11 fotosPor qu¨¦ empiezo a comer chocolate y ya no puedo parar: 11 alimentos que enganchanHay comidas que estimulan la liberaci¨®n de dopamina y causan euforia igual que las drogas, seg¨²n los neur¨®logos. Eso explica que no deje ni una migaBuenaVida07 dic 2016 - 21:52CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlace?Siente que sus fuerzas se debilitan cada vez que atraviesa la secci¨®n de los congelados? ?Es en lo primero que piensa cuando decide quedarse en casa el viernes por la noche? No se culpe, no es el ¨²nico al que le resulta imposible resistirse a este plato italiano. Un reciente estudio de la Universidad de Michigan (EE UU) lo sit¨²a a la cabeza en la lista de los alimentos m¨¢s 'adictivos'. Seg¨²n los investigadores, las comidas que nos hacen perder la cabeza son aquellas que contienen una mayor dosis de carbohidratos refinados y grasas, porque inician de manera inmediata en nuestro cerebro una sensaci¨®n de retribuci¨®n. Lo explica Javier Tirapu Ust¨¢rroz, neuropsic¨®logo cl¨ªnico y miembro del Grupo de Estudio de Neuropsicolog¨ªa de la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa (SEN): ¡°Tanto las recompensas naturales -comida, bebida y sexo- como las drogas adictivas estimulan la liberaci¨®n de dopamina, y causan euforia y reforzamiento del comportamiento¡±.Otro de los alimentos m¨¢s deseados. En 2015, en Espa?a, se consumieron casi 500 millones de litros, un 3,5% del consumo total en todo el mundo. Este fervor culinario cuenta con una explicaci¨®n cient¨ªfica. ¡°Las comidas muy dulces, mucho m¨¢s que las que encontramos en la naturaleza, a excepci¨®n de la miel, activan en nuestro cerebro los mecanismos de recompensa que nos provocan un placer inmediato y despu¨¦s seguimos dese¨¢ndolos porque queremos volver a conseguir el mismo efecto. El peligro es que as¨ª se altera nuestra percepci¨®n del dulzor y, si nos acostumbramos, una fruta (que contiene fructosa y glucosa) ya no nos sabe a nada¡±, explica Luc¨ªa Mart¨ªnez, dietista-nutricionista en Dime Qu¨¦ Comes.Ha trascendido el estatus de alimento y se ha forjado su propia mitolog¨ªa. Los aztecas usaban las pepitas de cacao como moneda de cambio y, a su llegada a Europa, en el S. XVI, supuso un conflicto para el clero que lo prohibi¨® en su versi¨®n s¨®lida durante la cuaresma. Un estudio dirigido por Miguel Valdeolmillos, doctor en Medicina e investigador en el Instituto de Neurociencia del CSIC-UMH, resolvi¨® que este alimento resultaba m¨¢s estimulante para el cerebro que el sexo: cuando comemos chocolate, se libera en peque?as cantidades un compuesto llamado anandamida, pariente de los cannabinoides que nos proporciona una sensaci¨®n relajante.?No puede evitar recurrir a ¨¦l para adornar sus platos? Culpe a las casomorfinas, sustancias que se encuentran en grandes dosis en este alimento y generan una sensaci¨®n de bienestar en el comensal. Una investigaci¨®n del Instituto de Farmacolog¨ªa y Toxicolog¨ªa de la Academia de Medicina de Magdeburg (Alemania) los ha relacionado con la morfina y otros opi¨¢ceos que est¨¢n involucrados en controlar el dolor, la recompensa y la adicci¨®n en el cerebro. Seg¨²n Mart¨ªnez, ¡°durante el proceso de elaboraci¨®n, se generan beta casomorfinas que despu¨¦s nosotros comeremos. Y cuanto m¨¢s curado sea el queso, m¨¢s cantidad de ellas contendr¨¢¡±.El almid¨®n que contienen logra absorber una gran cantidad de aceite. Y si est¨¢n cortadas muy finas, se empapan a¨²n m¨¢s. Un estudio publicado en la revista 'PNAS' asegura que alimentos que contienen endocannabinoides ¡ªcomo este tub¨¦rculo¡ª nos generan una mayor sensaci¨®n de bienestar. Por si fuera poco, seg¨²n la investigaci¨®n, esta sustancia provoca la necesidad de ingerir grasas, lo que tambi¨¦n se relaciona con el placer. La sal tambi¨¦n influye: ¡°Es un potenciador del sabor y estimula las papilas gustativas. Cuando comemos alimentos salados, subimos el umbral de detecci¨®n del sabor, lo que hace que luego algo una comida 'normal' nos resulte sosa. Por suerte, como ocurre con la ingesta del az¨²car, se puede revertir: podemos bajar la cantidad poco a poco e ir acostumbr¨¢ndonos al sabor natural de los alimentos¡±, aconseja la experta.Como ya hemos dicho, las grasas estimulan