Trump, Ir¨¢n y la estabilidad
El nuevo presidente de EE UU deber¨ªa pensar donde est¨¢n sus intereses y los de Oriente Pr¨®ximo
Desgraciadamente, no han sido muchos los acuerdos sobre desaf¨ªos globales alcanzados en los ¨²ltimos tiempos. Adem¨¢s del Plan de Acci¨®n Integral Conjunto (PAIC) sobre proliferaci¨®n nuclear con Teher¨¢n, el acuerdo de Par¨ªs sobre cambio clim¨¢tico aparece como otro de gran importancia. Y poco m¨¢s. Han sido tiempos donde la competici¨®n entre las grandes potencias ha predominado sobre la cooperaci¨®n. Sin embargo, estas dos excepciones proporcionan la esperanza de que a¨²n es posible dominar los riesgos globales con procedimientos de cooperaci¨®n multilateral.
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Pero la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, a tenor de sus declaraciones contrarias a los acuerdos, pone de manifiesto la fragilidad de los mismos. El que Estados Unidos retirara su firma o dejara de cumplir cualquiera de ellos ser¨ªa un duro golpe para el sistema de gobernanza global, que debiera servir para resolver los problemas globales mediante acuerdos multilaterales.
En 2013 se celebraron elecciones presidenciales en Teher¨¢n. Las gan¨® Rohan¨ª, el mismo con el que los europeos iniciamos las negociaciones en 2003, cuando Ir¨¢n ten¨ªa un modesto programa nuclear. Diez a?os despu¨¦s, en 2013, el n¨²mero de centrifugadoras iran¨ªes capaces de hacerlo superaba los tres d¨ªgitos. Afortunadamente, durante los dos a?os siguientes, con un esfuerzo diplom¨¢tico admirable, se consigui¨® el acuerdo actual.
Es sabido que en EE?UU hab¨ªa personas que no ve¨ªan con buenos ojos el acuerdo. Tambi¨¦n, en la regi¨®n, hab¨ªa pa¨ªses a quienes no les parec¨ªa oportuno. Un grupo argumentaba que Ir¨¢n no era un pa¨ªs fiable; otro, que dar¨ªa a Ir¨¢n un estatus regional inaceptable. Un tercer grupo sosten¨ªa, y sostiene, que Ir¨¢n no se merec¨ªa entonces, ni ahora, ¡°ni agua¡±.
Tras un a?o de acuerdo, ?ha cumplido Ir¨¢n sus compromisos? A tenor de lo que nos dice la AIEA (Agencia Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica), la repuesta parece positiva. La AIEA afirma que ha podido inspeccionar todos los lugares solicitados y ha accedido a los sistemas electr¨®nicos iran¨ªes y a su cadena de enriquecimiento. La agencia insiste en que nunca hubo un pa¨ªs m¨¢s monitorizado.
Los europeos deben asumir la responsabilidad de que el acuerdo se mantenga
El International Crisis Group, que ha seguido el proceso, afirma en un reciente informe que ¡°Donald Trump ser¨¢ el primer presidente de Estados Unidos en 20 a?os que no tendr¨¢ que preocuparse desde el primer d¨ªa de su mandato de que Ir¨¢n pueda cruzar sin ser detectado el umbral de enriquecimiento capaz de producir un arma nuclear¡±.
Cierto es que muchos esper¨¢bamos que, tras la firma del acuerdo, las relaciones entre Ir¨¢n y Estados Unidos mejoraran de forma sensible. Pero no ha sido as¨ª. Y tampoco lo han hecho las relaciones de Ir¨¢n con sus vecinos de la regi¨®n. La oportunidad que presentaba el acuerdo para intentar estabilizar la regi¨®n ha sido desaprovechada. La guerra en Siria contin¨²a; la de Yemen tambi¨¦n. Un acercamiento entre Arabia Saudita e Ir¨¢n no parece estar cerca. Y la presencia de Rusia en la regi¨®n es cada vez m¨¢s patente.
Pero la responsabilidad de esta situaci¨®n no es del PAIC, cuya implementaci¨®n comenz¨® el 16 de enero de 2016. Las partes lo negociaron m¨¢s bien como un acotado acuerdo de ¡°control de armamentos¡±, ya que ir m¨¢s lejos parec¨ªa casi imposible.
Ante la actual incertidumbre, los europeos que coordinaron la negociaci¨®n del PAIC deben asumir la responsabilidad de que se mantenga y proponer una iniciativa para avanzar seriamente hacia la estabilidad en la regi¨®n. El tiempo apremia. La reuni¨®n convocada en Kazajist¨¢n para buscar la paz en Siria debe ampliarse. Todos nos beneficiar¨ªamos si pusi¨¦ramos nuestras energ¨ªas en ello m¨¢s que en atacar el acuerdo con Ir¨¢n. Imaginar la regi¨®n con los problemas que tiene actualmente pero sin el PAIC produce escalofr¨ªos.
Arabia Saudita tiene problemas y uno no menor es la guerra en Yemen, que quisiera ver terminada. Ir¨¢n entra en campa?a electoral para elegir presidente recordando la muerte de Rafsanjani. Turqu¨ªa aspira a una paz en Siria que le libere de los riesgos kurdos. Rusia necesita sacar las tropas de Siria que sangran a su econom¨ªa. Y la UE aspira a poder resolver el problema de los refugiados en un clima de estabilidad regional. El presidente Trump debiera pensar seriamente d¨®nde est¨¢n sus intereses y los de la regi¨®n: contribuir a la estabilidad regional o que la regi¨®n se convierta en una pesadilla a¨²n mayor.
Javier Solana es distinguished fellow en la Brookings Institution y presidente de ESADEgeo, el Centro de Econom¨ªa y Geopol¨ªtica Global de ESADE.
? Project Syndicate, 2016.
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