Puertas giratorias
No se puede condenar a la 'muerte civil' al que deja la vida p¨²blica
Una pr¨¢ctica controvertida durante los ¨²ltimos a?os ha sido la de las puertas giratorias, entendida como el paso de cargos p¨²blicos al sector privado y su eventual regreso al sector p¨²blico. M¨¢s all¨¢ de la demagogia, no se ve realmente d¨®nde reside la gravedad del problema se?alado, salvo que se pretenda imponer un tipo de pol¨ªtico completamente profesionalizado que hace de las batallas org¨¢nicas lo esencial de su tarea y que se vuelve l¨®gicamente conservador en cuanto a su estatus, puesto que podr¨ªa quedarse sin vida profesional o laboral fuera de las estructuras pol¨ªticas.
Conviene acoger con cautela los discursos y los programas de algunos partidos sobre este asunto. Que haya personas favorables a vivir siempre de la pol¨ªtica, o que dan el salto a la cosa p¨²blica tras una corta experiencia laboral, no implica que sea preciso condenar a la muerte civil al que deja la vida p¨²blica, ni forzar a la sociedad a indemnizarle de por vida. En sentido contrario, es inaceptable privar a la pol¨ªtica de los conocimientos y experiencia de buenos profesionales. Que haya movimiento de sillas parece razonable, bastante m¨¢s que la supresi¨®n pura y simple de esa posibilidad.
Asunto distinto es el necesario control. Deber¨ªan regularse tanto el tiempo que ha de transcurrir entre el cese en el cargo p¨²blico y la asunci¨®n de otras actividades, como el pantanoso terreno donde pueden cruzarse los conflictos de intereses. Ah¨ª es donde una regulaci¨®n sensata y una buena pr¨¢ctica deber¨ªan impedir las negligencias. Resulta asimismo indispensable que se lleven a cabo los registros de grupos de presi¨®n, que no quedaron resueltos con la promulgaci¨®n de la ley de transparencia.
Hay un terreno donde ha de acentuarse el cuidado. Se trata del paso de magistrados y jueces a la pol¨ªtica, y de su regreso inmediato a la judicatura cuando lo desean. Al igual que lo dicho respecto a los conflictos de intereses, es evidente que quienes hacen uso del reingreso en la carrera judicial no deber¨ªan ocuparse de asuntos en los que est¨¦n implicados los pol¨ªticos con los que acaban de confraternizar o a los que se han enfrentado. El poder judicial es independiente en Espa?a, por mandato constitucional, y sus titulares no pueden ser considerados simples miembros de una profesi¨®n que hoy son jueces, ma?ana pol¨ªticos y pasado ma?ana jueces otra vez.
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