Sexo cualitativo, no cuantitativo
La jugueter¨ªa er¨®tica y la paciencia, armas infalibles de la sexualidad en la tercera edad
El propio m¨¦dico personal de Juan Belmonte confirm¨® que la ¨²nica espant¨¢ del matador de toros fue pegarse un tiro por no soportar envejecer. Afrontar la tercera edad es b¨¢sico para encarar la vida. Y con sexo resulta mucho m¨¢s f¨¢cil.
Reconozco que leer la noticia firmada por Juan Tall¨®n me produjo mucha tristeza. Jam¨¢s me hubiera planteado que llegar¨ªa un d¨ªa en el que ese reci¨¦n nacido del uno de enero costara encontrarlo. Despu¨¦s de saber que diciembre es el mes con m¨¢s sexo de todo el a?o, asumamos que enero es el mes de las defunciones. Los datos del INE reflejan qui¨¦nes somos y en cada nota de prensa lo dejan m¨¢s claro: nos morimos m¨¢s que nacemos; somos una poblaci¨®n envejecida. Es m¨¢s que necesario que vayamos acostumbr¨¢ndonos a que nuestros ritos sexuales cambian con la edad. Fuimos una hoguera sexual, ?quedan brasas? ?Manteng¨¢moslas!
Empecemos por decir que el sexo despu¨¦s de los 50 tiene sus ventajas. Los embarazos no deseados dejan de ser un problema y, con poco que pongamos de nuestra parte, no nos amilanaremos cuando nos metamos en una cama. Las desventajas tambi¨¦n las conocemos. Personalmente, agradezco enormemente el triunfo de modelos con canas, tanto mujeres como hombres. M¨¢xime cuando el bistur¨ª no ha perpetrado su trabajo. Yazemeenah Rossi incluso se graba desnud¨¢ndose y entre sus secretos de belleza incluye el sexo.
Para Carolina Armero, el sexo es una de las mejores inyecciones de vida que existen. Como entrenadora sexual, lo que ahora llamamos coach, encuentra en los juguetes sexuales uno de los mejores instrumentos para mejorar la vida sexual. M¨¢xime para la tercera edad. "A partir de cierta edad es normal que nuestro propio cuerpo nos impida ser unos atletas sexuales. Los juguetes sexuales pueden ayudarnos a seguir disfrutando con el sexo. Los juguetes complementan lo que no podemos conseguir o mantener por la edad como la erecci¨®n y ejercitan m¨²sculos que mejoran nuestra vida. Y lo mejor: solos o acompa?ados". Mar¨ªa tiene 80 a?os y tras la muerte de su marido entr¨® en un proceso de estr¨¦s y depresi¨®n. Carolina Armero llev¨® los juguetes er¨®ticos a su vida. Dildos, vibradores y bolas chinas. Con los primeros aprendi¨® a relajarse, con las ¨²ltimas (que no dan placer, sino que ejercitan la musculatura del suelo p¨¦lvico), se ha convertido en la ¨²nica mujer de su entorno que no necesita pa?ales de ning¨²n tipo para contener las odiosas p¨¦rdidas de orina. "A mi generaci¨®n se le ha negado el sexo absurdamente", sentencia.
Cu¨¢nta raz¨®n tiene Mar¨ªa... Nuestras bisabuelas tuvieron m¨¢s libertad sexual que nuestras abuelas e incluso m¨¢s que nuestras madres. Y no se sonr¨ªan, se?ores; educaci¨®n sexual, tampoco recibieron.
La testosterona es lo que provoca el deseo y la clave de la sexualidad masculina. Si durante la adolescencia se traduce en poluciones nocturnas y durante a?os hay erecciones matutinas, a partir de los 40 a?os la testosterona que produce el hombre disminuye un 1 % al a?o. Es una disminuci¨®n normal, gradual, que simplemente, envejece. Sin embargo, entre los 40 y los 50 a?os, un 15 % de los varones tienen menos testosterona de la que les corresponde por edad. Y esto tambi¨¦n los lleva a ser carne de ca?¨®n. M¨¢s del 20 % de los hombres entre 50 y 65 a?os sufren depresi¨®n y es precisamente por culpa de esa mal llamada pitopausia. Cuenta la leyenda que Juan Belmonte se suicid¨® porque ya no se empalmaba ni follaba como antes. Su m¨¦dico personal confirm¨® que fue la vejez lo que le hizo apretar el gatillo; sus amigos apuntaron que fueron sus empalmes. Jos¨¦ Luis Arrondo, jefe de la Unidad de Androlog¨ªa del Estudio M¨¦dico Navarro y vicepresidente de la Academia Espa?ola de Sexolog¨ªa y Medicina Sexual se?ala que lo mejor es centrarse y echarle el tiempo que haga falta a ese polvo por muy espor¨¢dicamente que se materialice: "Centr¨¦monos, sin prisas, en ese acto sexual; lo tengamos cuando lo tengamos y con la frecuencia que sea. Adem¨¢s del inmenso placer que nos reporta una orgasmo, en cada uno de ellos incrementamos los niveles de testosterona. No hay forma m¨¢s natural ni sencilla. Sin pastillas y sin medicamentos. Ya lo dice el dicho: Lo que no se utiliza, se atrofia. A lo que yo a?ado: lo que se utiliza, se espabila".
Bienvenido sea el gustazo. Espabilemos, se?ores.
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