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Los 24 personajes de ¡®La Bella y la Bestia¡¯, del m¨¢s cruel al menos Los personajes de este cl¨¢sico funcionan como un retrato sociol¨®gico que quiz¨¢ nos suene si miramos a nuestro alrededor. Hacemos un r¨¢nking guiados por la versi¨®n animada de 1991 En ning¨²n momento queremos justificar al pr¨ªncipe: fue un clasista y un ego¨ªsta al no dejar a la pobre anciana guarecerse de la tormenta. Ahora bien. Esa bruja reaccion¨® demasiado dram¨¢ticamente. ?Convertirle en una horrible bestia hasta que aprendiese a amar? Hay que ser retorcida. Por si fuera poco, humilla a todo el personal de criados castig¨¢ndoles. Al menos la Bestia puede correr ya que los pobres utensilios no tienen ni piernas. Esa mujer va de justiciera, pero es prima hermana de Mal¨¦fica. El problema de este se?or (aparte de esas bolsas en los ojos y esa piel de color verdoso) es que, a diferencia de los grandes villanos, ni siquiera tiene un inter¨¦s o un motivo para hacer el mal. Est¨¢ encantado de encerrar a Maurice en el psiqui¨¢trico a cambio de una bolsa de monedas. Un tipejo tan pat¨¦tico que ni siquiera vale para secundario: es un personaje funcional. ?Qu¨¦ pasa, que estos lobos no comen nunca? Al parecer, resulta imposible dar un paseo por ese bosque sin que esta manada de lobos intente asesinarte. ?D¨®nde est¨¢ el guardabosques cuando se le necesita? El ¨²nico momento de gloria de estas tres chicas es para criticar a Bella por rechazar a Gast¨®n ("??qu¨¦ le pasa a esa!?", dicen con desprecio), de quien est¨¢n rendidamente enamoradas. ?l no debe de saber ni c¨®mo se llaman. Quiz¨¢ ni siquiera sepa distinguirlas entre s¨ª. La gente del pueblo cree que Maurice est¨¢ chiflado. Y las cosas como son: es cierto. Este idealista cree que puede sacar adelante a su familia como inventor (porque su hija lee mucho, pero trabajar le gusta menos). El cine intentaba hacernos creer que inventor era una profesi¨®n real. Maurice ha construido una m¨¢quina de cortar le?a absolutamente letal y fuera de control, y se empe?a en meterse por el camino del bosque que claramente conduce a una muerte segura. Este se?or solo da problemas. El mayor 'pagafantas' de la aldea sufre las humillaciones y agresiones f¨ªsicas de su mejor amigo, Gast¨®n. Pero Lefou tiene debilidad por Gast¨®n, especialmente por su robusto cuello y por su hoyuelo, el m¨¢s chulo de la regi¨®n. Lefou hace el mal por amor, pero eso no le excusa. Gast¨®n al menos saca beneficio de su perversidad. Lefou sencillamente disfruta viendo el mundo arder. En la nueva versi¨®n de 2017 (la protagonizada por Emma Watson), Lefou est¨¢ abiertamente enamorado de Gast¨®n, con quien mantiene una relaci¨®n de amor no correspondido. Esta relaci¨®n ha escandalizado a Rusia y a Malasia, que han prohibido la pel¨ªcula. Deben de ser los dos ¨²nicos pa¨ªses en todo el mundo que no se enteraron de que Lefou ya era gay en la versi¨®n de dibujos animados. "Tambi¨¦n su nombre dice que ella es Bella, es m¨¢s bonita que una flor". Adem¨¢s de ser una obviedad (hasta el ni?o m¨¢s peque?o se ha dado cuenta de la met¨¢fora del nombre de Bella), esta es una frase supuestamente halagadora, que sin embargo consigue sonar a envidia y a mala uva. Es la versi¨®n en dibujos de la gente que dice "no, si la chica mona es" justo antes de criticarla en todo lo dem¨¢s. De todos los muebles que puede tocarte en este hechizo, el armario es el m¨¢s desagradecido. El pobre est¨¢ lleno de polillas, nadie le toma en serio y tiene que consolar a una Bella reci¨¦n secuestrada de la ¨²nica forma que puede: ofreci¨¦ndole un cambio de imagen. Este armario solo est¨¢ ah¨ª para perpetuar el estereotipo del gracioso tontorr¨®n. Porque a Disney le gustan mucho los estereotipos, hasta con el mobiliario. Ese libro es de la biblioteca, y adem¨¢s es el favorito de Bella. Y esta oveja tarda media estrofa en arrancarle un trozo de p¨¢gina y rumiarlo. ?Es que no ten¨ªa hierba cerca? Ese instante agobi¨® a toda una generaci¨®n de ni?os, y les convirti¨® en