Desnudos ante los abusos de la globalizaci¨®n en el textil
El Parlamento Europeo lanza una iniciativa para evitar desastres como el de Rana Plaza
El horror de Rana Plaza, el derrumbe de un gigantesco taller textil en Banglad¨¦s que cost¨® la vida a m¨¢s de 1.100 trabajadores de la confecci¨®n, qued¨® en la imagen colectiva como uno de los abusos de la globalizaci¨®n. A punto de cumplirse cuatro a?os de aquella tragedia, la UE a¨²n no dispone de una norma que refuerce las obligaciones de las empresas europeas en la cadena de subcontratas. La Comisi¨®n anuncia una propuesta para los pr¨®ximos d¨ªas. Mientras, el Parlamento Europeo se moviliza para que la iniciativa sea algo m¨¢s que una declaraci¨®n de intenciones.
Los datos avalan la necesidad de actuar. Dos tercios de la ropa vendida en Europa se fabrica en el exterior. El sector emplea en todo el mundo a unos sesenta millones de personas (tres de cada cuatro son mujeres), muy expuestas a la vulneraci¨®n de derechos laborales y humanos. El traslado de los procesos de confecci¨®n a pa¨ªses pobres ha abaratado enormemente los productos e inyectado miles de millones en econom¨ªas precarias como la de Banglad¨¦s, pero a costa de generalizar pr¨¢cticas en muchas ocasiones esclavistas.
A iniciativa de Podemos, la Euroc¨¢mara promueve una resoluci¨®n para que las compa?¨ªas radicadas en Europa garanticen el cumplimiento de unos m¨ªnimos laborales y medioambientales en la fabricaci¨®n de sus textiles en terceros pa¨ªses. ¡°Pedimos que sea una norma vinculante para que las grandes empresas hagan un ejercicio de transparencia y vigilancia sobre a qui¨¦n contratan. Y que esa informaci¨®n sea p¨²blica¡±, defiende Lola S¨¢nchez Caldentey, ponente del dosier que se votar¨¢ en el pleno del Parlamento el 27 de abril, coincidiendo con el aniversario del derrumbe en Rana Plaza.
Consciente de que har¨¢ falta m¨¢s que una apelaci¨®n a los derechos humanos para sacar adelante el proyecto, la eurodiputada de Podemos advierte del da?o que estos comportamientos originan a las firmas europeas ¡ªespecialmente pymes¡ª que producen en el continente y respetan las reglas comunitarias. ¡°No es solo solidaridad hacia fuera, sino hacia dentro¡±, argumenta.
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