La innegociable cruzada del actor James Woods contra un ¡®tuitero¡¯ muerto
La ins¨®lita y obsesiva historia de un famoso persiguiendo a un an¨®nimo que le llam¨® "cocain¨®mano"
El actor James Woods est¨¢ enfadado. Mucho. El int¨¦rprete (nominado dos veces al Oscar, por Salvador y Fantasmas del pasado) est¨¢ librando una lucha ins¨®lita en un campo de batalla llamado Twitter. El rifle lo empu?a su bufete de abogados, y el enemigo es un usuario an¨®nimo que insult¨® a Woods a trav¨¦s de la red social. El actor exige 9,5 millones de euros en compensaci¨®n. En un perverso giro de los acontecimientos, de esos que s¨®lo se le ocurrir¨ªan al guionista m¨¢s salvaje de Hollywood, el tuitero falleci¨® durante los proleg¨®menos del proceso. Cualquier otro retirar¨ªa la demanda, pero no James Woods. ?l, agarr¨® su m¨®vil, abri¨® Twitter y escribi¨®: "A ver si aprend¨¦is. Difamadme, y os demandar¨¦. Si mor¨ªs, os seguir¨¦ hasta las entra?as del infierno. ?Queda claro?". Este explosivo cl¨ªmax comenz¨®, como las mayores tragedias, con un inofensivo intercambio de opiniones.
Todo empieza en julio de 2015, cuando James Woods critic¨® al programa de televisi¨®n USA Today por dedicarse a hablar del cambio de sexo del exatleta Bruce Jenner, actualmente Caitlyn Jenner. El actor, votante republicano, indic¨® que en vez de hablar de "la selecci¨®n de vestuario de Bruce Jenner", pod¨ªan hablar de, seg¨²n ¨¦l, las malas artes de una asociaci¨®n estadounidense que no es de su gusto, Planned Parenthood (Panificaci¨®n Familiar).?
Cuando falleci¨® el 'tuitero', Woods clam¨®: "A ver si aprend¨¦is. Difamadme, y os demandar¨¦. Si mor¨ªs, os seguir¨¦ hasta las entra?as del infierno. ?Queda claro?"
El usuario de Twitter Abe List, arropado por un irresistible y ventajoso anonimato, le respondi¨® llam¨¢ndole "adicto a la coca¨ªna", para despu¨¦s ampliar su descripci¨®n a "escoria", "rid¨ªculo" y "payaso". Todo usuario de Twitter sabr¨¢ que este tipo de descalificaci¨®n es un martes por la ma?ana cualquiera en la red social. Pero Woods ten¨ªa el d¨ªa libre y lo ley¨®, le denunci¨®, y sent¨® en el estrado a un catedr¨¢tico ling¨¹ista de la Universidad de Southern California que analiz¨® que la sintaxis de los tuits de Abe List no suger¨ªa una hip¨¦rbole, sino una acusaci¨®n literal de que el actor era cocain¨®mano. Woods reclam¨® 9,5 millones y la publicaci¨®n de la identidad real de Abe List. Twitter, por su parte, se lav¨® las manos y declin¨® desvelar los datos del usuario. A partir de ah¨ª todo explot¨®
El abogado de Abe List se aferr¨® a la Primera Enmienda, la que protege la libertad de expresi¨®n. El asunto era el siguiente: c¨®mo demostrar que Woods es un consumidor de coca¨ªna. Seg¨²n el abogado de Abe List, Twitter es "un foro abierto donde los chascarrillos son la norma". Por otra parte, subray¨® que el actor tambi¨¦n entr¨® al trapo de este juego de descalificaciones, participando de "el popular car¨¢cter de Twitter basado en la cultura de la hip¨¦rbole".
Para ilustrar su defensa, el abogado mostr¨® varios tuits de James Woods en los que ped¨ªa a sus enemigos online que dejasen de fumar crack. El juez fall¨® en favor de Woods, y acept¨® la viabilidad de su demanda. Pero Abe List, cuya identidad permanece an¨®nima a d¨ªa de hoy, falleci¨® en circunstancias no desveladas. ?Cu¨¢l fue la reacci¨®n de Woods? Alegrarse de que el caso pudiese seguir adelante, y expresar su deseo de que "ese canalla muriese gritando mi nombre".
Tras la muerte de su cliente, el abogado retir¨® la apelaci¨®n. Pero Woods no iba a dejarlo estar. En noviembre de 2016 el actor present¨® una moci¨®n para que se desvele la identidad del tuitero. Hace un par de semanas el juez (aunque mostr¨® sus reservas ante la persecuci¨®n medi¨¢tica que este caso lanzar¨¢ contra la familia del difunto) orden¨® al abogado que efectivamente publicase el nombre del fallecido. Todav¨ªa no se ha hecho p¨²blico el nombre, pero eso poco importa ya. Fallecido el tuitero, el drama lo tiene ahora su familia, que se tendr¨ªa que hacer cargo del pago de 9,5 millones si es que Woods gana.?
