Claudia y los piratas

Claudia es una ni?a de 10 a?os que ama a los piratas y que ha perdido (provisionalmente) su primera batalla contra la intransigencia y la falta de imaginaci¨®n de los adultos. ?mula de Jim Hawkins, decidi¨® embarcarse en la Hispaniola y escogi¨® la pirater¨ªa como tema de una charla para dar en clase. Uno de los puntos de su disertaci¨®n ¡ªno me consta si sosteniendo en una mano un sable y en la otra, la bandera del capit¨¢n Barbossa, pero espero que s¨ª¡ª fue que los piratas llevaban el parche del ojo para acostumbrar la vista a la oscuridad. Pues bien, la maestra de Claudia decidi¨® no aprobarla, considerando que eso no era m¨¢s que ¡°una leyenda¡±. Dado que John Rackman (Calic¨® Jack, lugarteniente de Jack Vane) fue colgado en 1720 en Gallows Point y Barbanegra y Morgan tambi¨¦n han muerto, a la joven aspirante a bucanera no se le ha ocurrido otra cosa que ?acudir a m¨ª!, a quien denomina ¡°uno de mis piratas favoritos¡±, para que aclare el asunto del parche. Que Claudia ¡ªa la que no conozco personalmente¡ª me considere su pirata favorito no es solo un honor y una gran responsabilidad, sino que me llena de un orgullo que r¨ªete t¨² del ego del capit¨¢n Sparrow (no puedo dejar de se?alar aqu¨ª mi parecido con Johnny Deep, sobre todo cuando me disfrazo de filibustero zarrapastroso).

Pues bien, la teor¨ªa es muy seria: el parche no lo usar¨ªan los piratas (solo) para cubrir la p¨¦rdida del ¨®rgano o para el tratamiento del ojo vago, sino para evitar el efecto del deslumbramiento al descender a las cubiertas inferiores del barco. En esos espacios oscuros, si bajabas desde la cubierta llena de la luz del Caribe, la vista tardaba hasta 25 minutos en adaptarse y dif¨ªcilmente eras capaz entretanto de disparar un ca?¨®n y acertar a, por ejemplo, La perla negra. Cerrando un ojo y levantando el parche del otro te adaptabas inmediatamente y pod¨ªas efectuar ca?onazos certeros (o encontrar el dobl¨®n que se te hab¨ªa ca¨ªdo). No me lo invento, lo ha sostenido Jim Sheedy, oculista y director del Vision Performance Institute de la Universidad de Oreg¨®n, que ya es autoridad. Vaya desde aqu¨ª nuestra solidaridad contigo, querida Anne Bony, uy, Claudia, y advi¨¦rtele a la maestra que, aunque dudo que sepa lo que ello significa, pronto le llegar¨¢ la mota negra.