Qu¨¦ pena
Entre el suelo electoral del PSOE y el techo electoral de Podemos se extiende un desierto
Entre el suelo electoral del PSOE y el techo electoral de Podemos se extiende un desierto por el que deambulan contribuyentes abandonados por todos los partidos del espectro pol¨ªtico, otorg¨¢ndole a espectro el sentido de fantasma, sombra, aparici¨®n, ¨¢nima, espantajo. Como ni el suelo de aquellos ni el techo de estos permanece inm¨®vil, el desierto crece y crece de jornada en jornada, de telediario en telediario, de declaraci¨®n en declaraci¨®n, de twitter en twitter y de carta de amor en carta de amor. Crece por lo tanto tambi¨¦n el n¨²mero de quienes, perdidos en ese laberinto borgiano, soportan los largos d¨ªas de calor y las eternas noches de fr¨ªo sin hallar un oasis en el que depositar el voto y regresar a lo suyo, sea el trabajo, el paro, los estudios, la familia o el arte. ?Qu¨¦ mala pinta tienen los llamados debates entre Errej¨®n e Iglesias! Pero llega Urban, el tercero en discordia, y asegura que le saben a poco y que deber¨ªan discutir m¨¢s, todav¨ªa m¨¢s. Motivos sobran: a¨²n no han resuelto, por ejemplo, si el voto de las clases medias les da asco y deben rechazarlo o podr¨ªan sacarle alg¨²n partido. No advierten que mientras ellos hacen esgrima o lo que quiera que sea lo que hacen con las palabras, la realidad se desertiza y el PP aparece como la ¨²nica ciudad propiamente dicha en miles de quil¨®metros a la redonda. Y es que no hay nada como instalarse para empezar a disfrutar de juegos ret¨®ricos que hasta ayer mismo nos parec¨ªan ejercicios peque?oburgueses
Hay viajeros que logran atravesar el desierto sin caer en el abatimiento abstencionista, pero que al alcanzar exhaustos la orilla del PSOE se quedan perplejos tambi¨¦n al contemplar su ruina moral, as¨ª como los moralistas escogidos para salir de ella. ?Qu¨¦ pena!
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