Giro social en la UE
El paquete de recomendaciones y normas de Bruselas es un primer paso
La Comisi¨®n Europea lanz¨® ayer un paquete de directivas y recomendaciones que pretenden la recuperaci¨®n de la agenda social olvidada, relegada o paralizada ¡ªquiz¨¢ a partes iguales¡ª en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Aunque se trata de la apertura de un proceso, y no de su culminaci¨®n; y aunque las competencias de la Uni¨®n en pol¨ªtica social siguen siendo legalmente limitadas pues recaen sobre todo en sus Estados miembros, es un desarrollo que da paso a la esperanza.
En realidad, a dos esperanzas. Por un lado, a reequilibrar los mucho m¨¢s sustanciales avances (aunque a veces lentos) registrados desde principios de este siglo en la uni¨®n econ¨®mica y monetaria: de los fondos de rescate a la regulaci¨®n financiera, de la uni¨®n bancaria a las nuevas pol¨ªticas del BCE. El horizonte de una uni¨®n menos asim¨¦trica y m¨¢s conjuntada entre sus dimensiones econ¨®mica y social aleja el peligro de repetir los errores que sobre esto se han cometido en otras experiencias.
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Por otro lado, la expectativa de contrarrestar la desafecci¨®n social ¡ªal menos, de empezar esa tarea¡ª originada desde la Gran Recesi¨®n, de la pol¨ªtica econ¨®mica demasiado sesgada hacia la austeridad y de algunos efectos negativos de la globalizaci¨®n (deslocalizaciones, desprotecci¨®n de ciertos colectivos) es hoy mayor que ayer.
Era y es urgente, porque solo con una mejor pol¨ªtica econ¨®mica y con el acompa?amiento decidido de una agenda social cre¨ªble podr¨¢ abordarse el rescate de los perdedores, marginados y excluidos. Y hacer frente as¨ª, no solo a nivel de los Estados europeos, sino tambi¨¦n de su conjunto, a los populismos nacionales. Y a su hilo conductor continental.
La oportunidad pol¨ªtica del paquete es ¡ªpese a su tardanza¡ª evidente, aunque su dise?o se inici¨® en marzo del a?o pasado y se agend¨® para esta primavera. Ha querido el azar ¡ªy sobre todo, la agobiante presi¨®n de los hechos¡ª que su lanzamiento coincida con la proximidad de la segunda vuelta de las elecciones francesas, lo que brindar¨¢ argumentos a la candidatura europe¨ªsta del centrista Emmanuel Macron. Y coincide con el inminente inicio de las negociaciones UE-Reino Unido para plasmar el Brexit. Un asunto que provocar¨¢ desgastes y p¨¦rdidas para todos, pero que al tiempo brinda una oportunidad para las asignaturas pendientes de la UE: como las propuestas sociales, que Londres obstaculiz¨® desde su adhesi¨®n en 1973.
Las cuatro iniciativas m¨¢s inmediatas del paquete versan sobre la mejora de la conciliaci¨®n entre la vida laboral y la familiar; sobre la protecci¨®n social (incluidos los desempleados); la contrataci¨®n; y la jornada laboral. Son muy concretas, aunque sobre algunas se actuar¨¢ mediante normativa inmediata y en otras, con procedimientos m¨¢s lentos. Y son necesarias, porque la ampliaci¨®n de la UE al Este ha dispersado y fragmentado el modelo social europeo, siempre envidiado y superviviente de la crisis, pero algo m¨¢s maltrecho tras ella.
Bruselas pide a los 27 que se definan sobre el nivel de coordinaci¨®n y armonizaci¨®n al que aspiran en este giro social. La realidad exige que la ambici¨®n sea de m¨¢ximos. Y la velocidad, al menos, suficiente.
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