Ahora, Estocolmo
Todas las sociedades son objetivo del terrorismo
?Apenas dos semanas despu¨¦s del atentado en el puente de Westminster en Londres ¡ªayer precisamente falleci¨® la mujer que cay¨® al T¨¢mesis¡ª, el ciego dedo del terrorismo ha se?alado ahora a la capital de Suecia.
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Las personas que paseaban por Drottninggatan, una de las principales calles comerciales de Estocolmo, y fueron testigos de c¨®mo un cami¨®n de reparto atropellaba a varias de ellas y se empotraba contra un centro comercial, eran el mismo objetivo terrorista que quienes en ese mismo momento caminaban por las calles de Par¨ªs, Bruselas, Madrid o Roma. Todos los ciudadanos est¨¢n en el punto de mira de un terrorismo que pretende hacer tambalearse, mediante el miedo y la imprevisibilidad, los pilares de las sociedades libres.
El m¨¦todo elegido para estos ataques ¡ªveh¨ªculos grandes lanzados contra grupos de civiles en zonas peatonales situadas en lugares significativos o muy concurridos¡ª no responde en absoluto al azar o la improvisaci¨®n. El cami¨®n de cerveza con el que ayer se asesin¨® a varias personas en Estocolmo, el tr¨¢iler con el que se mat¨® a 86 en Niza o aquel con el que se causaron 12 v¨ªctimas mortales en un mercadillo de Navidad en Berl¨ªn hab¨ªan sido robados previamente con el fin de convertirlos en las armas de las que, afortunadamente, los terroristas parecen carecer gracias a la eficacia de las medidas tomadas en estos ¨²ltimos a?os.
Estos atentados responden a una estrategia planificada para hacer sentir inseguros a los ciudadanos precisamente en aquellos espacios p¨²blicos m¨¢s frecuentados y que m¨¢s asocian a sus actividades de ocio. Por eso constituyen un acierto las medidas adoptadas por Ayuntamientos espa?oles como Madrid y Sevilla, entre otros, para reforzar las medidas de seguridad durante la Semana Santa que, aunque no oficialmente seg¨²n el calendario, ayer por la tarde comenz¨® para millones de espa?oles y visitantes.
La prohibici¨®n de circular impuesta a grandes veh¨ªculos ¡ªcon las l¨®gicas pero controladas excepciones¡ª, la instalaci¨®n de obst¨¢culos y la intensificaci¨®n de la vigilancia por parte de las fuerzas de seguridad son medidas molestas, porque restringen la libertad de circulaci¨®n de los ciudadanos y alteran la fisonom¨ªa de espacios urbanos emblem¨¢ticos. Sin embargo, son inevitables y deben contar con el respaldo de todos.
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