Estado de la cuesti¨®n catalana

Tanto da que las encuestas digan que hay en Catalu?a una ligera mayor¨ªa contraria a la independencia (que fue el resultado de las plebiscitarias de 2015) o que indiquen que hay una peque?a ventaja del voto independentista; en ambos casos, lo que tenazmente revelan esos datos es que sigue sin haber una mayor¨ªa suficiente (suficientemente clara, en t¨¦rminos canadienses) para un paso tan grave y tan dif¨ªcilmente reversible y que divide a la poblaci¨®n en dos partes de similar dimensi¨®n.

Los independentistas lo saben pero se han convencido de que bastar¨ªa con superar en alguna consulta la mitad de los votos para legitimar, si no la independencia, la continuidad del proceso de desconexi¨®n. Y a eso dedican sus afanes: a garantizar un aumento del voto independentista sac¨¢ndolo del ¨²nico dep¨®sito disponible: el de quienes son favorables a la consulta pero no a la independencia. Sector que hoy se identificar¨ªa en Catalu?a con las posiciones de Podemos y sus afluentes. Y no ven otra forma de movilizar ese voto a su favor que una intervenci¨®n represiva del Estado. Ese es a d¨ªa de hoy el estado de la cuesti¨®n catalana, cuesti¨®n de Estado por antonomasia.

La CUP fue en septiembre de 2015 la primera fuerza en reconocer que no se pod¨ªa proclamar la independencia con el 48% de votos. Pero dando por supuesto que s¨ª se podr¨ªa si superaba el 50%. Muchas decisiones pol¨ªticas se adoptan con ese criterio: la mayor¨ªa, aunque sea por un voto, basta para decantar una decisi¨®n pol¨ªtica corriente; pero no para aprobar una reforma constitucional o estatutaria. La del Estatut, por ejemplo, requiere, seg¨²n su propio texto, una mayor¨ªa de dos tercios.

Pero adem¨¢s, no es lo mismo una consulta sobre la separaci¨®n que una sobre ¡°el futuro pol¨ªtico de Catalu?a¡±, o sobre las ¡°relaciones entre Espa?a y Catalu?a¡± como con frecuencia se formula. Pues la independencia no es el ¨²nico futuro posible. Sondeos como el de Metroscopia del 16 de abril indican que si bien hay una mayor¨ªa a favor de la consulta, el 46% de los consultados est¨¢ a favor de que Catalu?a siga formando parte de Espa?a si se garantiza una autonom¨ªa con m¨¢s competencias y seguridades de que no se recortar¨¢n. Y si a ese porcentaje se suma el 19% favorable al actual sistema auton¨®mico sin m¨¢s, casi dos tercios (el 65%) estar¨ªa a favor de salidas diferentes a la ruptura con Espa?a. Es decir: por soluciones compatibles con la autonom¨ªa.

La sugerencia del n¨²mero dos del PDECat de presentar un candidato autonomista si falla el refer¨¦ndum significa que la posibilidad de fracaso de la consulta ha dejado de ser tab¨²

Estos d¨ªas han saltado pronunciamientos de dirigentes nacionalistas partidarios de que, en caso de que no llegara a celebrarse el refer¨¦ndum, se fuera, no a unas elecciones anticipadas, sino directamente a la declaraci¨®n unilateral de independencia (DUI) por parte del Parlament en el que los independentistas tienen mayor¨ªa absoluta. Se emplazar¨ªa al Gobierno a autorizar el refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n bajo amenaza de ir a la DUI.

Los nacionalistas siempre han preferido el refer¨¦ndum porque, gane o no el s¨ª, su celebraci¨®n sentar¨ªa un precedente para volver a convocarlo cuando haya condiciones favorables. Como ahora en Escocia. Mientras que la DUI pierde apoyo (29% frente al 37% seg¨²n el sondeo de La Vanguardia del 17-4-2017); y sube del 59% al 66% el porcentaje de quienes consideran que el refer¨¦ndum solo debe celebrarse si es pactado con el Gobierno. La sugerencia del n¨²mero dos del PDECat de presentar un candidato autonomista si falla el refer¨¦ndum y hay elecciones significa que la posibilidad de fracaso de la consulta ha dejado de ser tab¨².