Serendipia o chiripa
Los anunciantes del autom¨®vil se curaron en salud y lo pon¨ªan f¨¢cil: ¡°Descubre el efecto de ir a buscar algo y encontrar algo mejor¡±
Un insistente anuncio repite la palabra ¡°serendipia¡±, y muchos se habr¨¢n sorprendido al encontrarla definida as¨ª en el Diccionario:¡°Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual. Ej.: El descubrimiento de la penicilina fue una serendipia¡±. Los anunciantes se curaron en salud, y lo pon¨ªan f¨¢cil: ¡°Serendipia en Volkswagen. Descubre el efecto de ir a buscar algo y encontrar algo mejor¡±.
Este vocablo se halla en apenas 17 textos del millonario banco de datos acad¨¦mico, y s¨®lo uno de ellos es anterior a 2002. El Diccionario lo acoge en 2014 tomando quiz¨¢s el uso de personas cultas que estaban en contacto con el t¨¦rmino ingl¨¦s serendipity y que desecharon o no recordaron los equivalentes ¡°chiripa¡± (¡°carambola¡±, ¡°casualidad favorable¡±), ¡°churro¡± (¡°acierto casual¡±) o ¡°chamba¡± (¡°chiripa¡±).
El acad¨¦mico espa?ol Emilio Lorenzo ya inclu¨ªa ¡°serendipia¡± hace 20 a?os en el magn¨ªfico libro Anglicismos hisp¨¢nicos (Gredos, 1996), y situaba su primera aparici¨®n en un cuento del autor ingl¨¦s Horace Walpole (1717-1797) titulado Los tres pr¨ªncipes de Serendip, nombre ¨¢rabe de Ceil¨¢n (isla que ocupa hoy el Estado de Sri Lanka).
Sin embargo, tanto Ruy P¨¦rez Tamayo (Serendipia: ensayos sobre ciencia, medicina y otros sue?os, 1980) como Gregorio Doval (Palabras con historia, 2002) se?alan que Walpole no escribi¨® ese cuento. El relato formaba parte de la tradici¨®n oral persa, y Walpole s¨®lo se vali¨® de ¨¦l para dar sentido a su neologismo. El autor ingl¨¦s cre¨® efectivamente el sustantivo serendipity a partir de aquel top¨®nimo del t¨ªtulo porque, seg¨²n ¨¦l, los personajes de la narraci¨®n resolv¨ªan siempre sus problemas por casualidad. Y lo us¨® el 28 de enero de 1754 en una de las numerosas cartas que dirigi¨® a su amigo Horace Mann.
El vocablo qued¨® casi olvidado en esa correspondencia, publicada a?os m¨¢s tarde, hasta que lo recuper¨® la revista Scientific American en 1955 para referirse a grandes hallazgos casuales.
No obstante, P¨¦rez Tamayo coteja las traducciones del cuento que pudo haber le¨ªdo Walpole con la interpretaci¨®n que ¨¦ste hizo en su carta a Mann, y concluye que debi¨® de escribir muy de memoria al referirse a las casualidades de los tres pr¨ªncipes, y m¨¢s bien para darse pisto de erudito ante su amigo. Porque los aventureros del cuento no se beneficiaban de las coincidencias, sino de su sagacidad.
Seg¨²n este acad¨¦mico mexicano, la actual idea de serendipity s¨ª se relaciona m¨¢s con la capacidad de extraer conclusiones cient¨ªficas de hechos casuales que con la mera coincidencia afortunada. Y por eso propone diferenciar ¡°serendipia¡± y ¡°chiripa¡± (fluke en ingl¨¦s): esta ¨²ltima s¨®lo implica suerte, mientras que aquella precisa ingenio adicional.
Sin embargo, las definiciones acad¨¦micas no parecen concluyentes al respecto: ¡°Serendipia¡± significa ¡°hallazgo valioso y casual¡±; y ¡°chiripa¡±, ¡°casualidad favorable¡±. Y puesto que ¡°hallazgo¡± cubre todas las posibilidades (queriendo, sin querer, sin querer queriendo¡), en la mayor¨ªa de los contextos pueden intercambiarse sin problema. As¨ª, el descubrimiento de la penicilina fue una serendipia¡ y una chiripa; t¨¦rmino que ven¨ªamos usando hasta ahora.
Eso s¨ª: ¡°chiripa¡± suena coloquial y de andar por casa, mientras que ¡°serendipia¡± parece incluso un vocablo cient¨ªfico. Casi siempre se le da un plus de prestigio a lo que procede del ingl¨¦s.
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