Estas son las diferencias y similitudes entre el trap y el indie
Ambos replican un sonido for¨¢neo y ninguno brilla por su capacidad vocal. ?Podr¨ªa suceder que dos mundos en principio alejados tengan m¨¢s en com¨²n de lo que parece?
La primera se?al lleg¨® desde arriba. Hace unas semanas, Los Planetas desvelaban Islamabad, la canci¨®n que abre su noveno disco, Zona temporalmente aut¨®noma, y los comentarios no tardaron en llegar. ?Qu¨¦ hac¨ªa la banda de J, el nombre escrito en piedra en las tablas de la ley del indie hispano, inspir¨¢ndose en una canci¨®n de Yung Beef, el santo patr¨®n del trap nacional?
Los m¨¢s integristas se echaron las manos a la cabeza, pero pronto se impuso la opini¨®n de que est¨¢bamos ante uno de los mejores temas de la banda de Granada de los ¨²ltimos tiempos. Otra brecha lleg¨® cuando El ?ltimo Vecino subieron a YouTube su versi¨®n de Mi chulo, la canci¨®n de La Zowi y Lorena B.
?Qu¨¦ est¨¢ pasando? ?Podr¨ªa suceder que dos mundos en principio alejados como el de la escena indie y el trap tengan m¨¢s en com¨²n de lo que parec¨ªa en un principio? Est¨¢ por ver si ambas escenas van a seguir colisionando o si estamos ante escarceos puntuales, pero hemos buscado puntos de encuentro (y de desencuentro) entre los dos g¨¦neros.
Semejanzas
1. Todo empez¨® fuera
Aqu¨ª no se ha inventado nada. Al igual que en los 90 surgieron hordas de bandas que ansiaban poseer el sonido de centrifugadora noise de Sonic Youth, la habilidad con la guitarra de J Mascis y el desparpajo (y el flequillo) de Stephen Malkmus, la generaci¨®n trap busca sus referentes en lo que viene de fuera, y aqu¨ª por fuera se entiende Atlanta, la ciudad en la que se origin¨® el g¨¦nero. Los referentes (musicales y est¨¦ticos) son Gucci Mane, Young Thug o Future, pero (y salvo algunas excepciones) los traperos nacionales hacen lo mismo que aquellos indies: replicar un sonido for¨¢neo.
2. Las voces ya tal
"Los traperos nacionales hacen lo mismo que aquellos indies: replicar un sonido for¨¢neo"
Era uno de los temas m¨¢s comentados (y eso que todav¨ªa no hab¨ªa redes sociales) en los 90: los cantantes del indie no brillaban por su capacidad vocal. Obviamente, se invocaba el punk como momento definitivo en el que la calidad t¨¦cnica pas¨® a un segundo plano, en el que el DIY y la personalidad se impon¨ªan al virtuosismo y la profesionalizaci¨®n. Todo perfecto, solo que eso a veces ocultaba otros factores, como la pereza, la falta de ambici¨®n y un disimulado miedo al qu¨¦ dir¨¢n. En el trap ese temor no existe, pero s¨ª la escasa capacidad vocal. Por suerte para ellos, cuentan con un arma definitiva para enmascarar sus carencias: el Auto-Tune. Sin ese software que modula la voz, puede que muchas carreras ni siquiera hubiesen empezado.
3. Circuitos propios
Ahora cuesta imaginarlo, pero hubo un momento en el que el ¨²ltimo rinc¨®n de la geograf¨ªa espa?ola no ten¨ªa un ¡°evento¡± en el que se re¨²nen al menos 4 bandas sobre un escenario y recibe el nombre de festival. El primer FIB, celebrado en 1995, fue el germen de un modelo (de nuevo, importado del mundo anglosaj¨®n) que se ha reproducido como esas especies animales que no tienen depredadores cerca: sin ning¨²n control ni sentido. Los grupos del incipiente indie se crearon un circuito que tambi¨¦n inclu¨ªa salas, revistas especializadas, programas de radio y tiendas de discos. Puede que actualmente parezca un circuito precario, pero part¨ªa de la nada. Ahora editar en tu propio sello no le extra?a a nadie, y tampoco hace falta sonar en radios comerciales para llenar salas. A los artistas de trap ni siquiera les ha hecho falta crearse un circuito. Con YouTube en su mano, han podido llegar a cualquier smartphone del planeta sin tener que salir de su barrio. Lo que est¨¢ claro es que los medios tradicionales (la prensa, la tele, esta misma web) no les hacen falta.
