Una treintena de monjas decidi¨® abandonar el convento para ced¨¦rselo a los refugiados. La mayor¨ªa son afganos y pakistan¨ªes
Italia -
Hace una d¨¦cada que Masoud Latifi no pisa Kabul. Hoy, despu¨¦s de vivir en Ir¨¢n, Grecia y Turqu¨ªa, es profesor de italiano e intermediador cultural en Italia. Ayuda a integrarse en el pa¨ªs a los que como ¨¦l, un d¨ªa decidieron abandonar Afganist¨¢n. Rub¨¦n Mart¨ªnez MateoMasoud Latifi, con la pulsera de su pa¨ªs en la mu?eca, no olvida sus ra¨ªces. Apunta en caracteres latinos su nombre y el de sus compa?eros. Con 16 a?os se involucr¨® en el partido pol¨ªtico de su padre, que lucha por los derechos de las mujeres en Afganist¨¢n. Los talibanes le persiguieron "por repartir libros prohibidos".Rub¨¦n Mart¨ªnez MateoEl Nazareno, hace justo un siglo refugio para los heridos de la I Guerra Mundial, es una de las estructuras extraordinarias que acoge a los refugiados en Gorizia, que se ha convertido durante meses en desembocadura de los refugiados que llegaron a Europa huyendo de los conflictos de Oriente Medio. Rub¨¦n Mart¨ªnez MateoJan Muhammad en la cocina-escuela. Aqu¨ª comen, pero tambi¨¦n estudian italiano. Hay normas. Un cartel pegado en la puerta advierte de que est¨¢ prohibido comer en las habitaciones, excepto pan.Rub¨¦n Mart¨ªnez MateoEl convento no se limpia solo. Son los refugiados quienes se organizan para una mejor convivencia. En turnos de desayuno, comida y cena asumen las tareas de limpieza. Tambi¨¦n les sirve como actividad de integraci¨®n.Rub¨¦n Mart¨ªnez MateoLas habitaciones constan de cuatro camas y un armario central donde almacenan un poco de ropa, toallas, mantas y papel higi¨¦nico. La habitaci¨®n de Jan est¨¢ en el segundo piso, a pocos pasos de la improvisada mezquita. Rub¨¦n Mart¨ªnez MateoLos refugiados suelen hablar una vez a la semana con sus familiares. El turno de Jan suele ser los viernes. ¡°Quiero encontrar un trabajo, de lo que sea, e intentar tra¨¦rmelos¡±, confiesa.Rub¨¦n Mart¨ªnez MateoEl Nazareno fue durante muchos a?os el hospital de la ciudad. A¨²n conserva los espacios que lo recuerdan. Un grupo de refugiados charla en la sala de espera. En la primera planta se encuentra la enfermer¨ªa. ¡°Si uno se pone malo, se le a¨ªsla del resto all¨ª. Un m¨¦dico suele venir a verlo una vez por semana¡±, relata un voluntario de la cooperativa social Mosaico Central, gestora del espacio.Rub¨¦n Mart¨ªnez MateoDe media suelen estar diez meses en este edificio, aunque alguno de ellos vive all¨ª desde hace dos a?os. En el convento reciben asesoramiento en temas legales y se hacen las gestiones necesarias para que obtengan el estatus de refugiados.Rub¨¦n Mart¨ªnez MateoLa mayor¨ªa son afganos y pakistan¨ªes. ¡°No pueden volver a sus pa¨ªses porque su vida corre serio peligro all¨ª¡±, indican desde el Mosaico Central. En un principio hab¨ªa 90 plazas. En estos meses se ha acondicionado para que alojar a 150 personas.Rub¨¦n Mart¨ªnez Mateo