la sensaci¨®n de recompensa y nos llevan a hacer la vista gorda ante la cantidad de calor¨ªas que tienen muchos de estos alimentos. Pero el exceso cal¨®rico solo es el primero de los problemas que acarrea la panceta. Su caracter¨ªstico sabor se consigue gracias al nitrito de sodio, una sustancia que se utiliza como conservante y que le confiere a las carnes un color rojizo. Durante su proceso de elaboraci¨®n, los nitritos pueden derivar en nitrosaminas, un compuesto que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) ha calificado como cancer¨ªgeno. De hecho, el beicon se ha clasificado, junto con el resto de la carne procesada (salchichas, hamburguesas y embutidos,) como ¡°cancer¨ªgeno para los seres humanos¡±.Desear comerse una hamburguesa tras una noche de excesos es algo bastante habitual. La explicaci¨®n de por qu¨¦ nos apetece este alimento y no una ensalada es, seg¨²n un trabajo publicado en la revista cient¨ªfica 'Neuron', que el sistema de recompensa del cerebro puede activarse simplemente con el deseo de comer. Seg¨²n esta investigaci¨®n, las neuronas ser¨ªan sensibles a la ingesta de calor¨ªas y no tendr¨ªan en cuenta la palatabilidad, es decir, que la intenci¨®n de ingerir calor¨ªas "indica al cerebro la futura aparici¨®n de la recompensa y no la recompensa en s¨ª¡±, apunta el doctor Ust¨¢rroz.El combo perfecto para que resulte imposible parar de comer: harina (hidratos de carbono procesados), pan rallado y grasas. Un riesgo a?adido de los productos fritos es la acrilamida, ¡°un compuesto que aparece en los alimentos ricos en hidratos de carbono con el calor: el 'doradito' de las patatas fritas y del pan tostado, o el caf¨¦ torrefacto. Lo m¨¢s recomendable es evitar las partes muy tostadas, aunque en ocasiones son las que m¨¢s nos gustan¡±, advierte la nutricionista Mart¨ªnez. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) asegura que consumirla ¡°aumenta el riesgo de desarrollar c¨¢ncer para los consumidores de todas las edades¡±, aunque la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) matiza que solo supone un problema si se ingiere con frecuencia.El componente activo de los pimientos picantes es la capsaicina. Esta sustancia estimula las neuronas sensoriales que neutralizan al dolor y, como consecuencia, se liberan opioides y endorfinas, lo que produce un gran placer y ganas de repetir el mismo plato. Aun as¨ª, un estudio de la Universidad de Pensilvania (EE UU) asegura que no todas las personas tienen las mismas posibilidades de experimentar una sensaci¨®n de este tipo. Mart¨ªnez aboga por la prudencia. ¡°Para que su efecto fuese notable, tendr¨ªamos que tomar una cantidad muy alta (tambi¨¦n para que acelerase nuestro metabolismo), pero la mayor¨ªa de las veces esta no es suficiente¡±.La mayor¨ªa de los dulces son carbohidratos de absorci¨®n lenta con un ¨ªndice gluc¨¦mico elevado, es decir, el az¨²car se libera muy r¨¢pido y despu¨¦s desaparece, como un 'chute' de energ¨ªa. ¡°A diferencia de los monosac¨¢ridos (si son una sola mol¨¦cula) o los disac¨¢ridos (si son dos), los almidones y otras cadenas mucho m¨¢s largas resultan m¨¢s complicados de digerir para nuestro cuerpo¡±, explica la nutricionista. Sin embargo, algunos de absorci¨®n r¨¢pida, como la fruta, son alimentos saludables: ¡°La subida de la glucemia es m¨¢s lenta porque su contenido en fibra la frena. Debemos siempre tener en cuenta que no sean az¨²cares a?adidos, y optar por los que contiene el propio alimento de manera natural¡±, a?ade.Es probable que de peque?o se atiborrase de ellas, y es el desayuno habitual de muchos ni?os. Este dulce, que en su versi¨®n m¨¢s habitual se elabora con mantequilla, huevos, harina, az¨²car, sal y canela es m¨¢s problem¨¢tico de lo que aparenta. El alto contenido en harinas refinadas y grasas, unido a un formato que parece inofensivo, 'engancha' f¨¢cilmente. ¡°Llevar una dieta muy rica en productos con az¨²car a?adido puede ser un factor de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2, obesidad, c¨¢ncer... Porque hacerlo implica no solo ese aporte de az¨²car extra por encima de lo recomendado sino que adem¨¢s suelen ser productos que llevan asociados otros componentes poco saludables¡±, concluye la experta.