C¨®mo sobrevivir a Cibeles (sin morir en el intento)
Hablamos con novatos, expertos y famosos sobre sus trucos para aguantar las duras jornadas de moda
Cibeles se parece a un casino de Las Vegas: no sabes ni qu¨¦ hora es ni qu¨¦ tiempo hace fuera. Todo ello despista bastante. Acabas de salir de un desfile y, entre que esquivas a la marabunta, te cuelas en el Kissing Room ¡ªla sala donde acuden los invitados tras el show a tomar una copa y atender a los medios¡ª y vuelves a la sala de prensa, comienza el siguiente. ¡°?Pero no hab¨ªa una hora y media entre desfile y desfile?¡±, me pregunto todos y cada uno de los d¨ªas que estoy aqu¨ª. Claro, una cosa es lo que ponga en el calendario y otra, la realidad.
Vamos por partes.
La MBFWM est¨¢ pensada, sobre todo, para tres tipos de personas: los que vienen a curiosear, los que vienen a trabajar y los famosos (de poco o mucho pelo). Los dos primeros terminan, indudablemente, con un intenso dolor de pies. Los terceros llegan en taxi, se sientan en el desfile, saludan en el Kissing Room y se marchan. Por eso llevan esos tacones y esos modelitos, qu¨¦ pens¨¢is.
Estamos en el #Kissingroom de @devotaylomba y nos hemos encontrado con la gran Concha Velasco pic.twitter.com/layikDM5Lg
— MBFWMadrid (@MBFWMadrid) February 17, 2017
El espacio principal del pabell¨®n 14 de Ifema est¨¢ lleno de expositores de marcas y medios de comunicaci¨®n: se puede curiosear, tomar caf¨¦, comprar joyas, fotografiarse como una modelo de portada, leer revistas y dejar que te maquillen y peinen. La gente que va es mucha, y las colas son eternas. Es f¨¢cil que disfrutar de esta experiencia te ocupe buena parte del d¨ªa, con paseos de aqu¨ª para all¨ª. Hemos preguntado a j¨®venes, mayores, extranjeros y seniors de este evento qu¨¦ llevan en sus bolsos para sobrevivir a la jornada, y casi todos coinciden: agua, tiritas, cargador de m¨®vil y maquillaje (para retoques).
Carmen Lomana cuenta que lleva yendo a las pasarelas desde que ten¨ªa 14 a?os (ahora tiene 68, o eso dice Google) y que lleva tacones, s¨ª, pero c¨®modos (y caros, son de Dior). En su bolsito nunca faltan los polvos matificantes: ¡°Llevo unos polvos por si hace calor para matizar los brillos¡±. Y s¨ª, aqu¨ª hace calor y entre tanto foco, la cara se pone enseguida como las cocinas de la Freidur¨ªa Manolo. ¡°Llegas y a las dos horas est¨¢s para los leones¡±, reconoce la socialit¨¦. Otra de los personajes famosos que m¨¢s se dejan ver en los eventos de Cibeles es Esperanza Aguirre. Ella, dice, no se deja nunca el agua, las gafas y el tel¨¦fono m¨®vil.
La otra cara de la MBFWM en Ifema se descubre al cruzar la sala de prensa: medios nacionales y extranjeros, fot¨®grafos, c¨¢maras de v¨ªdeo y un peque?o catering (s¨ª, el suministro de agua, caf¨¦ y t¨¦ es ilimitado). Este a?o, por primera vez, tenemos wifi. S¨¦ que lo hemos destacado en las cr¨®nicas previas hasta la saciedad y que pens¨¢is que menuda novedad, pero por raro que pueda parecer, hasta ahora no lo hab¨ªa. Y eso facilita mucho nuestro trabajo: los que funcionamos con port¨¢til ya no tenemos que tirar de la lenta conexi¨®n de los datos m¨®viles y para informar a trav¨¦s de las redes sociales ya no tienes que suspirar por cada mega de tu plan de telefon¨ªa que se esfuma.
Estamos en el #Kissingroom de @agathardlp y nos hemos encontrado con @Carmen_Lomana pic.twitter.com/MoYHzmxt7F
— MBFWMadrid (@MBFWMadrid) February 17, 2017
Las redes sociales son otro de esos must have de cualquier semana de la moda que se precie. Este a?o, como novedad, la cuenta oficial de Twitter (@MBFWMadrid) emite en directo los desfiles y, con la herramienta Periscope, lo hace con v¨ªdeos en 360 grados. No es f¨¢cil sacar fotos durante un desfile (las luces blancas juegan malas pasadas), colgarlas en Instagram, a?adir un comentario, preparar un Instagram stories y luego seguir con Twitter y Facebook. Los invitados a un desfile nos hemos convertido en hombres y mujeres orquesta. Por eso, adem¨¢s del cargador, una bater¨ªa port¨¢til no viene nada mal. Y un aprovechamiento de los recursos: ratito que te sientas al ordenador, ratito que no se te puede olvidar cargar el m¨®vil.
Los desfiles en Ifema nunca empiezan a la hora indicada. Suelen retrasarse unos 10 minutos como m¨¢ximo, cosas del directo. ¡ªLa ¨²nica excepci¨®n que he conocido (cuatro ediciones) es la de Felipe Varela, en febrero de 2016. Volv¨ªa a desfilar despu¨¦s de muchos a?os, convertido en el modisto de la Reina. Y aunque no se hab¨ªa movido durante todo ese tiempo de su taller en la madrile?a calle de Jos¨¦ Ortega y Gasset, parec¨ªa que volv¨ªa del Olimpo. Que si no quiero hablar con los periodistas, que si no quiero que me vean, que si no os voy a contar nada¡ Total, m¨¢s de 30 minutos de retraso que dieron tiempo para especular, sobre todo, si es que Letizia Ortiz estaba en el front row (o si estaba de camuflaje entre el p¨²blico). Lo primero no pas¨®, lo segundo nunca lo sabremos¡ª. Y duran unos 20 minutos. Sentarse, incluso para los periodistas que tenemos el sitio reservado, es una batalla constante. No hay vez que llegues al lugar que te corresponde y no haya alguien ya sentado (a no ser que vayas el primero a, literalmente, guardar cola). Pero para los que no tienen su nombre escrito en un asiento, despu¨¦s de una larga espera fuera de la pasarela para conseguir entrar, la cosa se pone tipo Juego de tronos.
En el primer d¨ªa en Ifema, camin¨¦ 11,71 kil¨®metros y quem¨¦ 537 calor¨ªas (esto ¨²ltimo est¨¢ bien), y lo s¨¦ porque tengo la aplicaci¨®n S Health, que te cuenta toditos los pasos que das. A veces la moda est¨¢ re?ida con la comodidad, por eso mi consejo es apostar por lo segundo. M¨¢s vale zapato dado de s¨ª, que moner¨ªa que te deje los talones sangrando (#truestory). La sensaci¨®n que te queda al final del d¨ªa es que esto ha sido como un iron man: hemos esquivado obst¨¢culos, nos hemos peleado, hemos pasado hambre, hemos corrido y nos duele la espalda porque no hay asientos para apoyarla. Pero qu¨¦ divertido es (dos veces al a?o, que no hacen da?o).
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