En un comunicado, el abogado insisti¨® en que las redes sociales existen "no s¨®lo para que los ricos y poderosos vapuleen a la gente, sino para que todos los usuarios se expresen, a menudo de forma extravagante, sin temor a ser arrastrados hacia una litigaci¨®n costosa y estresante". Tambi¨¦n lament¨® que en el mundo actual "los famosos, incluyendo al se?or Woods, puedan destruir las vidas de individuos incitando a sus seguidores a atacarlos".
El abogado espa?ol Daniel Santos, socio del bufete especializado en delitos inform¨¢ticos Santos y asociados, considera que el tuit en cuesti¨®n es una intromisi¨®n ileg¨ªtima del derecho al honor: una acusaci¨®n de actividades nocivas. "El delito, en este caso, es la mentira. Si el acusado pudiera demostrar que James Woods es cocain¨®mano, quedar¨ªa exento de responsabilidad. En Espa?a, si fuese culpable la indemnizaci¨®n estar¨ªa entre los 6.000 y los 12.000 euros, dependiendo de si la acusaci¨®n se vierte en un foro p¨²blico o privado, y si el tuit incluye publicidad o no", explica Santos.
Seg¨²n este especialista, las denuncias por insultos en redes sociales han aumentado vertiginosamente durante los ¨²ltimos a?os en nuestro pa¨ªs. "Cuando te insultan debes reaccionar r¨¢pido, e ir a un notario que acredite que el tuit es cierto", indica. "Con esa acta notarial, se pone la denuncia. Pero primero hay que asegurar esa prueba. A continuaci¨®n, un juez estimar¨¢ si el insulto es una intromisi¨®n al honor, una calumnia (acusar a alguien de un delito, como por ejemplo decir que es un maltratador o un narcotraficante), o una injuria (un insulto grave). En estos dos ¨²ltimos casos s¨ª hay pena de prisi¨®n, que va de los seis meses a los dos a?os". Las personas an¨®nimas est¨¢n m¨¢s protegidas por la ley, ya que, tal y como explica Daniel Santos, "se considera que los famosos en cierto modo se han expuesto, as¨ª que su intimidad no tiene la misma protecci¨®n. Su intimidad es menos valorada. Pero la gente an¨®nima denuncia, y cada vez m¨¢s".
James Woods considera que, ahora que est¨¢ muerto, Abe List no ostenta derecho alguno a la privacidad. "En los litigios sobre la libertad de expresi¨®n, a veces ganan los malos", escribi¨® el abogado de Abe List. Y a?adi¨®: "Me siento orgulloso de haber representado a Abe List y de haberme enfrentado a James Woods, un tipo que es capaz de escribir injurias, pero no de soportar recibirlas". Los abogados del actor, en cambio, consideran la decisi¨®n judicial "un significativo paso adelante en nuestra capacidad para recuperar los millones en perjuicios que ese cobarde tuit caus¨®. Tambi¨¦n manda un mensaje a todos esos que creen que pueden esconderse detr¨¢s del anonimato de las redes sociales para difamar a figuras p¨²blicas de comportamientos atroces sin sufrir las consecuencias".
Fallecido el 'tuitero', el drama lo tiene ahora su familia, que se tendr¨ªa que hacer cargo del pago de 9,5 millones si es que Woods gana
Mientras el proceso contin¨²a, Woods sigue trabajando. En estos momentos est¨¢ a punto de rodar una serie donde hace de un polic¨ªa veterano y duro. Aunque estuvo casado dos veces, el actor no tiene hijos. Su novia actual es Kirsten Bauguess, de 23 a?os. 46 menos que ¨¦l.
La hipot¨¦tica victoria del actor podr¨ªa sentar un precedente, que regular¨ªa el abismal vac¨ªo legal que a¨²n engulle a la reci¨¦n nacida Internet. Estrellas como Sienna Miller o Amy Winehouse consiguieron en 2009 que la ley prohibiese a los paparazis fotografiarles sin su consentimiento, y desde entonces varios famosos han imitado esta petici¨®n. James Woods clama justicia. Y nada va a detenerle. Ni siquiera los portones custodiados por el cancerbero. Si el infierno existe, todo apunta a que James Woods y Abe List van a pasarse la eternidad aull¨¢ndose injurias, difamaciones, calumnias e intromisiones el uno al otro. Y todo empez¨® con un tuit...
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