Un refer¨¦ndum ciudadano bastante peculiar
Una de las medidas m¨¢s atractivas que el gobierno de Carmena ha puesto en marcha son las consultas populares
Una de las medidas m¨¢s atractivas que el gobierno municipal de Manuela Carmena ha puesto en marcha desde que lleg¨® a la Alcald¨ªa de Madrid a mediados de 2015 fueron las consultas populares para que los ciudadanos pudieran decidir qu¨¦ tipo de ciudad quieren para el futuro. Si antes se hubiesen organizado esta clase de sufragios participativos y vinculantes, a lo mejor la ciudadan¨ªa habr¨ªa vetado la demolici¨®n del bello palacio de Lorite, la destrucci¨®n de decenas de palacetes en la Castellana, la construcci¨®n de v¨ªas de circulaci¨®n que rompen la est¨¦tica de la ciudad o dudosas inversiones que no reportan nada a la capital.
Con esta encomiable premisa, el equipo de Ahora Madrid se dirigi¨® a los ciudadanos en octubre del a?o pasado y les propuso que eligieran entre 70 proyectos de reforma de uno de los lugares m¨¢s emblem¨¢ticos de la ciudad: la plaza de Espa?a. Para el cierre al tr¨¢fico de la Gran V¨ªa o la paralizaci¨®n de la Operaci¨®n Chamart¨ªn, de momento, no hay consulta. Bien es verdad que la llamada de la regidora tuvo, en realidad, escaso eco: poco m¨¢s de 45.000 personas participaron en las dos primeras votaciones. Se celebr¨® una para decidir las l¨ªneas generales que deb¨ªa tener el proyecto de la plaza y una segunda para determinar cu¨¢les de los 70 planes propuestos eran los que gozaban de m¨¢s aceptaci¨®n entre los madrile?os. En esta ¨²ltima consulta, participaron unos 7.000 residentes mayores de 16 a?os.
Con independencia de que sean muchos o pocos los que decidieron enviar su voto de manera telem¨¢tica o acercarse a una urna, lo m¨¢s llamativo ha sido el desenlace del refer¨¦ndum. Los madrile?os eligieron, por este orden, los siguientes proyectos: Pradera urbana (903 votos) y The Fool On the Hill (784). Por detr¨¢s quedaban otras propuestas que lograron una horquilla de entre 400 y 100 respaldos.
Finalmente, un jurado ¡ªintegrado por profesionales del urbanismo, la arquitectura, el paisajismo, la eficiencia energ¨¦tica y otras materias relacionadas con la ciudad¡ª ser¨ªa el encargado de seleccionar entre los m¨¢s votados los dos que llegar¨ªan a la final. Su sorprendente decisi¨®n ¡ªno porque les falten razones t¨¦cnicas¡ª fue elegir dos que no coincid¨ªan con las preferencias de los ciudadanos. Consideraron que los mejores eran los que hab¨ªan quedado en tercera y d¨¦cima posici¨®n.
Por eso, cuando el concejal de Participaci¨®n Ciudadana, Pablo Soto, afirm¨® que ¡°para votar se necesitaba un m¨ªnimo de inter¨¦s¡± y que ¡°no todas las personas iban a estudiarse 70 proyectos¡±, la pregunta que queda en el aire es: ?para qu¨¦ se convoca entonces una consulta que no tiene en cuenta la decisi¨®n final ciudadana y cuya organizaci¨®n puede llegar a costar hasta 600.000 euros? A lo mejor habr¨ªa sido preferible que los expertos hubiesen seleccionado dos proyectos y que, finalmente, los ciudadanos decidiesen entre ellos. Pero, posiblemente, al jurado tampoco le habr¨ªa gustado lo mismo que a los madrile?os.
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