Mientes, cari?o
Al final, que te llamen por tu nombre, sin apostillas, sin retint¨ªn, sin segundas, a pelo, va a ser prueba de amor verdadero
Si a¨²n me pasa a m¨ª, que voy cuesta abajo, imagino lo que les sucede a las chicas que salen a comerse el mundo reventando juventud por los poros. Hartitas estar¨¢n de recibir lisonjas de todo calibre por cualquiera que quiera venderles algo, sea una moto acu¨¢tica de secano o lencer¨ªa de lujo de mercadillo: al euro, mujeres, quien no lleva bragas es porque no quiere. Guapa, cielo, bonita, princesa, sultana, reina mora de la morer¨ªa. Tan acostumbradas estamos desde cr¨ªas a escuchar tales zalamer¨ªas que ya ni las o¨ªmos ni las entendemos como los requiebros que fueron ni, salvo casos de cafres may¨²sculos, nos ofenden m¨¢s que el buen gusto. Ocurre, no obstante, quiz¨¢ porque hoy todos queremos vendernos, que algo as¨ª pasa tambi¨¦n con las relaciones personales en tiempos de WhatsApp, Twitter y Tinder. No vale con decirle al otro lo que sea. Tenemos que apostillarlo todo. A?adirle un matiz, un gui?o, una puya, una cautela, una puntada con hilo doble. Un coraz¨®n, un cari?o, un amor, un vida m¨ªa aunque lo desde?emos o precisamente para desde?arlo. As¨ª, a fuerza de repetirlas en vano, las palabras se gastan, se abaratan, se achatan, pierden el filo del dardo del fin para el que fueron hechas. Y as¨ª van tantos por la vida, pasando de perfil en perfil y de pantalla en pantalla.
Andan revueltas las redes porque a Susana D¨ªaz se le escap¨® un "no mientas, cari?o" a Pedro S¨¢nchez en el debate del PSOE. Cabe se?alar que, si hubiera sido a la inversa, habr¨ªa ca¨ªdo sobre ¨¦l la polic¨ªa de g¨¦nero, yo la primera, evidenciando, admit¨¢moslo, la min¨²scula ventaja de que gozamos las mujeres a cuenta de milenios de machismo silvestre, pero ese es otro tema. Ignoro si Pedro ment¨ªa en ese lance, pero ah¨ª la falsa fue Susana porque cari?o es, era, otra cosa. Al final, que te llamen por tu nombre, sin apostillas, sin retint¨ªn, sin segundas, a pelo, va a ser prueba de amor verdadero. Estamos fatal. ?No, corazones?
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