4. Los directos
Otra de las r¨¦moras del indie, y el blanco de los cr¨ªticos, era la poca solvencia de muchos grupos en directos. El amateurismo, que pod¨ªa resultar positivo en un primer momento, se convert¨ªa en un lastre para bandas que se conformaban con crear una bola de ruido y no mejorar un ¨¢pice su sonido sobre el escenario. En la escena trap los resultados son similares cuando nos fijamos en la presentaci¨®n en directo, solo con una clara diferencia: a veces parece m¨¢s importante otros aspectos (la fiesta, la conexi¨®n con el p¨²blico) que crear un espect¨¢culo ortodoxo. Eso s¨ª, ellos no disimulan a la hora de emplear voces pregrabadas que, en algunos casos, se acercan m¨¢s al karaoke que a un concierto.
Diferencias
1. Clase social
"En el trap es m¨¢s f¨¢cil encontrar referencias al barrio y la calle que a nombre de pedales de distorsi¨®n"
A¨²n a riesgo de generalizar, puede decirse que el indie espa?ol siempre ha sido de clase media-alta. Todos aquellos chicos (porque hab¨ªa muchos m¨¢s chicos que chicas) que decid¨ªan coger una guitarra despu¨¦s de haber escuchado Slanted & Enchanted eran universitarios, muchos hab¨ªan estudiado fuera de Espa?a, pod¨ªan costearse discos indies no siempre f¨¢ciles de encontrar y elud¨ªan inconscientemente su pertenencia a una clase social determinada. En el trap es m¨¢s f¨¢cil encontrar referencias al barrio y la calle que a nombre de pedales de distorsi¨®n, y no existe ning¨²n problema en mostrar su origen social. Es m¨¢s, se muestra con orgullo la pertenencia al barrio, asociado a una mayor autenticidad.
2. El dinero
El periodista Nando Cruz lo mostraba en su libro Peque?o circo: la generaci¨®n indie de los 90 evitaba hablar del dinero como de la peste. La idea de hacer m¨²sica que pudiese generar un beneficio econ¨®mico era casi vergonzosa, como una traici¨®n a su arte. En el trap no solo no existe ese miedo, sino que la ostentaci¨®n es una constante. La ropa de marca, los coches, las fiestas y las drogas son cosas que se exhiben como muestra de poder, de diferenciaci¨®n (yo he conseguido esto y t¨² no) y de ¨¦xito social. Quiz¨¢s la raz¨®n se encuentre en el punto anterior: los que ten¨ªan dinero no quer¨ªan mostrarlo, mientras que los que no lo ten¨ªan ansiaban por fotografiarse con fajos de billetes.
3. El sexo
Las canciones del indie, con sus letras en ingl¨¦s de First certificate, hablaban de relaciones de forma indefinida, de amor y desamor de forma tan vaga como f¨¢cilmente identificable. Hablar sobre sexo no era tab¨², pero de alguna manera era identificado como algo burdo, de mal gusto. En el trap no solo no existen esos tapujos, sino que el sexo o el deseo se muestran de manera cruda, a veces (como en los casos masculinos) casi como una ostentaci¨®n m¨¢s de poder, y en otros (los femeninos) como una muestra de autoafirmaci¨®n. A su lado, los grupos de los 90 parecen unos mojigatos.
4. El alcance
Ahora, cuando parece que todo el monte es indie (o que al menos no falta un festival que se denomina indie en cada provincia) recordar el impacto en los medios de los grupos independiente se ve con la inocencia perdida. Si las revistas aupaban a sus portadas a bandas que apenas tocaban ante 200 personas en una sala de Madrid o Barcelona, los artistas de trap consiguen tener un poder de convocatoria mucho mayor sin tener tanta presencia medi¨¢tica. ?Hubiesen conseguido los grupos indie una repercusi¨®n mayor de haber contado con redes sociales y YouTube? Nunca lo sabremos, pero ahora cuesta pensar que, si no hubiese sido por los festivales, algunos grupos hubiesen tocado para varios miles de personas.
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