Cervantes y Shakespeare, frente a frente
Ambos escritores comparten bastante m¨¢s que una coincidencia cronol¨®gica
La coincidencia en el tiempo, hasta el punto de que su fallecimiento se produce con solo once d¨ªas de diferencia, ha hermanado a Cervantes y a Shakespeare, los dos grandes genios de la literatura occidental. Los dos han tenido una enorme influencia en la cultura occidental y, de hecho, la siguen manteniendo: Cervantes en la novela contempor¨¢nea, Shakespeare, m¨¢s que en el teatro, en el cine y en las series de televisi¨®n.
Otros art¨ªculos del autor
Aparte de esa simultaneidad en el tiempo y de las ineludibles coincidencias culturales y literarias (los modelos literarios entonces, tanto para espa?oles como ingleses, eran los mismos: los autores grecolatinos y los italianos), son escritores con notables diferencias. Si bien resulta absurda la confrontaci¨®n entre creadores, no ha dejado por ello de producirse, generando adem¨¢s una expectaci¨®n nociva. No hay m¨¢s que pensar en la de Cervantes frente a Lope o la bien conocida de Quevedo frente a G¨®ngora.
La pol¨¦mica por las distintas actitudes oficiales ante la conmemoraci¨®n del centenario del fallecimiento de los dos escritores, con la plena implicaci¨®n del gobierno ingl¨¦s frente a la pasividad del espa?ol, que se ha limitado a dar amparo en un p¨¢gina web a las iniciativas particulares, ha reactivado la celebraci¨®n cervantina. Pero mientras en las iniciativas inglesas Cervantes ha estado ausente, salvo en el mundo acad¨¦mico (y a instancias de hispanistas, como Edwin Williamson en Oxford), han sido frecuentes los congresos o reuniones en Espa?a en los que los dos escritores han ido de la mano. As¨ª lo ha hecho la propia agencia estatal, Acci¨®n Cultural, que se encarga de difundir nuestra cultura en el exterior. Aunque deber¨ªamos ir m¨¢s all¨¢ del simple sacar provecho de un important¨ªsimo activo cultural y ser conscientes de qu¨¦ es lo que celebramos.
Cervantes y Shakespeare comparten bastante m¨¢s que una coincidencia cronol¨®gica, los dos se sit¨²an, por derecho propio, en el punto de partida de la literatura moderna. Sus protagonistas no ser¨¢n ya personajes de una pieza sino complejos, contradictorios. La fuerza verbal de Shakespeare, la sutileza y expresividad de sus conceptos, la intensidad argumental, la compleja dimensi¨®n psicol¨®gica de sus personajes son rasgos que siguen teniendo plena vigencia, que han trascendido adem¨¢s el teatro para pasar a otros g¨¦neros, como el cine y las series televisivas.
Para muchos, esa pervivencia de Shakespeare en medios tan populares vendr¨ªa a otorgar al escritor ingl¨¦s una relevancia que no habr¨ªa alcanzado Cervantes. Pero no debemos perder de vista que el Quijote se convierte en la base sobre la cual los novelistas ingleses del siglo XVIII construyen el g¨¦nero de la novela, iniciando una senda que transitar¨¢n los grandes novelistas del XIX y buena parte de los contempor¨¢neos (Austen, Dickens, Twain, Melville, Stendhal, Flaubert, Turgueniev, Dostoievski, Tolstoi, Gald¨®s, Clar¨ªn, Conrad, Joyce, Kafka, Faulkner, Fowles, Kundera, Lodge, Rushdie y tantos otros que se podr¨ªan citar).
La influencia del Quijote no se limita a personajes y episodios, sino que va a determinar la propia concepci¨®n de la novela moderna, proporcionando una clave nueva para leer la ficci¨®n. Sin duda, la huella m¨¢s importante es el llamado ?principio quijotesco?, que los novelistas del XVIII y XIX van a entender como el desajuste entre literatura y realidad pero los rom¨¢nticos como el desajuste entre el individuo y el mundo. Por supuesto, encontramos tambi¨¦n otras influencias notorias, como la caracterizaci¨®n ambivalente de los personajes (don Quijote es loco y cuerdo a la vez; Sancho, simple pero ingenioso; los personajes no son enteramente malos ni por completo buenos), la iron¨ªa y el di¨¢logo c¨®mplice del autor con el lector gracias a la autonom¨ªa y capacidad ir¨®nica que Cervantes proporciona a la voz narradora, una autonom¨ªa y capacidad ir¨®nica verdaderamente revolucionarias.
Los intelectuales ilustrados vieron en la novela cervantina el testimonio m¨¢s fidedigno del cambio de ¨¦poca
Debemos tener en cuenta tambi¨¦n que, aparte de ese papel esencial en el nacimiento de la novela moderna, el Quijote adquiri¨®, a partir del siglo XVIII, una dimensi¨®n que trasciende lo literario: los intelectuales ilustrados vieron en la novela cervantina el testimonio m¨¢s fidedigno del cambio de ¨¦poca, el texto que mejor reflejaba c¨®mo una sociedad hab¨ªa dejado atr¨¢s unos valores, una concepci¨®n del mundo, la del Antiguo R¨¦gimen, que pretend¨ªan superar. De un modo similar, los rom¨¢nticos encontraron en el Quijote la expresi¨®n de su propio anhelo, el de servir, al precio que fuera, los propios e ¨ªntimos ideales, aun cuando puedan entrar en conflicto con la sociedad. De ah¨ª el valor simb¨®lico que adquiere en seguida, y que en nuestro tiempo se ha aplicado a causas tan diferentes y aun opuestas.
Por ese camino, las interpretaciones del Quijote se han distanciado del texto cervantino, transparente y situado del lado de la amabilidad y de la comprensi¨®n de los comportamientos humanos, de las motivaciones que mueven las conductas de las personas, representadas no ya en el contradictorio protagonista, convertido por los rom¨¢nticos en el centro de atenci¨®n que ha provocado la marginaci¨®n de los dem¨¢s, sino en el resto de los personajes, construidos con la ¡°arcilla¡± humana pese a todo lo que puedan tener de convenciones literarias. Esa v¨ªa simb¨®lica es la culpable de que hayamos relegado lo que en definitiva resulta m¨¢s pr¨®ximo a nuestra sensibilidad: la benevolencia de Cervantes y su confianza en el g¨¦nero humano, en su capacidad para enmendar su comportamiento.
Por su parte, Shakespeare nos muestra al hombre como un ser desvalido en un universo inabarcable y a menudo carente de sentido. Su visi¨®n sombr¨ªa de la vida se percibe tambi¨¦n en el modo con el que descubre las angustias inherentes al hombre sin dar soluci¨®n, sin proponer una respuesta. Sus personajes son incapaces de comprender las motivaciones de los dem¨¢s, imposibilitados de evoluci¨®n por la influencia de los otros.
Cervantes tambi¨¦n es consciente de que el conflicto de la existencia es inherente a la naturaleza humana, consecuencia de las dificultades para una relaci¨®n justa y arm¨®nica entre los hombres y de la complejidad del alma humana. Pero Cervantes, en cambio, nos muestra unos cuantos ejemplos de personajes, muchos de ellos mujeres admirables, que se labran su destino, que se enfrentan al conflicto de la existencia con ¨¢nimo decidido e independiente.
Emilio Mart¨ªnez Mata dirige un grupo internacional sobre la interpretaci¨®n del Quijote y es autor del libro Cervantes comenta el Quijote.
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