El gorri¨®n lleva miles de a?os conviviendo con nosotros, pero ahora desaparece sin que nos demos cuenta. Un homenaje fotogr¨¢fico a estos peque?os p¨¢jaros.
Ejemplar pos¨¢ndose en la mano de un paseante en un parque.Juan Mill¨¢sGorriones en una plaza
de la capital.Juan Mill¨¢sVuelo de un ejemplar.Juan Mill¨¢sUn gorri¨®n sobrevuela
las azoteas del centro
de Madrid.Juan Mill¨¢sTres plumas de ala de gorri¨®n.Juan Mill¨¢sPiel naturalizada de gorri¨®n albino de 1935 del Museo Nacional de Ciencias
Naturales de Madrid.Juan Mill¨¢sPiel naturalizada de gorri¨®n macho del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid.Juan Mill¨¢sRetrato de gorri¨®n con cuerpo de hombre.Juan Mill¨¢sNido con tres huevos de gorri¨®n com¨²n (Passer domesticus) del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid.Juan Mill¨¢sFalsa postal que reproduce
el lienzo Bodeg¨®n de caza, hortalizas y frutas (1602), de Juan S¨¢nchez Cot¨¢n, de la colecci¨®n del Museo del Prado.Juan Mill¨¢sPieles de estudio disecadas de
un gorri¨®n macho de 1886 y de una hembra de 1913 del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid.
Juan Mill¨¢sCr¨¢neo y quilla
de gorri¨®n com¨²n de
la colecci¨®n del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid.
Juan Mill¨¢sHombre con cabeza de gorri¨®n, recreaci¨®n de un ¨¢lbum familiar.Juan Mill¨¢s