Si quieres triunfar, haz valer tu trabajo
Muchas veces no ascienden los mejores, sino los que mejor saben vender su trabajo
Si quieres progresar en una organizaci¨®n, no solo trabaja bien, sino haz valer lo que consigues, porque si t¨² no lo haces, puede que alguien lo haga por ti.
Pones en marcha una iniciativa, conf¨ªas que tu jefe se d¨¦ cuenta, pero no es as¨ª. Un compa?ero en una reuni¨®n de equipo lo comenta como si fuera una idea suya. Y tu jefe, que a veces parece que est¨¢ en las nubes, le gusta, le pone a ¨¦l como ejemplo ante el resto y t¨² te quedas con cara de p¨®quer por lo ocurrido. ?Situaci¨®n at¨ªpica? En absoluto. Aceptemos que no es justo, que el jefe no ha hecho bien su trabajo y que el compa?ero se ha colgado una medalla que no le pertenece. De acuerdo, pero en lo que has de fijarte es en tu margen de maniobra: t¨² pod¨ªas haberlo comentado antes.
Muchas personas se resisten a hablar de sus ¨¦xitos por pudor, por humildad o porque consideran que es el jefe quien ha de saberlo. En un mundo ideal no ser¨ªa necesario, pero las organizaciones no son perfectas y muchas veces no ascienden los mejores, sino los que mejor han sabido vender su trabajo. Y como siempre, podemos pelearnos por lo que deber¨ªa ser o bien podemos aceptar la evidencia y actuar desde un punto de vista pr¨¢ctico. Y si quieres reconocimiento o desarrollar tu carrera profesional, vale la pena aprender a poner en valor lo que haces aunque te cueste. Veamos c¨®mo.
Hacer valer tu trabajo forma parte de tu responsabilidad
En la agenda de tareas tambi¨¦n incluye dedicar tiempo para comentar lo que est¨¢s haciendo
A casi todo el mundo le gusta el reconocimiento. Algunos lo disimulan m¨¢s y hay quien se le ve desde lejos. Sin embargo, lo que s¨ª es com¨²n es que nos molesta que alguien se atribuya m¨¦ritos que son nuestros. Por ello, en la agenda de tareas tambi¨¦n necesitas incluir el dedicar tiempo para comentar lo que est¨¢s haciendo. Al fin y al cabo, vender es humano, como dice Daniel Pink, y de un modo u otro todos lo hacemos. Eso no significa colgarse todo el tiempo medallas, sino en reuniones con jefe o con otras ¨¢reas, habla de los proyectos, del posible esfuerzo que te est¨¢ suponiendo o de lo que est¨¢s consiguiendo. No esperes que sea el jefe el que se siente y te lo valore desde el primer momento, porque puede que est¨¦ en otros temas o que sinceramente, no sea tan bueno en la gesti¨®n de personas.
No olvides al equipo
Cuando decimos hacer valer el trabajo no significa caer en el ¡°yo, yo y solo yo¡±. Los grandes logros requieren colaboraci¨®n y trabajo en equipo. Por ello, cuando hables de lo que est¨¢s consiguiendo, incluye y reconoce tambi¨¦n a las personas que te est¨¢n ayudando. Al igual que es poco recomendable pasar desapercibido, es preocupante no valorar a quienes colaboran contigo.
Es tan poco recomendable pasar desapercibido como no valorar a quienes colaboran contigo
S¨¦ sincero y sin exageraciones
Cuando se piensa en hablar de los m¨¦ritos entra el pudor de qu¨¦ dir¨¢n. Este miedo es, por cierto, muy latino. En la cultura estadounidense no se ¡°cortan¡± en absoluto y son capaces de venderse a s¨ª mismos en cualquier situaci¨®n. Pero a nosotros nos cuesta. Por ello, has de encontrar tu estilo sin caer en exageraciones, que rechinar¨ªan en nuestra forma de ser. Tampoco hay que atribuirse m¨¦ritos que no te corresponden. Habla con sinceridad y con humildad (en este contexto podemos decir que humildad no significa no hablar de los logros, sino no amplificarlos y no cre¨¦rselo tampoco en exceso).
Acepta los reconocimientos sin echar tierra sobre tu propio tejado
Y por ¨²ltimo, el pudor excesivo nos impide aceptar los reconocimientos, aunque sean muy deseados. Los comentarios del tipo ¡°no, si no importa¡ no es nada¡ no vale la pena¡¡± ocultan muchas veces una falsa modestia o un matiz cultural. Si te nacen, de acuerdo, no pasa nada, pero no te excedas. Por agradar al otro no caigas en la tentaci¨®n de desmontar tu propio esfuerzo. Por ello, ante un reconocimiento, reconoce tambi¨¦n a quien te ha ayudado y aguanta el tipo sin echar tierra sobre tu propio tejado.
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