Barrabasada
La caracter¨ªstica m¨¢s interesante de la votaci¨®n referendaria es la opci¨®n binaria ofrecida al pueblo: o blanco o negro
El m¨¢s m¨ªtico ejemplo hist¨®rico de pseudo democracia directa (subclase plebiscitaria) es la votaci¨®n ¡ªa gritos¡ª en favor de Barrab¨¢s, quien salv¨® as¨ª la vida.
El prefecto Poncio Pilatos, quiz¨¢ nacido en Tarraco, no quer¨ªa condenar a muerte a Jes¨²s, al considerarlo inocente y para no interferir en los conflictos religiosos internos de la comunidad jud¨ªa. As¨ª que primero se lav¨® las manos, consider¨¢ndolo inocente, para devolver la responsabilidad del caso al Sumo Sacerdote saduceo Caif¨¢s y dem¨¢s autoridades jud¨ªas.
Al insistir estas en que le crucificase, acci¨®n que las desbordaba, pues compet¨ªa al prefecto, se acogi¨® a una supuesta tradici¨®n ¡ªde la que no existen otras pruebas¡ª por la cual el pueblo pod¨ªa por aclamaci¨®n liberar a un preso por Pascua.
Creyendo que el resultado estaba predeterminado porque Barrab¨¢s era culpable de homicidio y Jes¨²s no, dio a elegir a la muchedumbre a qui¨¦n deb¨ªa indultar. El personal, agitado por Caif¨¢s y sus secuaces conspiradores, clam¨® por Barrab¨¢s.
De la historia que narran los Evangelios y se recordar¨¢ por Semana Santa, en las procesiones del Sur y tambi¨¦n en la Passi¨® de Olesa y Esparraguera, sobresalen tres caracter¨ªsticas de esta votaci¨®n referendaria que quiz¨¢ sirvan para iluminar otras.
La primera es que se produce a conveniencia del Poder establecido que inventa arbitrariamente sus propias reglas: primero el lavado de manos, despu¨¦s la apelaci¨®n al m¨¦todo digamos asambleario como ¨²ltima ratio de justicia.
La segunda es la ausencia de confrontaci¨®n de argumentos: solo entran en juego la defensa corporativa de la ortodoxia de Caif¨¢s, amenazada por Jes¨²s; el arrebato en favor del que seg¨²n distintas fuentes era un delincuente, pero muy popular; el rechazo al peligroso disidente.
La caracter¨ªstica m¨¢s interesante del episodio es la opci¨®n binaria ofrecida al pueblo. Una salida simple, nada compleja, nada sofisticada. Deber¨¢ salvar a uno o a otro, sin m¨¢s. O vida o muerte. O libertad o condena. O blanco o negro.
Visto desde hoy, hab¨ªa otras soluciones, complejas, seguramente m¨¢s interesantes: pedir la liberaci¨®n de ambos reos, reclamar la abolici¨®n de la pena de crucifixi¨®n. Pero no interesaban al prefecto Pilatos y por eso no las someti¨® a refer¨¦ndum. Ocurre.
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