Los cient¨ªficos de Estados Unidos alzan la voz contra las amenazas de Trump
Miles de investigadores participan en m¨¢s de 400 marchas para reivindicar su trabajo ante los recortes y las pol¨ªticas del republicano
La llegada del republicano Donald Trump a la Casa Blanca ha provocado un cambio de rumbo entre los cient¨ªficos de Estados Unidos. Acostumbrados a separar la pol¨ªtica de sus actividades profesionales, este s¨¢bado miles de profesionales e investigadores demuestran en Washington que ha llegado el momento de abandonar su tradicional neutralidad ante las amenazas de la nueva Administraci¨®n estadounidense: recortes presupuestarios, agencias ambientales lideradas por pol¨ªticos sin experiencia y un menosprecio generalizado hacia la ciencia.
¡°La ret¨®rica de esta Administraci¨®n ha hecho que salgamos a la calle¡±, afirma Chris Janetopoulos. Mientras su hija se pelea con el viento para mantener sujeta la pancarta, este investigador de curas para el c¨¢ncer defiende que uno de los mayores problemas de los cient¨ªficos es que no han sabido explicar a la poblaci¨®n el verdadero impacto de cualquier avance en salud, ingenier¨ªa o mec¨¢nica. El cartel que portan entre los dos es una mezcla de did¨¢ctica y reivindicaci¨®n. ¡°La ciencia estudia las leyes de la naturaleza y la industria las pone en pr¨¢ctica. El m¨²sculo de Am¨¦rica lo sujetan los hombros de la ciencia¡±.
La lluvia oblig¨® a muchos a elegir entre sujetar el paraguas o la pancarta de protesta. ¡°La investigaci¨®n es la cura contra los hechos alternativos¡±, ¡°Los hechos importan¡± o ¡°Prep¨¢rense para ver a unos cuantos cient¨ªficos enfadados¡± estaban dedicadas a la avalancha de mentiras defendidas por la Administraci¨®n Trump desde d¨ªa que asumi¨® el cargo. Entonces, en el mismo escenario de esta marcha, su portavoz defendi¨® un r¨¦cord de asistencia inexistente bas¨¢ndose en ¡°datos alternativos¡±.
Tres meses despu¨¦s, miles de cient¨ªficos se hab¨ªan citado en la explanada del National Mall de la capital para recordarle al presidente que no dejar¨¢n de exigir respeto a su profesi¨®n. ¡°El activismo no es una palabra sucia¡±, afirm¨® uno de los organizadores de la marcha desde el escenario. ¡°La ciencia es objetiva, pero no nos podemos mantener neutrales en un momento como ¨¦ste¡±.
La ¨²nica menci¨®n de la Casa Blanca al D¨ªa de la Tierra que se celebra este s¨¢bado carece de referencias a la Marcha por la Ciencia, aunque Trump s¨ª declar¨® en su comunicado que "la ciencia rigurosa es crucial para los esfuerzos de mi Administraci¨®n a la hora de lograr los objetivos de crecimiento econ¨®mico y protecci¨®n ambiental". En contra de lo que revela su presupuesto, el presidente a?adi¨® que est¨¢ "comprometido" con el avance de las investigaciones cient¨ªficas y quiso recordar que "la ciencia no depende de la ideolog¨ªa, sino de preguntas honestas y un fuerte debate".
Bajo los chubasqueros, muchas batas de m¨¦dico y gafas de laboratorio. Hubo quien cambi¨® el paraguas por el casco de construcci¨®n y tampoco faltaron los trajes de astronauta. Ni las nuevas estrellas del sector: una peque?a ingeniera que presumi¨® en el escenario de su robot, el Conde Olaf, dedicado al personaje de la saga Una serie de eventos desafortunados. ¡°Todav¨ªa estoy trabajando en ¨¦l¡±, dijo cuando fall¨® la demostraci¨®n, y los asistentes estallaron en un nuevo aplauso.
De fondo, tanto entre los organizadores como los participantes, el debate sobre qu¨¦ postura deben tomar los cient¨ªficos ahora que sus principales recursos para la investigaci¨®n dependen de un gobierno que no cree en su trabajo. ¡°Ha llegado un momento en el que tenemos que alzar la voz porque hay cosas que sencillamente no est¨¢n bien¡±, asegura Yoelit Hiebert, una ingeniera que ha viajado desde Saint Louis (Misuri) para unirse a la marcha. Su hija, estudiante de un doctorado cient¨ªfico, duda si la manifestaci¨®n hubiera sido necesaria en el caso de que Trump no hubiera ganado las elecciones.
Hiebert recuerda que la pugna actual para recuperar el apoyo ciudadano y gubernamental a la ciencia no es nueva. ¡°Es algo por lo que hemos luchado durante siglos¡±, dice la ingeniera. Junto a ella, una joven pasa con un cartel que dice que ¡°Galileo tambi¨¦n fue cuestionado con datos alternativos¡±. Pero a diferencia de los primeros grandes descubrimientos, Hiebert celebra que ¡°ahora tenemos Internet para explicar la labor de la ciencia a todos los que no creen en ella¡±.
Gracias a Internet se enter¨® Leigh Rose de que este s¨¢bado se celebraba la Marcha por la Ciencia. Decidi¨® acudir a la manifestaci¨®n junto a su mujer y su hijo d¨ªas despu¨¦s de las elecciones. ¡°Venir se convirti¨® en algo mucho m¨¢s importante¡±, dice. Con los carteles ¡°Hip¨®tesis, Prueba y Conclusi¨®n¡±, los tres reivindicaron en familia la importancia de la investigaci¨®n cient¨ªfica en la vida de todos los ciudadanos. Rose es un profesor de ciencias en un instituto local y defiende que todos los profesionales del sector deben promocionar la ciencia. ¡°Tenemos que tomar partido y demostrar el valor de lo que hacemos¡±.
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