Los banqueros del Opus
El Popular consagr¨® un modelo de negocio distinto y evit¨® crear filiales de banca industrial
Con el mutis de su presidente ?ngel Ron declinan casi 60 a?os de un singular poder temporal del Opus Dei. El Popular era el ¨²nico banco en que tanto el cogollo de la c¨²pula dirigente como el paquete de control de su capital (casi un 10% sindicado) militaban en esa prelatura personal.
Naci¨® el Banco Popular de los Previsores del Porvenir, una suerte de cooperativa, en 1926, de la mano de un prohombre de la dictadura de Primo, Emilio Gonz¨¢lez-Llana. Puso un dinerito incluso Alfonso XIII, pero la entidad tuvo solo un pasar hasta 1945.
Tom¨® entonces el control un h¨¢bil financiero catal¨¢n del mundo de los seguros, F¨¦lix Millet i Maristany, antiguo director de El?Mat¨ª y democristiano de la rama Montserrat, catalanista. Convirti¨® la casa de los previsores en un banco. Y acab¨® cediendo capital y mando, en 1957, a su primo Luis Valls Taberner, de familia mitad textil algodonera, mitad bancaria, gen¨¦tica al 100% de la Lliga de Camb¨®. Y socio numerario del Opus.
Dos parejas de hermanos, los Millet (F¨¦lix y Salvador) y los Valls (Luis y Javier), encumbraron la min¨²scula entidad, arropados estos ¨²ltimos por gente que ser¨ªa muy principal. Como Rafael Termes, presidente de la patronal del sector e intelectual de la modernizaci¨®n bancaria. O Pepe Ferrer-Bonsoms, copiloto luego de Casimiro Molins ¡ªcementero y cu?ado de Laureano L¨®pez Rod¨®¡ª en el grupo Banco Atl¨¢ntico (antes Nonell)/Bankuni¨®n: del mismo sesgo, y promotor de las primeras autopistas espa?olas, pegadas a Barcelona, germen de la actual Abertis.
El Popular consagr¨® un modelo de negocio distinto. Evit¨® crear filiales de banca industrial (junto a la nepotista concentraci¨®n de riesgos en casa, causa de la crisis bancaria de los ochenta) y se concentr¨® en el descuento de papel, la banca comercial, un paradigma silencioso y poco rimbombante similar al del Sabadell.
Con ¨¦xito indiscutido: tres veces fue considerado como el banco m¨¢s rentable del mundo. La decadencia lleg¨® al degenerar el modelo e implicarse tarde, mal y masivamente en el riesgo del ladrillo. Los ep¨ªgonos de los Valls se jugaron el banco. Y seguramente el singular poder temporal a ¨¦l asociado: depende de d¨®nde desemboque. Fall¨® la previsi¨®n del Porvenir.
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