Francia en marcha

Emmanuel Macron se ha alzado con la victoria en las presidenciales de Francia con m¨¢s autoridad de la prevista. Su mete¨®rica carrera hacia el El¨ªseo es un ¨¦xito in¨¦dito digno de an¨¢lisis hist¨®ricos posteriores. El que ser¨¢ el m¨¢s joven presidente de la Rep¨²blica Francesa desde la II Guerra Mundial ha batido varios r¨¦cords. Entre ellos, el de despertar, en tan corto espacio de tiempo, enormes expectativas para su propio pa¨ªs y para Europa. Su movimiento ?En Marcha! ha logrado la mejor posici¨®n para dar respuesta a su propio nombre y colmar esas expectativas. Europa puede hoy respirar con alivio y dar la bienvenida a este europe¨ªsta convencido.

Los desaf¨ªos que esperan a Macron son a partir de ahora enormes. Su gran tarea ser¨¢ rescatar a sus conciudadanos del malestar que les aqueja. Tiene que demostrar que su proyecto reformista es el adecuado para dinamizar la econom¨ªa nacional hasta librarla del estancamiento que la ha postrado frente a la potente maquinaria alemana y la ha dejado a merced de los esl¨®ganes demag¨®gicos de los extremistas. No lo tendr¨¢ f¨¢cil. El Gobierno de Fran?ois Hollande redujo la ambici¨®n de sus cambios, como la reforma laboral, por la presi¨®n en las calles. Avanzar por ese lado, como ha prometido el presidente electo, pondr¨¢ a prueba su confesado apego al di¨¢logo social.

El abanico de propuestas de Macron es amplio. Regeneraci¨®n de la vida p¨²blica con un mayor control en los gastos, simplificar los procedimientos para las peque?as y medianas empresas, reducir el n¨²mero de funcionarios y reforzar la educaci¨®n primaria son algunas de ellas. Todas buscan recuperar la confianza, flexibilizar la econom¨ªa y aumentar la competitividad. Es el camino para generar una din¨¢mica social distinta y poder negociar con Alemania en pie de igualdad. Solo con un eje franco-alem¨¢n equilibrado los franceses dejar¨¢n atr¨¢s sus complejos frente a Berl¨ªn y Europa podr¨¢ afrontar con mayor solvencia la suerte de refundaci¨®n que necesita tras el Brexit.

El flamante presidente tendr¨¢ que conformar, en otro tiempo r¨¦cord, una mayor¨ªa parlamentaria que secunde sus reformas. Es (caso in¨¦dito) un presidente sin partido y, seguramente, solo mediante acuerdos con otras fuerzas pol¨ªticas lograr¨¢ el espaldarazo a sus pol¨ªticas y, de rebote, poder pisar fuerte en Europa. El refuerzo de la eurozona es el gran proyecto del ganador de estas elecciones.

La victoria de Macron es inapelable y m¨¢s amplia de lo previsto en los sondeos. Estos indicaban un apoyo de apenas el 60% y predec¨ªan una mayor derrota para cualquiera de sus rivales frente a Marine Le Pen. Pero la l¨ªder ultraderechista ha colocado a su formaci¨®n en lo m¨¢s alto. Mucho le debe el FN a su estrategia de blanqueo de su pasado, pero tambi¨¦n a la izquierda de M¨¦lenchon y a la derecha, en la que Nicolas Sarkozy abri¨® la puerta a la estrategia del ni-ni (ni FN ni socialistas). El resultado es una abstenci¨®n r¨¦cord que ha beneficiado a Le Pen y ha homologado a su formaci¨®n pol¨ªtica para el futuro. Macron tiene cinco a?os por delante para desactivar el discurso extremista que, en este tiempo, se ha adue?ado torticeramente de la agenda social.