7 fotosOcho libros de esta semanaVerna B. Carleton, Edith Pearlman, Gabi Mart¨ªnez y Marta Sanz entre los autores destacados 28 abr 2017 - 16:31CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLa novela se va haciendo a la vista del lector. Y es que Cercas no s¨®lo se la cuenta a los lectores, sino a s¨ª mismo ¡ªque ha deseado y temido escribirla¡ª; a su madre, que es la sobrina del protagonista; a los vecinos de su pueblo que saben que es escritor, al cineasta y escritor David Trueba (que tambi¨¦n podr¨ªa contar otra historia, la suya, que queda en esbozo). Y a la vez el curso del relato in fieri, que tantea sus alcances pero que nunca vacila en su prop¨®sito, dialoga con otras novelas del escritor. Igual que La velocidad de la luz lo hizo con la responsabilidad de haber escrito Soldados de Salamina e igual que El impostor ¡ªotra novela compartida activamente con familia y amigos¡ª conversa con Anatom¨ªa de un instante. Trueba dice en sus p¨¢ginas que ¡°no son los libros los que deben estar al servicio del escritor, sino el escritor el que tiene que estar al servicio de sus libros¡±. Quiz¨¢ esta novela ¡ªescribe Cercas¡ª es el verdadero final de la trama de Soldados de Salamina: un recuerdo que revive y se va configurando como f¨¢bula moral. Se escribe para saber m¨¢s, entender, no juzgar¡, porque ¡°las novelas son como sue?os o pesadillas que no se acaban nunca¡±. Y todas las historias se parecen: esta novela tiene como espejo una de Dino Buzzati (El desierto de los t¨¢rtaros), un cuento de Danilo Kis (¡®Es glorioso morir por la patria¡¯) y unos versos de la Il¨ªada (donde Aquiles muere con honor y belleza) y otros de la Odisea, donde el mismo Aquiles reconoce en el Averno que prefer¨ªa ser un modesto campesino a un monarca del reino de la muerte. De ah¨ª viene el t¨ªtulo de la novela. Por JOS? CARLOS-MAINERLITERATURA RANDOM HOUSESeis relatos que siguen la tradici¨®n estadounidense del realismo sucio constituyen este libro de Adam Johnson (Dakota del Sur, 1967). Su inter¨¦s radica en la pureza de su prosa y cierta experimentaci¨®n narrativa que intenta ir m¨¢s all¨¢ de aquellos memorables cuentos de Raymond Carver en Catedral, sobre todo en extensi¨®n. Los temas est¨¢n escogidos con cuidado y atenci¨®n a la modernidad de los tiempos: un inform¨¢tico de Palo Alto que concibe un programa en el que el presidente asesinado acompa?a la soledad del internauta; un camionero que lleva con ¨¦l a su hijo llamado Ger¨®nimo y debe viajar de la Luisiana asolada por el Katrina a la Costa Oeste porque su padre se est¨¢ muriendo; una mujer enferma de c¨¢ncer que se distrae haciendo un repertorio de ¡°datos interesantes¡± de la sociedad y la vida; el encargado de una antigua prisi¨®n de la Stasi que pasea a su perro en Berl¨ªn y hace una cr¨ªtica revisionista de la correcci¨®n pol¨ªtica de la Alemania unificada; un reparador de ordenadores que copia carpetas de pornograf¨ªa infantil con supuestos motivos de salvador de ni?as y se ve enredado en la ambig¨¹edad de la naturaleza humana; dos refugiados de Corea del Norte que en Se¨²l se dedican a denigrar a su patria chica en una sociedad que, en el otro extremo, tampoco es tan diferente de la odiada dictadura de la que huyeron. Por JOS? LUIS DE JUANSEIX BARRALDesgraciadamente, ya no se escriben novelas as¨ª. Una novela que empieza en la infancia y primera juventud del protagonista en Cornualles; que sigue con una dolorosa separaci¨®n (Philip es hu¨¦rfano y su primo Ambrose lo ha criado como un padre); que se contin¨²a en una inquietante carta del t¨ªo, casado con una viuda italiana en Florencia, que obliga al sobrino a acudir a averiguar su estado; que descubre que el t¨ªo ha muerto, por lo que regresa a Cornualles desolado y convertido en ¨²nico heredero con 24 a?os; que trata de sobrevivir con su pena y con la sospecha encima de que quiz¨¢ la viuda de su t¨ªo lo envenen¨® o, al menos, lo dej¨® morir; y, por fin, que un d¨ªa la viuda desheredada ¡ªla prima Rachel¡ª se presenta en Cornualles. Y todo esto en las 80 primeras p¨¢ginas con todo lujo de descripciones e historias laterales para componer el escenario. Por JOS? MAR?A GUELBENZUALBABreton, pope del surrealismo, publica en 1928 su novela autobiogr¨¢fica Nadja, celebrado ejercicio de vanguardismo que serpentea por entre el recuerdo, la locura y las calles de Par¨ªs, entre im¨¢genes que contribuyen a un hibridismo y a un desorden desquiciado que son capaces de fascinar al lector o de disuadirlo para siempre. Ese mismo a?o su compa?ero Philippe Soupault, con el que en 1920 hab¨ªa publicado