En busca del confort ac¨²stico
Las paredes del lobby del hotel Artiem de Madrid est¨¢n forradas de musgo liofilizado y paneles de madera para absorber el sonido. Hay doseles sobre las mesas del desayuno y las patas de madera de las sillas no suenan al ser arrastradas. Para evitar el ruido de la c¨¢mara de refrescos, han sacado los motores y, haciendo un agujero en el suelo, los han colgado del techo del garaje. Desde all¨ª su zumbido no molesta a los clientes. ¡°Para diferenciarnos, una de las cosas que ofrecemos es silencio¡±, explica Willy D¨ªaz, director del hotel. En las 371 opiniones de TripAdvisor sobre el alojamiento, muchos clientes mencionan la ¡°buena insonorizaci¨®n¡±.
El Artiem ser¨¢ el primer hotel en lucir la Certificaci¨®n de Calidad Ac¨²stica, sello creado el a?o pasado por el Instituto Tecnol¨®gico Hotelero y Audiotec, una empresa de ingenier¨ªa ac¨²stica a las afueras de Valladolid dirigida por Ana Espinel. ¡°El problema del ruido ha empezado a tomarse en serio hace 10 a?os, y porque ya no aguantamos m¨¢s¡±, dice. ¡°La buena noticia es que las soluciones de dise?o ac¨²stico se perciben al d¨ªa siguiente de tomar medidas¡±.
Lo que llaman ¡°el laboratorio¡± en Audiotec se parece m¨¢s bien a una ruidosa obra. ¡°Las probetas son estos portamuros¡±, dice un t¨¦cnico se?alando unos marcos dentro de los que se construyen paredes, suelos, puertas o ventanas con distintos materiales aislantes. Esos cerramientos se someten luego a pruebas. Para ver cu¨¢nto a¨ªsla una pared, se coloca a un lado un altavoz dodeca¨¦drico que emite ruido rosa a 100 dB (un estruendo semejante a una turbina de avi¨®n) y se mide lo que llega al otro lado. Para los suelos tienen una m¨¢quina que taconea.
La empresa tambi¨¦n mide el ambiente de bares o restaurantes, realiza mapas de sonoros para ayuntamientos y analiza el sonido emitido por maquinaria industrial, electrodom¨¦sticos o ascensores. Se dedican a solucionar problemas, m¨¢s que a dise?ar, b¨¢sicamente porque los fabricantes no lo hacen de oficio. ¡°Pero esto est¨¢ cambiando, porque la gente es m¨¢s exigente¡±, dice Espinel. ¡°Antes a los fabricantes de ventanas se les ped¨ªa que no pasase el agua y el fr¨ªo, pero ahora el cliente tambi¨¦n les pide silencio y ellos buscan certificar su producto. Pasa lo mismo a la hora de comprar una casa¡±. Desde hace ocho a?os la empresa certifica ac¨²sticamente edificios enteros de viviendas. Y repiten un mantra: un buen acondicionamiento ac¨²stico solo sube un 0,33% el precio de construcci¨®n. Sin embargo, arreglar algo mal hecho sale mucho m¨¢s caro.
¡°El problema no es solo insonorizar, sino sonorizar¡±, apunta el catedr¨¢tico Francesc Daumal. ¡°Imag¨ªnate una catedral g¨®tica con techo y paredes absorbentes¡ No tendr¨ªa sentido. No hay que pensar solo en que no suenen, sino en c¨®mo suenan los edificios¡±. A sus alumnos de arquitectura les hace jugar con la po¨¦tica del ruido pidi¨¦ndoles por ejemplo que dise?en una silla, una maleta o un pavimento para que suenen ligeros, o r¨¢pidos, o graciosos.
Cuando uno empieza a fijarse, hay millones de cosas que suenan sin ton ni son o que a?aden una cantidad ins¨®lita de ruido al paisaje. Zapatos que rechinan, maletas que traquetean, ordenadores que zumban, persianas chillonas, estruendosos electrodom¨¦sticos, cajones chirriantes¡ El problema, coinciden los especialistas, es que como oyentes poco educados, no exigimos un buen dise?o ac¨²stico. Pero nos irritamos igual.
¡°Cuando alguien compra un coche el ruido que hace est¨¢ en el puesto 40 de las prioridades, muy por debajo del color, la potencia o la tapicer¨ªa", explica Nacho Riesco, experto en i+D de Audiotec. "Pero, al a?o de usarlo, el ruido es una de las cinco cosas que m¨¢s valoras o te irritan¡ Y el marketing empieza a darse cuenta de que el sonido importa¡±.
En el centro de i+D+i que Nissan tiene en Barcelona hay un departamento espec¨ªfico de ac¨²stica. En una enorme c¨¢mara anecoica en la que cabe un veh¨ªculo, un equipo de ingenieros investiga c¨®mo minimizar el ruido en el interior del habit¨¢culo para hacer la conducci¨®n m¨¢s placentera. Pero tambi¨¦n afinan el sonido del motor o el que hacen las puertas o el maletero al cerrarse. ¡°El sonido es un elemento de confort; pero tambi¨¦n significa calidad¡±, explican desde la marca. Y adem¨¢s es parte del dise?o de la emoci¨®n que despierta un modelo: ¡°Diferenciando el sonido puedes imaginarte las l¨ªneas del veh¨ªculo¡±.
En el sector, la pregunta del mill¨®n es si debe hacer ruido un coche el¨¦ctrico, y en tal caso, qu¨¦ ruido debe hacer. El debate ha llegado a la legislaci¨®n, ya que tanto Estados Unidos como la Uni¨®n Europea est¨¢n dise?ando leyes que, para evitar atropellamientos, obliguen a los veh¨ªculos el¨¦ctricos a sonar cuando vayan a baja velocidad (a mayor velocidad, la fricci¨®n con el pavimento y el viento ser¨ªan suficientes). El el¨¦ctrico Nissan Leaf incluye por ejemplo un bot¨®n con el que el conductor avisa a los peatones de su presencia con unos discretos pitidos semejantes a los de los camiones o las gr¨²as cuando va marcha atr¨¢s.
Pero, m¨¢s all¨¢ de la seguridad, las empresas se lo plantean como una ocasi¨®n para crear marca. ?A qu¨¦ suena el coche del futuro? ?A motor de combusti¨®n, a nave espacial, a espada l¨¢ser? ?Deber¨ªa haber un ruido est¨¢ndar que identifiquemos como ¡°coche¡±? ?O tendr¨ªa que escoger cada marca o incluso cada conductor su sonido como hacemos con el tono del m¨®vil? Hay quien niega la mayor: ?No ser¨ªa m¨¢s sensato aprovechar la ocasi¨®n para acabar con la mayor fuente de ruido de la ciudad contempor¨¢nea?