Elina Vil¨¢ y Agn¨¨s Blanch, dise?o que respeta el entorno

TIENE ALGO en com¨²n criarse en las calles de La Habana y entre los vi?edos del Priorato? La arquitecta cubana Elina Vil¨¢ (1965) y la interiorista catalana Agn¨¨s Blanch (1971) aseguran que, durante su infancia, ambas respiraron respeto por el entorno. Tanto que el primer trabajo de Elina consisti¨® en restaurar La Habana Vieja y el de Agn¨¨s se acerc¨® al dise?o dibujando las etiquetas de las botellas del vino familiar de Cap?anes.

Fue esa voluntad de partir de lo existente lo que las llev¨® a unirse a finales del siglo XX, cuando se conocieron en Barcelona y abrieron un estudio de arquitectura. ¡°Quer¨ªamos reparar, valorar lo que exist¨ªa, y ser atemporales¡±. Esa voluntad de quedar fuera del tiempo y de las modas cuaj¨® un sello limpio, sobrio y casi minimalista. No en vano llamaron a su estudio M¨ªnim, y tres a?os despu¨¦s, en 2002, bautizaron as¨ª una tienda de mobiliario contempor¨¢neo. Hoy piensan que fue un error, pues el ¨¦xito del comercio se apropi¨® del nombre del estudio, y por eso, hace dos a?os, Vil¨¢ y Blanch cedieron sus apellidos al despacho de arquitectura que comparten con 15 profesionales.

Sus pr¨®ximos proyectos apuntan hacia China, Bar¨¦in y, tal vez, La Habana. ?El objetivo? El de siempre: ¡°Evitar la escenograf¨ªa. Las intervenciones en los edificios hist¨®ricos y las viviendas contempor¨¢neas tienen que transmitir verdad¡±.