Europa cumple 60 a?os
El proyecto europeo est¨¢ en mal estado pero todav¨ªa puede sobrevivir si sus ciudadanos quieren
Europa conmemora hoy su 60? aniversario en Roma, y lo hace en mal estado. La ¨²ltima revisi¨®n m¨¦dica revel¨® que hab¨ªa que amputar una mano (gangraena brexitosa), ten¨ªa un pie terriblemente inflamado (putinisma ucranica), una dermatitis muy extendida y una peligrosa reacci¨®n al¨¦rgica (xenophobia populistica), ¨²lcera de est¨®mago (eurozonitis), logorrea y amnesia. Adem¨¢s de un posible paro cardiaco de aqu¨ª a un par de meses (s¨ªndrome arritmog¨¦nico de Le Pen).
En los a?os posteriores a 1989, tan llenos de esperanza, los ucranios, moldavos, turcos y egipcios volv¨ªan la cabeza en cuanto esta mujer entraba en la sala; hoy no le prestan la menor atenci¨®n. Y, para colmo, su socio hist¨®rico parece haber enloquecido (egomania narcissistica trumpica).
La analog¨ªa de Europa como mujer es muy antigua. En la mitolog¨ªa griega, la raptaba un delincuente sexual reincidente llamado Zeus, disfrazado de toro. Pero la UE actual se parece m¨¢s a la maravillosa imagen de Europa reina que elabor¨® el cart¨®grafo Sebastian M¨¹nster en el siglo XVI, con el cuerpo formado por innumerables pa¨ªses y regiones; una dama solemne, con cetro y corona, pero de partes muy diferenciadas. Porque Europa como naci¨®n unida no es m¨¢s que el sue?o de los federalistas y la pesadilla de los euroesc¨¦pticos.
Y ese es el problema que tienen algunas de las recetas de los m¨¦dicos de Bruselas. Jean-Claude Juncker present¨® hace poco una ponencia con el subt¨ªtulo Reflexiones y perspectivas para la UE de 27 en 2025 (?o sea que no se prev¨¦n m¨¢s ampliaciones?). Enumera cinco posibilidades: ¡°Seguir como estamos¡±, ¡°solo el mercado ¨²nico¡±, ¡°que los que quieren m¨¢s hagan m¨¢s¡±, ¡°hacer menos pero mejor¡± y ¡°hacer muchas m¨¢s cosas juntos¡±. Despu¨¦s empieza a desbarrar con la idea de un amplio debate popular en toda Europa que culmine en lo que denomina ¡°mi discurso sobre el estado de la Uni¨®n en septiembre de 2017¡±, para pasar a ¡°un plan de actuaci¨®n con vistas a las elecciones al Parlamento Europeo en junio de 2019¡±. Como si todo el continente estuviera conteniendo el aliento a la espera de ese discurso, igual que en EE?UU.
Es una pol¨ªtica que no tiene en cuenta la pol¨ªtica. Creo que es mucho m¨¢s realista este otro calendario: siguiendo el ejemplo de los votantes holandeses, que han parado el reto populista de Geert Wilders, los franceses se unen, en la segunda vuelta de su elecci¨®n presidencial, el 7 de mayo, para evitar un infarto de miocardio en forma de Le Pen; la cuesti¨®n de la deuda griega se va sorteando hasta despu¨¦s de las elecciones alemanas, el 24 de septiembre; se evita una crisis bancaria o pol¨ªtica en Italia. Si conseguimos salir del paso ¡ªest¨¢ por ver¡ª, entonces quiz¨¢ sea posible que una coalici¨®n de l¨ªderes nacionales, junto con los tres presidentes de la UE, elaboren un rumbo de recuperaci¨®n a partir de 2018.
Europa necesita varios tratamientos distintos, cada uno para un problema concreto: Brexit, populismo, eurozona, injerencia rusa en Ucrania, la situaci¨®n de los refugiados, la amenaza de dictadura en Turqu¨ªa y c¨®mo convivir con Donald Trump. Algunos tratamientos deben aplicarse a nivel europeo, y otros, en ¨¢mbitos espec¨ªficos: por ejemplo, la frontera exterior del ¨¢rea Schengen y el papel de la OTAN en la defensa de los Estados b¨¢lticos contra las amenazas de Vlad¨ªmir Putin. En cuanto a los mecanismos internos de la UE, habr¨¢ que aplicar una mezcla de las perspectivas tercera y cuarta de Juncker: ¡°que los que quieren m¨¢s hagan m¨¢s¡± y ¡°hacer menos pero mejor¡±. Pero el verdadero combate se ganar¨¢ o se perder¨¢ en cada pa¨ªs y cada regi¨®n, con sus distintos lenguajes y estilos. Los que tienen que defender la continuidad y la reforma de la UE en cada pa¨ªs son los pol¨ªticos, intelectuales y empresarios franceses, alemanes e italianos, y los valones, flamencos, polacos, espa?oles, catalanes, irlandeses, e incluso los ingleses. Cuando las pol¨ªticas europeas tienen efectos nocivos, debemos decirlo y cambiarlas, pero hay que dejar de culpar de todo lo malo a Bruselas y asumir las responsabilidades de cada uno. Deben prestar atenci¨®n a los votantes insatisfechos, hacer pol¨ªticas para abordar sus preocupaciones y transmitirlas con un lenguaje directo y atractivo que llegue a quienes est¨¢n atrapados en las c¨¢maras de eco del populismo. La UE solo sobrevivir¨¢ si sus ciudadanos quieren que sobreviva. A sus 60 a?os, Europa est¨¢ en mal estado, pero todav¨ªa le queda vida. Tener la voluntad de curarse es la mitad de la batalla. Nunca viene mal el sentido del humor.
Timothy Garton Ash es catedr¨¢tico de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.