Sin perd¨®n

Es imperdonable que todos los a?os se colapsen las urgencias de los hospitales por algo tan simple y previsible como la incidencia de la gripe. No es justificable, en modo alguno, que las listas de espera sean tan insoportablemente largas, no solo para intervenciones quir¨²rgicas, sino tambi¨¦n para consultas de especialidades. No tiene sentido que, cuando se acude a una consulta de atenci¨®n primaria se tenga que esperar hora y media o dos horas, pese a acudir con cita previa, porque se cita a un paciente cada seis minutos. No puede ser que los contratos del personal sanitario sean precarios, temporales y tan cargados de trabajo, porque ello repercute en la calidad de la atenci¨®n que recibe el paciente.

Quienes dirigen la sanidad p¨²blica deben saber que este es, junto con la educaci¨®n, un gasto de prioridad absoluta; que antes que muchas otras cosas hay que emplear el dinero de nuestros impuestos en ¨¦l y que en modo alguno se puede alegar falta de recursos cuando en este pa¨ªs se dilapida el dinero de los contribuyentes de forma tan lamentable. Los que desatienden, privatizan y destruyen la sanidad p¨²blica ocasionan mucho sufrimiento e, incluso, contribuyen a agravar enfermedades cuyo posterior tratamiento resulta m¨¢s caro. Y causar ese sufrimiento no tiene perd¨®n.¡ª ?ngel Villegas Bravo. Madrid.