Armas de distracci¨®n masiva
La agnotolog¨ªa es el estudio de la fabricaci¨®n premeditada de desconocimiento
Se aproximan las elecciones francesas y alemanas y, en uno y otro pa¨ªs, pol¨ªticos y periodistas se preguntan c¨®mo hacer frente a eventuales campa?as de uso continuado de datos falsos, que tanto ¨¦xito tuvieron en Reino Unido y en Estados Unidos. Las Armas de Distracci¨®n Masiva (t¨ªtulo de una canci¨®n del grupo rapero franc¨¦s IAM y de una pel¨ªcula americana bastante mala) son un fen¨®meno nuevo, porque no forman parte de los cl¨¢sicos mecanismos de propaganda pol¨ªtica ideados en la Alemania de entreguerras o en la URSS de los a?os treinta. Estas ADM est¨¢n destinadas a mercados occidentales, con democracias liberales, y han sido ensayadas y perfeccionadas por especialistas vinculados a la extrema derecha o a la llamada derecha alternativa, originaria de Estados Unidos.
Su ra¨ªz no est¨¢ tanto en la propaganda pol¨ªtica como en la manipulaci¨®n publicitaria, y seguramente es m¨¢s f¨¢cil encontrar paralelismos con la campa?a que montaron las grandes multinacionales tabaqueras en los a?os sesenta para impedir que se relacionara su producto con el c¨¢ncer que con los discursos de Goebbels o Stalin. Lo explica muy bien el economista y presentador de la BBC Tim Harford en un art¨ªculo titulado The Problem with Facts.
Las ADM persiguen que los debates pol¨ªticos no se planteen en el terrero de la acci¨®n, de las medidas necesarias para solucionar determinados problemas, sino que se agoten dando vueltas sobre la falsedad de determinados datos. ?Tiene sentido levantar un muro en la frontera entre M¨¦xico y Estados Unidos? De momento, habr¨¢ que desmentir los datos falsos sobre el coste de ese muro, difundidos masiva y organizadamente por los interesados. La ¡°bomba de distracci¨®n¡± funciona de maravilla y las dudas sobre el precio se instalan en todos los foros de debate, en lugar del sentido y eficacia del asunto.
Las armas de distracci¨®n masiva son?la total negaci¨®n del debate pol¨ªtico
En el fondo, se trata de la total negaci¨®n del debate pol¨ªtico, porque ¨¦ste debe girar no en torno a unos datos, sino en torno a propuestas para cambiar esos datos y la realidad. Las ADM persiguen dos cosas: negar la credibilidad de las fuentes, por muy solventes que sean, y negar los propios hechos. El efecto combinado de estas dos estrategias es brutal: la producci¨®n intencionada de ignorancia que, todo sea dicho, necesita de la colaboraci¨®n no solo de pol¨ªticos y publicistas, sino tambi¨¦n de grandes medios de comunicaci¨®n y periodistas bien conocidos, comprados o voluntarios.
La agnotolog¨ªa, el estudio de esa fabricaci¨®n premeditada de desconocimiento, tuvo tambi¨¦n un gran momento a ra¨ªz del estallido de la crisis econ¨®mica. Joaqu¨ªn Estefan¨ªa recuper¨® la palabra para contar c¨®mo los responsables de la Gran Recesi¨®n hab¨ªan logrado introducir much¨ªsimo ruido sobre las causas de lo ocurrido cuando eran perfectamente conscientes de su propio papel. El mismo procedimiento se aplica ahora a las causas del malestar pol¨ªtico, masivas dosis de distracci¨®n destinadas a apartar la atenci¨®n de donde deber¨ªa estar: lo que se ha hecho y c¨®mo se puede corregir.
Masivas dosis de distracci¨®n destinadas a apartar la atenci¨®n de donde deber¨ªa estar
Hacer frente a estrategias tan elaboradas no es f¨¢cil. Hay que difundir los datos ciertos e insistir en la autoridad de las fuentes, por supuesto. Pero existe el peligro de emplear todo el tiempo en chequear y en desmentir los datos falsos, lo que proporcionar¨ªa un gran ¨¦xito a los manipuladores, due?os de la agenda, del marco y del debate y capaces de apuntarse todos los tantos por puro agotamiento del oponente. As¨ª que periodistas alemanes y franceses intentan ahora desplegar una estrategia diferente: volver a contar historias, en las que no se hable de la mentira, sino en las que se muestre la verdad y su importancia. Grandes historias sobre la vida real de la gente. Periodismo 0.0.
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