precoces mani¨¢ticos del orden. Vamos a pasar por alto el descaro con el que le mira el cuerpo a Bella, porque es el ¨²nico de todos esos pueblerinos que la trata bien. Sabe cu¨¢ntos libros ha le¨ªdo y repetido (quiz¨¢ porque es su ¨²nica clienta), y mantiene la escalera de la estanter¨ªa perfectamente engrasada para que ella pueda deslizarse entusiasmada en un movimiento de c¨¢mara que parece dise?ado por Orson Welles. Este 'tronista', con el pecho m¨¢s peludo que un oso polar, es el alcalde no oficial de la aldea (en parte porque les tiene intimidados, en parte porque les paga las cerveza), y uno de los personajes m¨¢s complejos de la pel¨ªcula. Por primera vez en la tradici¨®n de Disney, el villano de la historia no se presenta como mala persona desde el principio. Es sencillamente un idiota. Pero la ignorancia a veces puede transformarse en pura maldad. Gast¨®n manipula el miedo de los aldeanos. Y en tres segundos su discurso pasa de "?Maurice est¨¢ loco, la bestia no existe!" a "?la bestia se va a comer a vuestros hijos!". Gast¨®n naci¨® para hacer carrera pol¨ªtica. Su petici¨®n de mano a Bella es cuestionable: no respeta la distancia de seguridad y se abalanza sobre ella. Gast¨®n es terror¨ªfico a demasiados niveles. Si los sirvientes humanos se convierten en vajilla, tiene sentido que la mascota directamente descienda a la categor¨ªa de butaca para poner los pies. A esa hechicera no le gustan los perros, s¨ªntoma inequ¨ªvoco de que no es trigo limpio. Todos tenemos un amigo como Din Don. Ese que cuando alguien se enciende un cigarro dice "no fumes, que es malo", como si no lo supi¨¦ramos todos. Ese que te cuenta con todo detalle lo sana que es su dieta aunque no se lo hayas preguntado. Din Don tiene una inquietante obsesi¨®n con boicotear cualquier oportunidad de que Bella rompa el hechizo. ?Por qu¨¦ le interesa tanto seguir siendo un reloj durante toda la eternidad? ?Por qu¨¦ no deja de quejarse de absolutamente todo? La mejor aportaci¨®n de Din Don a nuestra educaci¨®n es su reflexi¨®n sobre la historia del arte: si no es Barroco, es barraca. Tiene toda la raz¨®n. Lumi¨¨re, Din Don y la se?ora Potts viven amargados por el hechizo, pero al menos pueden quejarse. Al menos tienen facciones humanas. El castillo est¨¢ lleno de otros cacharros que corretean de fondo, lo dan todo durante la coreograf¨ªa de '?Qu¨¦ fest¨ªn!', y ni siquiera tienen ojos. Hasta dentro del servicio hay clases. Mucho re¨ªrle las gracias a su vecina Bella, pero a esa aldea le cuesta bastante poco dejarse poseer por la pol¨ªtica del terror de Gast¨®n y convertirse en una masa asesina. Esta se?ora, amparada por la filosof¨ªa de "?es que nadie va a pensar en los ni?os?", votar¨ªa a Donald Trump si fuera americana. La verdadera moraleja de la pel¨ªcula no es que la belleza est¨¢ en el interior, sino que hay que tener cuidado con esa vecina que te saluda con la boca peque?a. Nos gusta pensar que Bella, tras convertirse en la reina de la regi¨®n, le subi¨® los impuestos a esa panda de traidores. Sin apenas di¨¢logos, las intervenciones de esta doncella deb¨ªan de estar descritas en el guion como "se pasea ronroneando delante de Lumi¨¨re". Esta fue la relaci¨®n m¨¢s abiertamente sexual de Disney hasta el momento. A partir de ah¨ª, las pel¨ªculas de Disney abrieron la puerta del lupanar, con libidos desbocadas como la de la se?ora que mete mano a Aladd¨ªn al ritmo de "ven conmigo ojitos tiernos" o Frollo, capaz de prender fuego a todo Par¨ªs solo porque Esmeralda no quer¨ªa quedar con ¨¦l. De todos los animalitos de Disney, este cerdo es el que m¨¢s escaldado sale. Es un extra sin frase que est¨¢ tranquilamente revolc¨¢ndose en sus propios excrementos cuando de repente Gast¨®n cae en su charco y le mete la cabeza debajo. Por no tener, este cerdo no tiene ni canci¨®n propia. Y lo peor es la certeza absoluta de que Gast¨®n, rabioso por el rechazo de Bella, va a cenar cerdo asado esa noche. Ser una tetera no va a impedir que esta abuela siga siendo la jefa de las multitareas: