La nieve
La fijaci¨®n con la climatolog¨ªa es una forma de escapismo fomentada para no reparar en la cat¨¢strofe social que nos rodea
Da un poco de apuro escribir en p¨²blico de algo que no tenga que ver con la nieve y las bajas temperaturas. En los noticiarios de la semana pasada se batieron todas las marcas. Los primeros veinte minutos trataban de la nieve. Cu¨¢nta nieve. Mucha nieve. En uno, incluso, se dio cuenta de la guerra de bolas de nieve que los empleados de un pol¨ªgono industrial a las afueras de Murcia hab¨ªan sostenido en hora laborable. M¨¢s all¨¢ de lo hist¨®rico de la nevada, la informaci¨®n meteorol¨®gica est¨¢ cobrando una preeminencia asombrosa. Ya no basta con contar todos los d¨ªas el tiempo que hace, sino que hay que salir a la calle y encuestar a la gente. Las declaraciones son de una relevancia incre¨ªble, que si a m¨ª me gusta la niebla, que si yo jam¨¢s salgo sin mi paraguas, que si en invierno ya se sabe. Cuando llegue el calor ser¨¢ lo mismo, m¨¢ximas de esc¨¢ndalo, hist¨®ricas, y otra encuesta a pie de calle y enviados especiales a cada playa.
No puede ser un accidente. La fijaci¨®n con la climatolog¨ªa es una forma de escapismo fomentada para no reparar en la cat¨¢strofe social que nos rodea. ?Se han dado cuenta de que ya nadie habla de los refugiados? S¨ª, de los primitos del ni?o Aylan. Est¨¢ muy bien dar cuenta de que los pasajeros del AVE han sido bloqueados varias horas cruelmente en Albacete, pero hay familias enteras abandonadas bajo toldos porque nadie ha movido un dedo por ellos en dos a?os. El programa de los partidos de ultraderecha europea consiste en eso exactamente, en resaltar que es antes nuestro atasco, nuestro malestar y nuestro victimismo, que el de las verdaderas v¨ªctimas arrolladas por la guerra. Pero ?qu¨¦ guerra?, se preguntar¨¢n los que siguen las noticias. ?Hay guerra? El olvido es conveniente y m¨¢s cuando regresan los ultras al Gobierno estadounidense, que jam¨¢s asumieron responsabilidades por la invasi¨®n de Irak y el cambio de prioridades mundiales. Un dise?o obra de los halcones Bush y sus aliados, entre los que tuvimos el deshonor de figurar.
A Luis B¨¢rcenas, gran amante de la nieve, no s¨¦ si en todas sus formas, tambi¨¦n ha venido la nieve a taparle con un manto medi¨¢tico. Sus sonrojantes explicaciones ante el juez de los millones acumulados en Suiza le merecen que el BOE le agradezca en su d¨ªa los servicios prestados por su milim¨¦trica protecci¨®n al partido. A fin de cuentas su contabilidad extracontable es hermana gemela de la anatom¨ªa forense extraanat¨®mica que practic¨® Trillo a nuestros soldados muertos en el avi¨®n de regreso de Afganist¨¢n. Pero hablemos del tiempo.
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