6 fotosMuseos: bofetadas de realidadEl lema Historia controvertidas decir lo indecible gu¨ªa la 40? edici¨®n del d¨ªa internacional de estas institucionesRut de las Heras Bret¨ªnMadrid - 18 may 2017 - 20:03CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlace53.912 migrantes y refugiados han entrado en Europa por v¨ªa mar¨ªtima hasta el pasado 14 de mayo, seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones. 1.316 no alcanzaron su prop¨®sito, dejaron su vida en el Mediterr¨¢neo, 50 de ellas en aguas espa?olas, las mismas que ba?an el puerto de M¨¢laga, donde se sit¨²a el Centro Pompidou. ?C¨®mo se van a mantener los museos ajenos a estas realidades? No lo son, cada vez toman m¨¢s partido: se transforman en altavoces y lupas de aumento de estas situaciones. En la imagen, la instalaci¨®n 'Ghost', de Kader Attia, en el museo malague?o. Una representaci¨®n de la fragilidad, la humillaci¨®n, el vac¨ªo... del ser humano ante la guerra y la emigraci¨®n.¡°Historias controvertidas: decir lo indecible en los museos¡± es el lema del D¨ªa Internacional de los Museos de 2017, una fecha que se celebra desde 1977. 40 a?os de una cita que se cre¨® para concienciar al p¨²blico de la relevancia del papel de los museos en el desarrollo de las sociedades. En 2015 se bati¨® el r¨¦cord de participaci¨®n con 35.000 museos de 145 pa¨ªses. El tema de este a?o, propiciado por museos latinoamericanos, hace patente que estas instituciones est¨¢n al servicio de los ciudadanos. Se convierten en lugares de conocimiento, reconocimiento y aceptaci¨®n del pasado para construir un futuro. Se han roto las normas -como con el arte contempor¨¢neo- ya no son centros de contemplaci¨®n, ahora son agentes activos, participan de la vida de la ciudad, muestran lo controvertido, lo no dicho o no visto hasta ahora. En la imagen un detalle del cartel de esta edici¨®n.Los museos han estado habitados por hombres, blancos y europeos (o del Primer Mundo). Pero no solo los artistas, tambi¨¦n de los que usaban las piezas que se conservan en museos arqueol¨®gicos o de artes decorativas. Pero la sensibilidad est¨¢ cambiando. As¨ª, en la ampliaci¨®n que se inaugur¨® el pasado verano de la Tate Modern de Londres se aprovech¨® para releer la colecci¨®n, para dar cabida a artistas que hasta ahora eran una excepci¨®n, que han estado al margen: las mujeres o los que proceden de lugares lejanos a ejes art¨ªsticos, como el brasile?o Cildo Meireles, cuya instalaci¨®n ¡®Babel¡¯ -en la imagen-, ocupa una sala de la Tate.DANIEL LEAL-OLIVAS (AFP)Como la Tate Modern, el MoMA neoyorquino y otros centros estadounidenses han abierto sus salas y han colgado en sus muros obras de artistas menos conocidos a lo que acostumbran, procedentes de los pa¨ªses incluidos en el veto migratorio de Donald Trump. Una reacci¨®n contra las leyes antinmigraci¨®n de su presidente. Pero lejos de los muros para dividir, los museos hacen gala de sus paredes. El Museo Sefard¨ª de Toledo, situado en la sinagoga del Tr¨¢nsito, ha organizado una actividad en la que invita al p¨²blico a romper los muros, a tomar conciencia de los problemas que les rodean, como la intolerancia con los refugiados, la mayor crisis humanitaria del siglo XXI. En una ciudad que fue lo contrario: ejemplo de convivencia entre jud¨ªos, musulmanes y cristianos durante la Edad Media.Kevin George (Getty)La situaci¨®n de los refugiados sirios huyendo de la guerra de su pa¨ªs se ha comparado en m¨²ltiples ocasiones con la crisis humanitaria que provoc¨® la Segunda Guerra Mundial. La guerra es una constante en la historia que no ha dejado indiferente a los artistas. Uno de los iconos del siglo XX es el ¡®Guernica¡¯ de Picasso, cuya opini¨®n sobre el horror de la contienda est¨¢ muy clara en el cuadro; la de Goya, otro de los grandes maestros espa?oles tampoco se pone en duda, solo hay que ver su serie de grabados los Desastres de la guerra. Pero¡ ?Y Vel¨¢zquez?, ?qu¨¦ opinaba el pintor sevillano en un momento en que la guerra todav¨ªa estaba glorificada? En su ¡®Marte¡¯ (1638), intenta decir lo indecible y hacer como siglos despu¨¦s har¨ªan directores de cine como Berlanga, que se la colaban a los censores. Vel¨¢zquez representa a un dios de la guerra como un hombre en actitud melanc¨®lica que de su armadura solo conserva el yelmo y apoya con desgana el bast¨®n de general. Una guerra musealizada en ocasiones, si no ?qu¨¦ son las visitas al campo de concentraci¨®n de Auschwitz? Pero estos referentes son necesarios: conocer el pasado para no invocar a los horrores de la guerra en el futuro. Siempre que haya m¨²ltiples lecturas. Desde el museo de Le¨®n, y en un ejercicio de abordar las historias traum¨¢ticas, proponen a quienes pernoctan en el Parador de la ciudad, el Hostal de San Marcos, recordar que ese edificio fue antes uno de los campos de concentraci¨®n m¨¢s crueles de la Guerra Civil.Museo del PradoLas mujeres son la imagen de los excluidos y aunque sus reivindicaciones vienen de anta?o, hasta el pasado octubre el Museo del Prado, cuando solo le quedaban dos a?os para cumplir los 200, no le dedic¨® una exposici¨®n a una artista, Clara Peeters. Las minor¨ªas revelan la existencia de mis¨®ginos, xen¨®fobos, el miedo al diferente. El poco aprecio por la vida de los otros, y si es de otra raza a¨²n menor, se puede ver en un relieve del Museo Nacional de Escultura, titulado ¡®Milagro de San Cosme y San Dami¨¢n¡¯, en el que los santos amputan una pierna a un negro para trasplant¨¢rsela a un blanco. Este desprecio y miedo al diferente es un tema actual, como lo es la violencia hacia la mujer y las p¨¦simas condiciones de vida que llevan en algunos lugares como en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, de donde es la mujer de la imagen, fotografiada por la premio nacional Isabel Mu?oz para le exposici¨®n ¡®Mujeres del Congo¡¯, en el Museo Nacional de Antropolog¨ªa hasta el 18 de junio.Isabel Mu?oz