Hemos visto la pel¨ªcula de adolescentes can¨ªbales que provoca desmayos
'Crudo', la esperada cinta de terror de la francesa Julia Ducornau, se estrena este mes en Espa?a. J¨®venes con las hormonas disparadas, novatadas crueles y fiestas locas
Casi todos los a?os aparece una pel¨ªcula que se publicita asegurando que ha provocado mareos o desmayos en uno u otro festival. No falla. Despu¨¦s cuando se ve, siempre se tiende a decir eso de que ¡°pues no era para tanto", aunque en realidad, te hayas tapado los ojos en un par de escenas y te niegues a reconocerlo en p¨²blico para envalentonarte. En Crudo una chica empieza comi¨¦ndose una v¨ªscera animal para pasar a la dieta del filete de pollo directamente sacado de la nevera y terminar arrancando dedos de gente a mordisquitos. Todo muy nutritivo.
Puede que el canibalismo entre mejor si lo vemos retratado a trav¨¦s de una comedia blanca protagonizada por Drew Barrymore, como ocurre en Santa Clarita Diet, pero se convierte en algo perturbador cuando se transforma en una met¨¢fora del despertar sexual de una adolescente que se enfrenta al reto de encajar dentro de los moldes prestablecidos del ¨¢mbito escolar mientras ha de lidiar con el propio sentimiento de extra?eza que se va apoderando de ella y de su cuerpo de una manera tan precisa como profusamente detallada. Porque no nos vamos a perder ni un solo pormenor de cada una de las transformaciones f¨ªsicas por las que ir¨¢ pasando. Primero las llagas, las p¨²stulas, costras, la piel que se va cayendo a tiras, los v¨®mitos de trozos de pelo¡
Todo este proceso de metamorfosis nos hace pensar de manera inevitable en David Lynch y sobre todo en David Cronenberg. Pero adem¨¢s de estos nombres imprescindibles, lo cierto es que la directora de Crudo, Julia Ducornau (atenci¨®n porque esta es su ¨®pera prima), se inserta dentro de una tradici¨®n autoral francesa que entronca con otros trabajos en los que el cuerpo se estudia desde una ¨®ptica tan salvaje como visceral. Se trata de una corriente que comenz¨® a extenderse durante principios de los 2000 y a la que se le llam¨® New French Extremity. Entre sus miembros se encontraban presentes un pu?ado de mujeres que sin duda han constituido un referente en el trabajo de Ducornau. Dentro de esa n¨®mina, nombres como los de Virginie Despentes y Coralie Trinh Thi (F¨®llame), Catherine Breillat (Romance X), Marina de Van (En mi piel) o Claire Denis (Trouble Everyday). Ellas son sin duda las madres de Crudo.
Todos esos trabajos eran apuestas inc¨®modas y llenas de bilis. Pero tambi¨¦n eran pel¨ªculas extremadamente modernas y vanguardistas y muy estilizadas a nivel formal, como tambi¨¦n lo es ahora Crudo. Verdaderos ejercicios de estilo con un milagroso y absorbente sentido atmosf¨¦rico que poco a poco te va engullendo. Ducornau plantea una narraci¨®n muy sensitiva desde el principio, casi como si se tratase de una experiencia gourmet en la que puedes apreciar cada uno de los sabores. Juega con las texturas, con los colores primarios y con los espacios para crear malestar y sumergirnos en la pesadilla interior de un personaje que al mismo tiempo se convierte en v¨ªctima y en verdugo a trav¨¦s de una adicci¨®n que seg¨²n se mire, es una condena o una liberaci¨®n.
"Pasar¨¢ de sentirse avergonzada por llevar tacones a arrancarle un trozo de labio al primer chico al que bese"
Al igual que ocurr¨ªa en Trouble Everyday y Dans ma peau, la directora nos introduce en un universo cotidiano que reconoces perfectamente para, en ese espacio, insertar el elemento fant¨¢stico y terror¨ªfico. Casi toda la pel¨ªcula se instala dentro del ¨¢mbito privado de la protagonista, Justine (qu¨¦ descubrimiento la joven Garance Mariller), en su propia habitaci¨®n. All¨ª se depila, habla con su hermana y su mejor amigo, se prueba vestidos, baila y juega a la consola. Y comienza a descubrir su cuerpo. Porque en realidad, Crudo es una pel¨ªcula teen, de campus lleno de j¨®venes con las hormonas disparadas, con sus novatadas crueles, sus fiestas locas al ritmo de canciones de The Do y, como no, es una pel¨ªcula de iniciaci¨®n, de despertar sexual. Justine es virgen y su proceso de mutaci¨®n f¨ªsica ir¨¢ en paralelo con sus nuevas apetencias por la carne en todos los sentidos. El erotismo de la pel¨ªcula es casi animal. No es casual que la protagonista tome su nombre de una de las obras m¨¢s emblem¨¢tica del Marqu¨¦s de Sade. Al principio Justine se comporta como una joven t¨ªmida y presa de muchas inseguridades, situ¨¢ndose como contraposici¨®n a su rebelde y voraz hermana mayor, Alexia (Ella Rumpf, otra revelaci¨®n).
Su cuerpo empezar¨¢ a cambiar y tambi¨¦n su actitud frente a todo lo que le rodea. Pasar¨¢ de sentirse avergonzada por llevar tacones a pintarse los labios frente a un espejo y besarse a s¨ª misma de forma lasciva mientras escucha un rap feminista contestatario. Y a arrancarle un trozo de labio al primer chico al que bese. La violencia poco a poco ir¨¢ insert¨¢ndose en la narraci¨®n hasta que lo invada todo, tambi¨¦n la incomodidad a la hora de poner en im¨¢genes, por ejemplo, de forma expl¨ªcita, la disecci¨®n y autopsia de un perro.
Pero tambi¨¦n hay un poco de humor. Como el hecho de que los padres de las j¨®venes sean vegetarianos y que luchen con todas sus fuerzas para que sus hijas no prueben una alb¨®ndiga y que despu¨¦s ¨¦stas se pongan finas comiendo extremidades y descubriendo as¨ª su verdadera naturaleza. En tiempos de prohibiciones, en el que cualquier decisi¨®n alimenticia se convierte en una cuesti¨®n de estado, no deja de tener su gracia. Es casi un toque punk en la era de la dictadura vegana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.