El Prado de Zugaza
El hasta ahora director del gran museo ha sabido modernizarlo y acercarlo a la gente
Con la dimisi¨®n de Miguel Zugaza, el Prado pierde a uno de los gestores que mejor ha llevado las riendas de uno de los grandes buques insignia, si no el mayor, de la cultura espa?ola. No solo es que consiguiera impulsar un programa de exposiciones s¨®lido y ambicioso ¡ªya fueran monogr¨¢ficas o atendieran a sutiles y originales argumentos tem¨¢ticos¡ª sino que logr¨® seducir a trav¨¦s de ellas a un p¨²blico que ha convertido a los viejos maestros de sus salas en figuras familiares. Las cifras son elocuentes, y ah¨ª est¨¢n los 600.000 visitantes que se han acercado a ver la muestra de El Bosco para confirmar que el Prado est¨¢ ya profundamente incrustado en la vida cultural de Madrid.
Editoriales anteriores
Ese es uno de los signos m¨¢s notables de la modernizaci¨®n del museo, el saberlo pr¨®ximo y asequible. Pero durante los 15 a?os en los que Zugaza ha estado al frente se termin¨® tambi¨¦n, en 2007, la imponente ampliaci¨®n del centro proyectada por Rafael Moneo; en 2009, el rescate del Cas¨®n del Buen Retiro como centro de estudios, y en 2003 se aprob¨® una ley que convirti¨® al Prado en entidad de derecho p¨²blico, d¨¢ndole mayor autonom¨ªa administrativa y un margen mucho mayor para la autogesti¨®n. En estos momentos, la instituci¨®n logra autofinanciarse casi al 50% gracias a una habil¨ªsima pol¨ªtica para conseguir patrocinios muy diversos.
Zugaza ha conseguido sacar al Prado de la lucha partidista y ha tenido una rara habilidad para apaciguar cualquier conflicto interno y proyectar a sus conservadores. Lo ha hecho con eficacia y con esa discreci¨®n que solo est¨¢ al alcance de los que tienen talento para lograr amplios consensos a la hora de tejer acuerdos. Con su marcha, el Prado se queda desamparado. El desaf¨ªo de su patronato es inmenso: encontrar a alguien con la solidez suficiente para afrontar su bicentenario y la pr¨®xima ampliaci¨®n, que incorporar¨¢ al antiguo Museo del Ej¨¦rcito como campus del Museo del Prado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.