Escenarios para el futuro de la UE
La verdadera disyuntiva que se plantea es entre una Europa m¨¢s federal y una Europa basada en cooperaciones reforzadas
Como potencia de tama?o medio, Espa?a se juega mucho en el actual debate sobre el futuro de la UE. El Libro Blanco de la Comisi¨®n Europea constituye un texto de referencia para elaborar una pol¨ªtica de Estado al respecto que deje al margen posicionamientos partidistas. El mundo multipolar que se vislumbra en el contexto de las relaciones internacionales supondr¨¢ el fin del monopolio del poder y la capacidad de disuasi¨®n en el mundo por parte de los EE UU. Tanto por la actitud de la nueva Administraci¨®n Trump (aislacionista, defensa de los intereses nacionales, relativizaci¨®n de los valores democr¨¢ticos y de Derechos Humanos como por el imparable surgimiento de nuevas potencias globales (China e India) y regionales (Brasil e Ir¨¢n), as¨ª como por el af¨¢n de Rusia por recuperar su pasado estatus.
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En este nuevo orden, los pa¨ªses europeos dejar¨¢n de tener la actual capacidad de maniobra en las relaciones internacionales, en particular por su menor peso espec¨ªfico tanto en t¨¦rminos econ¨®micos como de poblaci¨®n. Por ello, se impone la necesidad de actuar unidos de cara a poder influir en el nuevo orden internacional que se vislumbra y a defender tanto sus valores como sus intereses econ¨®micos y comerciales. Una Europa disgregada o centrada en su Mercado ?nico ser¨ªa la receta de su declive: pol¨ªtico, por su p¨¦rdida de influencia internacional; econ¨®mico, porque su actual nivel de bienestar se ver¨ªa afectado negativamente debido al cambio de reglas (aumento de aranceles y restricciones no arancelarias, inseguridad jur¨ªdica de las inversiones, menor protecci¨®n de la propiedad industrial e intelectual, dumping social y medioambiental); seguridad interior (menor cooperaci¨®n policial y judicial, sobrecostes en el control de las fronteras); defensa (dependencia a¨²n mayor de los EE UU).
Por lo tanto, el primer escenario (continuar como hasta ahora) no nos permitir¨ªa afrontar con garant¨ªas el cambio de paradigma que se avecina, en particular respecto a la pol¨ªtica exterior. En efecto, la UE necesitar¨¢ una pol¨ªtica exterior ¨¢gil basada en la toma de decisiones por mayor¨ªa cualificada que no sea ¡°secuestrada¡± sistem¨¢ticamente por intereses nacionales que no siempre coinciden con los intereses generales. El segundo escenario (centrarnos en el Mercado ?nico) ser¨ªa a¨²n peor, ya que a largo plazo supondr¨ªa una renuncia a cualquier tipo de influencia europea en el nuevo contexto con la excepci¨®n de la que Alemania (y, hasta cierto punto, Francia) pudiera ejercer.
Espa?a deber¨ªa defender la alternativa federal como soluci¨®n a largo plazo
La respuesta deber¨ªa encontrarse en una combinaci¨®n de las otras tres alternativas. Por un lado, la cuarta (hacer menos pero m¨¢s eficientemente) se deduce de los actuales Tratados (principio de subsidiariedad: ejecutar pol¨ªticas al nivel que sea m¨¢s eficiente, local, estatal o de la UE); y, de la aplicaci¨®n del principio fundamental de la econom¨ªa: asignaci¨®n de recursos escasos a las prioridades (pol¨ªticas) que tengan un mayor impacto en el bienestar de los ciudadanos y el inter¨¦s general. En definitiva, la verdadera disyuntiva que se plantea es entre una Europa (m¨¢s) federal y una Europa basada en cooperaciones reforzadas. De hecho, la actual UE ya funciona as¨ª (euro, Schengen, justicia e interior,¡), lo cual permite avanzar en la integraci¨®n a los Estados que lo deseen, sin estar limitados por aquellos que no se sienten ¡°preparados¡±.
Por otro lado, un buen n¨²mero de Estados de la UE (la mayor¨ªa de Europa del Este, Dinamarca, Suecia,¡) son reticentes no solo a una mayor integraci¨®n de car¨¢cter ¡°federal¡±, sino incluso a participar en pol¨ªticas actualmente en vigor. Adem¨¢s, algunos Estados de Europa del Este no profesan el mismo entusiasmo respecto a los valores fundamentales de la UE (democracia, Derechos Humanos y respeto del Estado de Derecho) lo que dificulta el avance en determinadas pol¨ªticas. Finalmente, se palpan actitudes poco receptivas, incluso dentro del ¡°n¨²cleo duro¡± de la Europa m¨¢s integracionista, hacia planteamientos federalistas derivados de la actual marea populista y nacionalista y de la merma del propio poder de los dirigentes pol¨ªticos que supondr¨ªan. Esta situaci¨®n se plasma actualmente tanto en la toma de decisiones dentro de la UE como en el funcionamiento mismo de las Instituciones. La par¨¢lisis actual no solo se deriva de la dificultad de poner de acuerdo a 28 pa¨ªses, sino tambi¨¦n por las diferentes perspectivas hacia la idea de Europa que cada Estado tiene.
