellos que vistan igual, que estudiaron en el mismo colegio y veranean en el mismo lugar. Hemos elegido a aquellos que entienden que tienen que ser ellos mismos de una manera extrema¡±, confiesa a EL PA?S el director de la revista, Jay Fielden.
Efectivamente, a esta cena para 50 personas en el restaurante Le Coucou de Nueva York, con el prestigioso chef estadounidense Daniel Rose, est¨¢n invitada toda la paleta estil¨ªstica. La elegancia cl¨¢sica del periodista y escritor octogenario Gay Talese, con su insobornable traje con chaleco. Lo aprendi¨® de su padre, emigrante italiano en Brooklyn. Pero tambi¨¦n est¨¢ la chaqueta de pana de Kyle MacLachlan, para que quede claro que las excentricidades de Twin Peaks son exigencias del gui¨®n. Zachary Quinto entiende que la elegancia es un jersey amplio y una barba de tres d¨ªas, mientras que el brit¨¢nico Ben Barnes viene con traje pero sin corbata. ?l va a ser imagen de Ferragamo, que hace tiempo que entendi¨® que delicadeza y masculinidad se dan la mano.
¡°M¨¢s que nunca tienes que ser un individuo, buscar lo que refleja tu personalidad. Tienes que atreverte y ser original. Equilibrar la vida y la ropa, el placer, lo que es interesante¡±, dice por su parte a ELPA?S James Ferragamo, heredero del imperio textil.
Retando la tendencia general en el mundo de la moda, en esta velada, aunque hay alg¨²n influencer o blogger, ni se menciona la palabra hashtag y la iluminaci¨®n con ¡°Es importante volver a lo que es real¡±, dijo Fielden.
La ciudad elegida para los fastos fue Nueva York, donde curiosamente no exist¨ªa una Semana de la Moda para hombres hasta hace apenas dos a?os. ¡°No lo necesitaba. Yendo por la calle ves unas pasarelas en cada acera. Lo ves todo. Es un gran laboratorio para lo que es el estilo y eso es muy inspirador para nosotros¡±, explica Fielden.
Y as¨ª, aunque por ah¨ª dicen qu¨¦ hay algo de esta iniciativa Maverick Style relacionada con los hombres GQ, prometen y complen con la m¨¢xima de no hacer discursos. Por ah¨ª andan los ganadores del t¨ªtulo de hombres Maverick: Andrew Bolton, Thom Browne, Andr¨¦ Saraiva y Paul Sevigny, solo algunos de los 22 hombres que se repartir¨¢n las p¨¢ginas de los n¨²meros de diciembre y enero.
Pero, en cierta manera, los organizadores desviaron la atenci¨®n conscientemente hacia conseguir que los invitados convivan. Que un ¨¢ngel de Victoria¡¯s Secret como Lindsay Ellingson se siente en la misma mesa que el periodista y compartan impresiones sobre las soledades del mundo neoyorquino. Y que, desde luego, todos se relaman por igual con las ostras, el bogavante y el caviar que desfilan los platos de las ocho mesas de invitados durante un evento de casi cuatro horas en el que nadie parece tener prisa por irse. Que el estilo est¨¦ en la buena comida y en la mejor conversaci¨®n. ?Conseguir¨¢n que eso sea la ¨²ltima moda?
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