ese libro m¨ªtico titulado Los campos magn¨¦ticos, saca a la luz la novela que nos ocupa, una de sus obras fundamentales y ep¨ªtome de la verdadera po¨¦tica del surrealismo, m¨¢s all¨¢ de sus provocativos tributos al inconsciente y la excentricidad. El azar avant toute chose, la espera y ¡°la monoton¨ªa de lo extra?o¡±, la intriga (metaf¨ªsica y policiaca a un tiempo), el ludismo y la vida teatralizada, las im¨¢genes org¨¢nicas prestadas por la poes¨ªa (peces en un acuario ¡°sorprendidos en el flagrante delito de existir¡±), la noche urbana y el claro de luna que Bu?uel mat¨® en Un perro andaluz porque los manifiestos vanguardistas prescrib¨ªan su muerte. Paris la nuit y sus bulevares del vicio. El esp¨ªritu del spleen de un Baudelaire al que Soupault estudi¨®. La concupiscencia del burdel y el pippermint. Todo bajo la direcci¨®n de un narrador en primera persona que ejerce de fl?neur y de detective de la vida misma, que fluye ante los ojos del lector con un aire vagamente cinematogr¨¢fico y ciertamente tan s¨®rdido como perturbador. Por JAVIER APARICIO-MAYDEUJUSUna de las cosas que aprend¨ª fue a ser terca. Cada vez tengo m¨¢s claro que esa es la esencia de la desobediencia civil no violenta: la terquedad m¨¢s absoluta¡±. As¨ª se manifestaba la escritora y activista Grace Paley (Nueva York, 1922-Vermont, 2007) en una entrevista que, junto a charlas y art¨ªculos, se recoge en La importancia de no entenderlo todo, un libro especial y necesario con pr¨®logo de Elvira Lindo publicado oportuna y felizmente por C¨ªrculo de Tiza. Paley dijo sobre este compendio: ¡°Esta no es una recopilaci¨®n autobiogr¨¢fica, pero trata sobre mi vida. Muchos de los art¨ªculos son pol¨ªticos aunque aborden asuntos literarios, lo que considero natural y no deliberado¡±. Grace Paley naci¨® y creci¨® en el Bronx, era hija de inmigrantes rusos y la menor de tres hermanos. Desde la ni?ez destilaba energ¨ªa y determinaci¨®n, algo que inquietaba a su madre, preocupada por sus expulsiones de la escuela. ¡°Mi madre muri¨® cuando yo apenas empezaba mi vida adulta y no pudo ver con claridad que yo no iba a naufragar¡±. Efectivamente, Paley nunca naufrag¨®, su larga vida fue pura acci¨®n: escrib¨ªa, denunciaba y se implicaba. Lo obvio nunca fue suficiente. Se preguntaba y discrepaba. Despu¨¦s, argumentaci¨®n y acci¨®n. No quiso hacer novela, pues seg¨²n ella ¡°el arte es largo y la vida es corta¡±. As¨ª que escribi¨® estupendos relatos, plenos de iron¨ªa e impredecibles, habitados por personajes que parecen desnortados, a los que impregna de cari?o, por los que no toma partido y a los que deja ir. Sus Cuentos completos est¨¢n en Anagrama. Por MAR?A JOS? OBIOLC?RCULO DE TIZALa escritura de Jordi Doce (en sus libros po¨¦ticos y de ensayo, de notas y aforismos, incluso en sus traducciones) es fruto de un pensamiento po¨¦tico que es el reflejo de una unidad de ¡°tono¡± ¡ªentendido en su sentido etimol¨®gico como el de una cuerda tensada¡ª en la que reside la presencia y la fuerza de su poes¨ªa. En No est¨¢bamos all¨ª, ese tono dibuja un clima y un paisaje donde ¡°la extra?eza es una forma de atenci¨®n / una distancia desnuda¡±. Ese cambio de relieve ¡ªque estaba presente en Perros en la playa (2011) y en Mon¨®sticos (2012)¡ª surge de una inflexi¨®n tonal que tiene ahora un acento m¨¢s narrativo, dando entrada al lado imaginativo y expresionista de una mirada ¡°donde vida y sue?o se replican eternamente¡±. Por ANTONIO ORTEGAPRE-TEXTOSPocas cosas resultan m¨¢s gratas al lector que un buen libro que empieza por un buen t¨ªtulo. Lumbres lo es. Lumbre es un vocablo casi desu?sado. De campo. Trae s¨²bitamente los or¨ªgenes latinos: lumen, no tanto ¡°la luz¡±, sino lo ¡°lo que da luz¡±. Antonio Colinas ha recobrado todos los sentidos populares y cultos del t¨¦rmino para darle un car¨¢cter simb¨®lico que irradia al conjunto de su obra. En plural, viene a equivaler a sus poemas, a sus libros, a los momentos que ha ido compartiendo con sus lectores durante d¨¦cadas. Lumbres es la antolog¨ªa editada con motivo de la concesi¨®n al poeta del Premio Reina Sof¨ªa. Recoge una completa muestra de su escritura, seleccionada por el propio Colinas, aunque al mismo tiempo es un libro nuevo, tan imprescindible para quien conozca su obra como para quien desee conocerla. La imagen de cubierta parece a primera vista un cuadro de alg¨²n herm¨¦tico italiano, si no del propio Giorgio de Chirico. Resulta ser la foto de un trigal, hecha con el m¨®vil por el poeta. Por JUAN ANTONIO GONZ?LEZ IGLESIASUNIVERSIDAD DE SALAMANCA/PATRIMONIO NACIONAL, 2016