Teatro
Cuando la vida parece que no basta se recurre a la ficci¨®n
No es raro que el fot¨®grafo de Associated Press Burhan Ozbilici echase mano de un recurso habitual para explicar su trabajo en el atentado contra el embajador ruso. Pens¨®, en cuanto vio que el terrorista sacaba la pistola, que se trataba de una obra de teatro. Siempre ocurre que cuando la vida parece que no basta se recurre a la ficci¨®n. Aparece una pistola en una aburrida inauguraci¨®n de fotograf¨ªa y uno en lo primero que piensa es en el teatro; aqu¨ª tenemos, por tanto, una se?a de distinci¨®n que todav¨ªa sobrevive ante el terrorismo: no nos lo creemos. No es tan habitual como para pensar que est¨¢ pasando de verdad. Ninguna l¨®gica obliga a imaginar que cuando un hombre saca delante de nosotros una pistola, apunta a otro hombre y le dispara, es porque lo quiere matar.
Por tanto, superados esos segundos, Ozbilici sigui¨® haciendo su trabajo. Que era, en aquel momento, el trabajo m¨¢s delicado del mundo. Un terrorista acaba de disparar a un hombre, levanta la pistola, la apunta hacia la multitud y grita que su dios es m¨¢s grande que ninguno. Ante ese panorama, Ozbilici no puede hacer otra cosa que apuntar al terrorista, centrar el objetivo y disparar; se mantiene as¨ª, de pie, delante del asesino. Luego escribi¨® un texto en Associated Press, la agencia en la que trabaja: ¡°Estaba asustado y sab¨ªa que corr¨ªa peligro si el pistolero se giraba hacia m¨ª. Pero avanc¨¦ un poco y le fotografi¨¦ mientras ¨¦l intimidaba a su audiencia cautiva. Esto es lo que pensaba: ¡®Estoy aqu¨ª. Aunque me disparen y me hieran o me maten, soy un periodista. Tengo que hacer mi trabajo. Podr¨ªa salir corriendo sin hacer ninguna fotograf¨ªa. Pero no tendr¨ªa ninguna respuesta apropiada si alguien me preguntara m¨¢s tarde por qu¨¦ no saqu¨¦ ninguna foto¡±.
Uno de los d¨¦ficits m¨¢s significativos de esta profesi¨®n tiene que ver con las respuestas apropiadas. Es dif¨ªcil encontrarlas. Cuando se encuentran a veces es duro descubrirlas. Pero lo peor sigue siendo no tenerlas. Ocurre que hay que pensar en much¨ªsimas cosas durante un segundo antes de pensar en la fundamental, que es poner tu vida a salvo. Siempre he cre¨ªdo que un buen periodista es el que no deja saber a un amigo d¨®nde acaba la amistad y empieza la fuente, del mismo modo que un fot¨®grafo en el discurso de inauguraci¨®n de una exposici¨®n sabe que se puede convertir en un fot¨®grafo de guerra d¨¢ndose un ¨²ltimo lujo: pensar, como pensar¨ªa cualquiera, que se est¨¢ haciendo teatro.
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