Esto no va de dise?o, sino de respeto pol¨ªtico

Conviene despejar las dudas desde el principio: el Gobierno de Mariano Rajoy no tiene inter¨¦s alguno en sostener o alentar organismos reguladores independientes. No cree en ellos, salvo como retiros bien remunerados para su clientela pol¨ªtica. El hecho de que un regulador independiente, como su propio nombre indica, pueda adoptar decisiones de cualquier alcance sobre empresas o bancos que no tengan que ser mediadas por el Ejecutivo rebasa la Weltanschauung del PP. Ya desde Aznar la ocupaci¨®n del Gobierno se entiende como un acto total, que rechaza estructuras institucionales al margen del poder administrativo ocupado; las que haya deben ser reducidas a organismos aut¨®nomos administrativos. Esa concepci¨®n explica las extirpaciones quir¨²rgicas y las reconstrucciones pl¨¢sticas esquizofr¨¦nicamente aplicadas por Rajoy y su equipo al cuerpo mortal de la regulaci¨®n independiente.

As¨ª, en 2012, Guindos, Soria y otros sumados a la causa se inventaron el modelo de un regulador ¨²nico, la Comisi¨®n Nacional de Mercados y Competencia (CNMC), bajo cuya ¨¦gida quedaron sujetos el regulador energ¨¦tico (la CNE) y los de telecomunicaciones, competencia, transportes, postal (?de verdad Correos necesita un regulador?) y ferrocarriles. La formaci¨®n del endriago se justific¨® con argumentos de preescolar: que si as¨ª se ahorraba dinero p¨²blico, que si con un organismo ¨²nico era m¨¢s dif¨ªcil capturar al regulador, que si era la tendencia europea... Nada entre dos platos. La verdad aut¨¦ntica era otra: algunos reguladores claves (como la CNE) permanec¨ªan en manos de socialistas y hab¨ªa que despedirlos con cualquier pretexto.

Pero hoy, quiz¨¢ presionado por las sospechas de Bruselas de que los supuestos reguladores independientes solo son trastiendas del Gobierno, Econom¨ªa se dispone a disolver la CNMC en varios organismos independientes. Como el Jayhawk, p¨¢jaro t¨®tem de Kansas, que vuela hacia atr¨¢s porque no quiere saber hacia d¨®nde va sino de d¨®nde viene, Guindos y sus funcionarios vuelven a esa fragmentaci¨®n que un lustro atr¨¢s era cara y permit¨ªa la captura, pero ahora ya no. Lo de menos es que con las mismas simplezas se puedan justificar un dise?o y el contrario; lo de m¨¢s es que el Gobierno ha demostrado fehacientemente, como dir¨ªa un notario, tres miserias en un solo acto: que carece de criterio sobre el particular, que le importa muy poco tenerlo y que no conf¨ªa en la memoria de los ciudadanos.

Para explicar los vaivenes a lo Houdini del se?or Guindos hay que decir que lo relevante no es si hay un solo regulador o varios sectoriales, sino el respeto institucional, del que este Gobierno carece. No importa tanto el dise?o como que el responsable o responsables sean t¨¦cnicos o pol¨ªticos independientes de verdad, el organismo pueda imponer sanciones disuasorias, sus presupuestos dependan del Parlamento y est¨¦n a salvo de los poderes, p¨²blicos y privados, y el cuerpo pol¨ªtico, empezando por el se?or Rajoy, rechace la injerencia en la regulaci¨®n independiente. Acabamos con el principio: este Gobierno ni entiende ni respeta esa independencia. El resto es silencio.