Espa?a deber¨ªa defender la alternativa federal como soluci¨®n a largo plazo por vocaci¨®n europe¨ªsta y como f¨®rmula para asegurar una din¨¢mica modernizadora tanto de sus instituciones como de su econom¨ªa, donde el talento y el m¨¦rito se premian y la corrupci¨®n no tiene cobijo. Adem¨¢s, como f¨®rmula para ¡°sosegar¡± las fuerzas centr¨ªfugas al elevar enormemente el coste de cualquier veleidad separatista.
Aparte del m¨¦todo (federal o cooperaciones reforzadas), los elementos de perfeccionamiento de la UE podr¨ªan ser:
1) Mercado Interior: hacerlo m¨¢s atractivo a la inversi¨®n, impulsar aquellos factores que mejoren el movimiento de personas dentro de la UE y que conduzcan a una verdadera ciudadan¨ªa europea (seguro de desempleo, trasferencia de derechos de pensi¨®n, etc.), mejora en el funcionamiento de los mercados de capitales.
2) Seguridad interior y control de fronteras: incrementar la cooperaci¨®n policial y judicial en la lucha contra la delincuencia y el terrorismo, una pol¨ªtica de inmigraci¨®n que incremente la productividad europea en una sociedad que envejece.
Hay que hacer el mercado interior m¨¢s atractivo a la inversi¨®n e impulsar aquellos factores que mejoren el movimiento de personas
3) Defensa: a pesar del acuerdo de Bratislava, no hay alternativa a una defensa colectiva sobre la base de la OTAN y del paraguas de los EE UU en el largo plazo. Por supuesto, convendr¨ªa avanzar en este tema a nivel europeo, en particular en la coordinaci¨®n de las industrias de defensa nacionales para incrementar las sinergias y la eficiencia de los presupuestos, evitando duplicidades y mejorando capacidades, as¨ª como en la configuraci¨®n de ¡°cuarteles generales¡± para la coordinaci¨®n de intervenciones europeas que, incluso en el largo plazo, solo podr¨¢n ser de car¨¢cter limitado.
4) Pol¨ªtica Exterior: las decisiones de pol¨ªtica exterior deber¨ªan pasar a ser adoptadas por mayor¨ªa cualificada. Potenciar el actual Servicio Exterior Com¨²n de tal manera que todos los servicios diplom¨¢ticos nacionales se fundieran en uno solo y actuaran al un¨ªsono.
5) Zona Euro: completar la Uni¨®n Bancaria (seguro de dep¨®sitos). Convocar una nueva conferencia intergubernamental en la que participar¨ªan solo aquellos pa¨ªses que est¨¦n de acuerdo con la creaci¨®n de una Zona Euro reforzada encamin¨¢ndose hacia una Uni¨®n Pol¨ªtica. Renovaci¨®n y reforma de las Instituciones: reforzar los poderes del Parlamento Europeo como c¨¢mara de primera lectura para la aprobaci¨®n de las ¡°leyes¡± europeas donde el inter¨¦s general prime por encima de todo, dejando al Consejo como c¨¢mara de segunda lectura que tenga en consideraci¨®n los intereses nacionales; reducir el n¨²mero de Comisarios de la Comisi¨®n Europea de forma que deje de haber un representante por pa¨ªs (como sucede con el BCE) con elecci¨®n directa de su Presidente por los ciudadanos o al menos por el PE (y no como propuesta del Consejo, a la que el PE da su benepl¨¢cito), lo que reforzar¨ªa su car¨¢cter federal. Un presupuesto federal suficiente para hacer frente a los shocks asim¨¦tricos y reducir las desigualdades entre pa¨ªses y regiones; mutualizaci¨®n de parte de la deuda p¨²blica; abordar el problema de los para¨ªsos fiscales, aprovechando el Brexit (ya que una parte importante de los territorios implicados est¨¢n bajo la soberan¨ªa del RU). Para el resto de pa¨ªses: acceso al Mercado ?nico como sucede hoy con Noruega.
V¨ªctor Andr¨¦s Maldonado es licenciado y MBA por ESADE. Fue funcionario de las instituciones de la UE de 1986 a 2012
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