Coser y cavar

El mandato de las bases ha sido claro incluso con la incertidumbre que rodeaba al proceso. Al fin y al cabo, la participaci¨®n interna en Podemos no es f¨¢cil de anticipar. En un partido cl¨¢sico los militantes tienen que afiliarse, a veces con el aval de un miembro, debe pagar una cuota y, en un proceso de primarias, desplazarse a la sede del partido. Siquiera pagar dos euros, como en el Partido Socialista Franc¨¦s. Nada de esto es as¨ª en Podemos, donde con registrarse por Internet es suficiente y un inscrito no es asimilable a un militante cl¨¢sico. Quiz¨¢ este censo totalmente abierto ayuda a entender el car¨¢cter p¨²blico de sus discrepancias. Al fin y al cabo, los l¨ªderes de Podemos no sab¨ªan a ciencia cierta ante qui¨¦n hac¨ªan campa?a.

Para intentar intuir el equilibrio interno de fuerzas, el punto de comparaci¨®n m¨¢s reciente era la votaci¨®n del sistema electoral de Visatalegre, donde hab¨ªa un modelo apadrinado por cada corriente. En aquella votaci¨®n Pablo Iglesias se impuso por la m¨ªnima, apenas 2.400 votos, lo que pod¨ªa hacer prever una competici¨®n ajustada. Sin embargo, esta vez hab¨ªa m¨¢s cosas en juego. Se dirim¨ªan cargos, no s¨®lo programas, y el cariz plebiscitario y polarizado del c¨®nclave anticipaba m¨¢s participaci¨®n de las bases del partido morado. As¨ª ha sido, con algo m¨¢s del doble de inscritos votando esta vez pero con un resultado mucho m¨¢s contundente: Pablo Iglesias ha ganado de lejos tanto en los documentos como en el Consejo Ciudadano.

Este resultado tiene implicaciones organizativas para Podemos. A partir de ahora el Secretario General podr¨¢ tener m¨¢s autonom¨ªa pol¨ªtica, capacidad para formar equipos y para poder consultar a la bases. Avanza por lo tanto hacia un modelo m¨¢s cesarista que la alternativa propuesta por Errej¨®n, lo que implica que Iglesias tendr¨¢ amplia capacidad para ¡°coser¡± su partido, pero s¨®lo hasta donde ¨¦l considere. Despu¨¦s de todo el holgado margen de su victoria le permite triangular con los anticapitalistas para excluir a los m¨¢s afines a su rival. En cualquier caso, desde ahora el ¨²nico contrapeso efectivo a Pablo Iglesias en Podemos ser¨¢n las confluencias territoriales, con su propia estructura, liderazgo y agenda.

Una tesis cl¨¢sica plantea que los partidos buscan compromisos para incluir a la minor¨ªa en puestos de poder a cambio de asegurar unidad en la organizaci¨®n. Si los electores penalizan la divisi¨®n, es ¨²til cambiar paz por votos. Sin embargo, hay razones para pensar que en un partido joven como Podemos eso es menos probable. Sabiendo el coste p¨²blico que han tenido sus disputas, esa erosi¨®n electoral ya est¨¢ descontada, y habiendo una estructura m¨¢s peque?a, desplazar a los cr¨ªticos es m¨¢s sencillo que darles posiciones. Los antecedentes en sus ramas regionales parecen apuntar a un juego de suma cero. As¨ª, no es descartable que se incorpore a miembros de la lista de Errej¨®n, pero tecno-estructura y cargos medios, menos visibles al p¨²blico, dif¨ªcilmente ser¨¢n integrados.

Desde ahora el ¨²nico contrapeso efectivo a Pablo Iglesias en Podemos ser¨¢n las confluencias territoriales

El resultado de Vistalegre II tambi¨¦n tiene implicaciones cara a la relaci¨®n de Podemos con los otros partidos. A partir de ahora el partido morado seguir¨¢ la estrategia de visibilizar que es la ¨²nica oposici¨®n frente a la ¡°Triple Alianza¡± de PP, PSOE y Ciudadanos. Con ello se cierra cualquier colaboraci¨®n que intente sumar sus esca?os a los de estos partidos y presentar alternativas m¨¢s all¨¢ de votar contra del gobierno o forzar a esos partidos a votar juntos. Su expectativa es que combinando polarizaci¨®n en las instituciones con movilizaci¨®n fuera de ella podr¨¢ evitar otro 26-J. La idea es evitar cualquier concesi¨®n que pueda desmovilizar al sector m¨¢s a la izquierda. Se impone, por tanto, la tesis de ¡°cavar¡± y fortificarse en su electorado a la espera de que los ciudadanos desencantados abandonen a sus rivales.

Ambas decisiones tienen trascendencia para el nuevo multipartidismo espa?ol. Podemos ha sido exitoso consolidando un espacio electoral propio, con tasas de fidelidad por encima del 70%, y con fuerzas estructurales de fondo, como es la territorial o la generacional, que le dan combustible. Sin embargo, seg¨²n c¨®mo ¡°cosa¡± y ¡°cave¡± hoy, podr¨¢ crecer y gobernar ma?ana. A corto plazo parece complicado que pueda crecer dadas las tasas de rechazo que su actual liderazgo tiene entre los votantes del PSOE. Pero a largo plazo todav¨ªa parece m¨¢s complicado que pueda gobernar cuando la izquierda espa?ola, rota en dos mitades, ni reconoce ni conf¨ªa en la otra parte de la que precisa, obligatoriamente, para desplazar al Partido Popular.

Pablo Sim¨®n es profesor de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad Carlos III.