mientras bailan estas tazas, ella te prepara el t¨¦ con pastas. Su aportaci¨®n a la pel¨ªcula es asegurarse de que todo el mundo coma, convirti¨¦ndose en la versi¨®n de cer¨¢mica de las abuelas que se ofrecen a fre¨ªrte un huevo mientras te preparan un t¨²per de croquetas. Y encima ayuda a su jefe a ligarse a Bella con la canci¨®n m¨¢s bonita jam¨¢s cantada. La se?ora Potts es un poco la abuela de todos, tan entra?able que le perdonamos la demencial rima "perfecci¨®n es nuestro lema hasta en lat¨ªn". Quiz¨¢ sea una broma privada entre los sirvientes. Ese caballo no recibe todo el cr¨¦dito que merece. Aparte de tener toda la raz¨®n cuando Maurice se pierde por el bosque, tiene que soportar que luego su due?o chiflado le eche la culpa a ¨¦l. Y se pasa toda la pel¨ªcula cabalgando de la aldea al castillo, y del castillo a la aldea. Sufre las inclemencias de la tempestad, es atacado por los lobos y cuando ya no le deben de quedar fuerzas tiene que correr m¨¢s r¨¢pido que nunca para que Bella llegue a tiempo a detener el asedio al castillo y romper el hechizo. Phillippe es un h¨¦roe. Sabemos que la pel¨ªcula est¨¢ contada a trav¨¦s de los ojos de Bella porque al principio la Bestia es aterradora, oscura y siniestra, y al final es un perro gigante al que dan ganas de abrazar. Su mal car¨¢cter enseguida se convierte en amor. Tanto que se te olvida que todo empez¨® con un secuestro: en seguida libera a Bella, la salva de los lobos como un h¨¦roe rom¨¢ntico, le regala una biblioteca y le hace sentir una princesa. La Bestia es tan tierna y tan apuesta (sus ropajes le quedan fenomenal), que no pudimos evitar sentirnos decepcionados cuando se transforma en humano y resulta ser un cruce entre Cenicienta y Jon Bon Jovi. La conciencia de clase hecha candelabro. Lumi¨¨re no echa de menos ser humano, echa de menos ser un criado. Anhela "los viejos tiempos laboriosos" cuando "uno no pod¨ªa ni dormir". Esa horda de sirvientes (un n¨²mero absolutamente desproporcionado de ellos, por otra parte) le debe todo a Lumi¨¨re: solo ¨¦l se da cuenta de que la irrupci¨®n de Bella en sus vidas es un todo o nada. Por eso monta un espect¨¢culo m¨¢s grande que la vida con '?Qu¨¦ fest¨ªn!', el men¨² del d¨ªa m¨¢s largo y pegadizo jam¨¢s recitado. Hay ragut, hay sufl¨¦ y una tarta bien flamb¨¦. ?Y c¨®mo se lo paga Bella? No solo no prueba bocado, sino que huye al ala oeste y a punto est¨¢ de arruinar la fiesta. Menuda es... Hay que querer a Chip. Esta tacita adorable probablemente ni recuerde haber sido humano, porque lleva toda su vida siendo parte de una vajilla. Vive en la m¨¢s absoluta de las desinformaciones, nadie le cuenta nada y todo el mundo le manda a la alacena. Y a¨²n as¨ª es tan espabilado que consigue escapar del castillo y poner en marcha la m¨¢quina de cortar le?a para liberar a Bella y a Maurice. "?No sab¨¦is lo que os hab¨¦is perdido, amigos!", exclama extasiado. Qu¨¦ mono. ?Si nadie se ha perdido tantas cosas en esta pel¨ªcula como ¨¦l! Adem¨¢s de ser la primera princesa Disney que sabe leer (Ariel firmaba el contrato con ?rsula sin leerse ni una cl¨¢usula), Bella tiene ambiciones, tiene actitud. Se niega a que la chuleen, y sus sue?os no necesariamente pasan por pescar marido. Ella prefiere vivir hermosas aventuras. Puede que mire por encima del hombro a todos sus vecinos (quienes a la menor oportunidad tomar¨¢n represalias contra ella). Pero se lo puede permitir. Esta hero¨ªna es un hito cultural por derecho propio: Bella fue la primera chica Disney que realmente hace cosas (y hace muchas cosas, adem¨¢s) por s¨ª misma, y no solo se deja llevar por el destino o por la ayuda de los dem¨¢s. Disney lleg¨® tarde al siglo XX, pero lleg¨®. Y Bella, mucho m¨¢s mujer que adolescente, luch¨® por alcanzar una dignidad que hizo justicia con todas sus predecesoras. Gracias sobre todo a Bella, despu¨¦s de esta pel¨ªcula nadie volvi¨® a decir aquello de "el cine de dibujos es solo para ni?os". 'La Bella y la Bestia' cambi¨® el cine, y no nos dimos cuenta. Debi¨® de ser cosa de la magia.