Nuevo feminismo
Todas las mujeres brillantes que conozco han tenido que remplazar el libre ejercicio del pensamiento complejo por el aburrido derecho a salir a la calle con cartulinas
Este a?o es el 60? aniversario del Sputnik. No es que sepa yo nada de carreras espaciales. Ni que el tema me importe, salvo porque el mundo parece haber rebobinado su reloj hasta esos d¨ªas. Andamos atorados en una especie de d¨¦j¨¤ vu sociopol¨ªtico, enredados en debates como de la era Nixon, con el agravante de que la realidad misma parece estar bajo los efectos de un psicof¨¢rmaco muy malviajante.
Por ejemplo: las mujeres, en Estados Unidos de 2017, salen a la calle a marchar en defensa de sus derechos reproductivos. Mis amigas afrogringas repiten: ¡°Yo, you fuckin kidding me?¡±. Las de origen WASP tejen sombreritos rosas para el pussyhat project y organizan marchas. Mis alumnas universitarias prologan sus intervenciones en clase con conceptos ochenteros: ¡°?Mi feminismo es interseccional!¡±. Una amiga, due?a de una lengua veloz, viperina e inventiva como pocas, me dijo el otro d¨ªa: ¡°Yo le entregar¨ªa mis trompas medio-atrofiadas de Falopio al falo-obsesivo y mega-mentalmente atrofiado de Trump, a cambio nom¨¢s de que el imb¨¦cil no tire una bomba nuclear¡±. Mi sobrina, estudiante de derecho, se pasa el d¨ªa leyendo a Susan Sontag, Rosa Parks y Hannah Arendt. Cuando la llamo por tel¨¦fono y le digo que salga ya de la biblioteca y se venga a cenar con la familia, me dice: ¡°No puedo, t¨ªa, ando descoloniz¨¢ndome¡±. En resumen: frente a la catastr¨®ficamente imb¨¦cil realidad actual, todas las mujeres brillantes que conozco han tenido que intercambiar sus ideas por posturas; tenido que remplazar el libre ejercicio del pensamiento complejo por el aburrido derecho a salir a la calle con cartulinas.
Haber tenido que rebobinar al feminismo de la era Sputnik, me produce largos bostezos. Cuando lo oigo venir, me predispongo a una sordera selectiva. Sin embargo, el otro d¨ªa, conoc¨ª a la amiga de una amiga, que defini¨® su trabajo como un avance del feminismo astron¨®mico. Prest¨¦ o¨ªdos. Nos cont¨®, mientras cen¨¢bamos, que despu¨¦s de trabajar a?os como dise?adora de m¨¢scaras para el Cirque du Soleil, por fin hab¨ªa encontrado su verdadera pasi¨®n: los trajes micromete¨®ricos para astronautas mujeres. El reto con el que se estaba enfrentando: integrar, a la estandarizada f¨®rmula de los trajes espaciales de la NASA, el factor inevitable de la menstruaci¨®n de las astronautas. La soluci¨®n que hab¨ªa hallado: un traje que, en vez de disimular la expulsi¨®n de sangre, la absorb¨ªa e integraba ¡ªa la manera de las camisetas hippy tye-die¡ª. Me queda claro: el nuevo feminismo vendr¨¢ del espacio exterior. No ser¨¢ ideol¨®gico, sino muy material, micro-mete¨®rico, lunar y colorado.
Este art¨ªculo ha sido modificado a petici¨®n de la autora
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