Sin soluciones en Grecia

Siete a?os despu¨¦s, el crash griego que ha llevado al pa¨ªs a un rescate descomunal y a medidas de austeridad restrictivas y empobrecedoras, no solo sigue sin resolverse, sino que da la sensaci¨®n de empeorar a pesar de la relativa mejora de algunos indicadores. Hay un compromiso de m¨ªnimos entre Grecia y sus acreedores: que los equipos t¨¦cnicos de examen vuelvan a Atenas y que el pa¨ªs acepte medidas adicionales en 2019 como parte de la segunda revisi¨®n del programa de ayudas de 86.000 millones. El Eurogrupo ha aceptado que esas medidas adicionales no sean de austeridad, que vuelvan los convenios colectivos y que una parte del super¨¢vit primario se dedique a la creaci¨®n de empleo; pero Bruselas, Fr¨¢ncfort, el Fondo Monetario y los acreedores saben que nada de esto implica una mejora sustancial de las expectativas griegas.

El problema que no se quiere afrontar no ha variado en siete a?os. La econom¨ªa griega no puede soportar un programa dr¨¢stico de austeridad, por lo cual ser¨ªa necesario relajar las condiciones de austeridad. Todos los mercados, acreedores y responsables pol¨ªticos de Europa saben que Grecia no puede pagar la deuda y que la ¨²nica soluci¨®n es una quita; pero fingen no enterarse y se escudan hoy detr¨¢s de Angela Merkel, que no puede aceptarla porque tiene elecciones en 2019. Mientras tanto, la pobreza aumenta, los instrumentos monetarios del pa¨ªs se degradan (no tiene acceso directo al Quantitative easing del BCE) y tampoco hay fecha para que se apruebe la revisi¨®n del rescate.

Grecia es un problema que Europa (sobre todo Alemania, que desea implicar al FMI en el rescate) no ha sabido resolver. Probablemente, no puede resolverse en t¨¦rminos de estricta racionalidad econ¨®mica por los intensos cors¨¦s pol¨ªticos en la eurozona. Pero tarde o temprano habr¨¢ que afrontar otro modelo de austeridad y una quita de la deuda si no se quiere caer en la espiral de desprop¨®sitos. O en el Grexit.